El panorama musical español se
rejuvenece con K&K, dos jóvenes de apenas veinte años que inician su
carrera musical con melodías teñidas de experiencias personales, donde el juego
musical que nos proponen va desde el pop más desenfadado a la electrónica más
edulcorada a través de sonidos y matices donde las cajas de ritmos y el fondo
de la batería se reparten el protagonismo. Esa dulce inocencia con la que
abordan sus composiciones son su mejor billete de presentación, pues no hay
falsos artificios en ella, sino más bien una dulzura espontánea que se adorna
de pura sencillez a la hora de presentarnos doce canciones repletas de frescura
y espontaneidad. Kenya y Kat quieren dar a sus canciones ese aire desenfadado
y esa sensación de coger y soltar el amor como si fuera el más sencillo de los
juegos. No hay que preocuparse por esa aparente falta de alma en su propuesta,
pues solo se trata de un capricho
tapizado de un hit pop de lo más tierno y divertido. I can't help it abre el disco y también es el tema que han elegido
para su primer videoclip. En esta doble vertiente sonora y visual del grupo,
asistimos a una exposición exenta de miedos y plagada de guiños desenfadados cargados
por una insinuación de lo más juvenil, en la que encajan muy bien los adjetivos
empleados hasta ahora para definir su música. Una tendencia que cambia un poco
con ese piano inicial en On my own
que nos retrotraen a algunas de las baladas más oscuras y menos conocidas de Pet
Shop Boys; una cara íntima que K&K alternan muy bien con su
lado más divertido. Sin embargo, esa fragilidad deviene en majestuosa con las
primeras notas de This is over, una
canción que contiene los mismos elementos que las anteriores, pero mucho mejor
combinados, pues se encuadra como un perfecto hit pop que nos embelesa tanto en
sus arreglos como en esos rasguños de guitarra, que se alternan con una voz que
se torna cada vez más grave. Ritmos juveniles de pista de baile que navegan sin
miedo por el mar del pop más pegadizo; un acierto. Una secuencia que se
retrotrae de nuevo en Your song donde
aparecen por primera vez esos gritos de fondo de manifestaciones ciudadanas:
"no nos representan... no nos
representan..." que hacen de contrapunto al mensaje inicialmente
hedonista de Kenya y Kat. Esa gravedad se traduce en un sonido más oscuro y
pausado con el que parecen decirnos que ellas también son jóvenes de su tiempo.
La alternancia de nuevo coge el timón en Nothing
without you, donde las notas con las que se adornan K&K resurgen en todo
su esplendor en forma de una pléyade de sentimientos exentos de miedo a
crearnos arrugas en nuestra línea de expresión.
Al llegar a Be mine experimentamos esa sensación placentera que nos proporciona
un baño de sol en la costa californiana, y que en esta ocasión viene aderezado
por sonidos desenfadados y especialmente pensados para las fiestas al amanecer;
una dulce inmersión de juventud aderezada con una melodía de lo más multicolor;
una especie de arcoíris en la primera línea del horizonte (hedonismo puro).
Secuencias que no llegan a difuminarse en Can
you hear me?, pues estas cadencias cortas de K&K también se
congratulan con los colores de la primavera. Ritmos pausados que se rompen en My day, donde nos vuelven a mostrar esa
faceta de desenfado mimetizado con leves toques guitarreros motown. Tendencias
que reposan en una balada titulada Tragedy,
donde una vez más asistimos a la versión más intimista del grupo, en la que
tampoco faltan los rasguños de guitarra de fondo. Guitarras que de nuevo están
presentes en Utopia en una mezcla de medio
tiempo que no llega a ser atormentado, del que se vuelven a resarcir en Girl's world, un nuevo grito de guerra
en el cancionero de K&K, y que en Take
off for London se funde en un espejismo melancólico de la ciudad inglesa.
En definitiva, este What did u expect? es el prometedor
inicio de Kenya y Kat, dos jóvenes que en su infancia soñaron con tener
su propio grupo musical con el que crear melodía teñidas de experiencias
personales.
Ángel Silvelo Gabriel.
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