Muchas
veces intentamos borrar las huellas de nuestro pasado para tomar ese impulso
necesario a la hora de iniciar una nueva etapa en nuestras vidas y, lo hacemos,
sin ser conscientes que del pasado nadie se puede deshacer, pues igual que un
boomerang poderoso y maldito se precipita sobre nosotros sin previo aviso. Sin
embargo, esa también puede ser la fuerza del destino que acompaña a las
decisiones de esa ansiada nueva vida que ya no necesita de la redención de
ninguna culpa. Este enigmático axioma, para aquellos que se hayan acercado a la
música de Los Cinco de Murcia (un apodo que un servidor emplea a la hora
de nombrar al grupo murciano desde hace tiempo, y que no hace sino rescatar con
el que un día renombraron a The Beatles, cuando los de nominaron
Los
Cuatro de Liverpool) en sus dos últimos discos, sin embargo, resume muy
bien el final de gira de Second y las nuevas premisas
musicales del grupo, pues prisioneros de sí mismos tuvieron que echar mano en
el setlist de un buen número de
canciones de las antiguas —por tildarlas de alguna forma—, a la hora de cerrar
una nueva etapa del grupo como el propio frontman,
Sean
Frutos, anunció a lo largo del concierto. Canciones que, por otra
parte, fueron las mejor recibidas por el público, para nada millennianls, sino más bien talludito, porque
esa es la savia de los seguidores de Second, al menos en Madrid y más
allá de los festivales. Seguidores que, a buen seguro aún siguen buscando en
noches como esta del Joy Eslava los últimos destellos de unos flashes apagados
que se quedaron pegados a sus conciencias allá por los años 80.
En
este primer día, estaban anunciados Kuve —ya sin Carlos Otero— como
artista telonero y, de nuevo, pudimos observar, después de varios años, que el
potencial de voz de Maryan Frutos sigue intacto, lo que de nuevo la convierten en
una de las mejores voces femeninas del panorama indie patrio —como hace tiempo
ya la califiqué—. No obstante, en cuanto a la parte de las canciones, al
tratarse de un set acústico el presentado en esta ocasión, deberemos esperar al
próximo 14 de diciembre en la sala Copérnico de Madrid para apreciar los
verdaderos avances de su nueva propuesta musical que, por otra parte, ya
certificamos en el concierto dado años atrás en la sala Ocho y Medio de Madrid.
Entre
destellos luminosos y oscuros, Second se presentó en el escenario
de la sala Joy Eslava de Madrid (19/10/2017) dispuestos a cerrar una etapa que,
en su parte final —véase su último álbum Viaje iniciático—ha sido todo un
éxito, con numerosos conciertos en los dos años que ha durado la gira —alrededor
de 80— y su masiva presencia en los festivales de todo el país, lo que les ha
supuesto contar con un mayor número de seguidores que, ahora sí, les han aupado
a lo más alto del panorama musical indie español, pues no hace falta más que
ver los dos llenos consecutivos en Madrid en sus respectivos conciertos fin de
gira (2.000 personas entre ambos), y los medios con los que ahora cuenta el grupo,
para darse cuenta de que el salto cuantitativo ha sido grande. Una recompensa,
sin duda merecida al esfuerzo titánico de un grupo que ha trabajado mucho —20
años han pasado ya desde su primer disco: Private Life, donde ya estaba presente
la portentosa Watching the moon— y también
a los hitos jalonados con el éxito que el grupo ha ido cosechando a lo largo de
su carrera profesional, y que no son más que el testigo de lo incomprensible
que resultaba que no llegaran a ese deseado olimpo de los elegidos desde el que
contemplar con delectación el trabajo realizado. Una frustración de la que ya
se han desquitado con sus dos últimos trabajos: Montaña rusa y Viaje iniciático,
aunque para ello se hayan aliado de rasguños de ciencia ficción que no dejan
muesca en el alma. Como ya quedó apuntado en una reseña anterior, Los
Cinco de Murcia alcanzaron su zenit muscial con la grabación de su
disco en directo 15, y con la posterior grabación de su canción: El eterno aspirante, arrinconada sin
sentido en el arcón del olvido. Un tema éste, que aúna letra, música e
interpretación como ningún otro del grupo y, que por sí solo, merece estar
entre lo más destacado del pop español, o como queramos llamarlo.
No
obstante, la esencia de Second sigue intacta, como pudimos
comprobar en la primera parte del convierto, donde abordaron más temas de su
último trabajo y, donde, una vez más, las guitarras de Javi Vox y Jorge Guirao planearon
como nunca en el ambiente de la Sala Joy Eslava, elevando a gran altura a la
música del grupo (lo que ya casi nunca ocurrió el resto de la noche). Quizá,
porque nos demostraron que mejoraron, y mucho, la producción de sus dos últimos
trabajos, donde la sintonía entre todos los instrumentos es mucho más engorrosa
que la magnífica puesta en escena que Los Cinco de Murcia siempre nos
proponen, pues si algo nos queda claro cada vez que les vemos en directo es su
profesionalidad. Nunca o casi nunca defraudan, pues su esencia musical es
propia de los grandes, como tantas veces hemos atestiguado, incluso en
circunstancias tan poco favorables como el día que tocaron en El Círculo de
Bellas Artes de Madrid, pues lo hicieron en un recinto que no les hacía
justicia a su carrera.
Ese
rescate de las viejas canciones y, con las que el público asistente más
disfrutó, comenzó cuando sonó Para bien o
para mal, de su luminoso disco Fracciones de un segundo. Una
canción que fue elegida por sus fans en las redes sociales. Aquí, Second
ganaron enteros, sin duda, por la amplitud de su sonido, lo que también, por ejemplo,
ocurrió cuando sonó Muérdeme —ampliamente coreada por los allí congregados— y
que certifica la buena salud de este tipo de canciones entre sus seguidores.
Como le ocurre A las diez que, en
esta ocasión, sonó a ritmo de ska electrónico o rap entrecortado y que la hicieron
casi irreconocible. En ese rescate de viejos temas también sonó Horas de humo, esta vez, de su disco Invisible
y, que cerró de alguna forma, esa desconexión con sus últimos trabajos,
recuperados cuando sonó Nos miran mal,
reconvertido en un tobogán sonoro que se para y despega como un pura sangre que
sabe cuál es su verdadero valor.
La
recta final fue un nuevo homenaje a esas canciones que tanto han dado a Los Cinco
de Murcia, como fue la interpretación de Algo en acústico con Sean y
Jorge en el escenario, y justo antes del cierre elegido para la actuación
con su incontestable Rodamos. Ese
riff de grandes temas continuó con el inicio del primer bis cuando comenzó a
sonar Nivel inexperto, el mejor tema
de sus últimos discos pues enlaza con la verdadera esencia de una música que a
veces parece caer en el olvido. «Este es un tema que nos ha dado mucho», nos
dice Sean
Frutos. Eso por no hablar del siguiente: NADA, otro de los grandes momentos de la noche y que esta gran canción
se merecía y que cerraron con Atrévete
para volver a su último trabajo. Y cómo no, Rincón
exquisito fue el broche de oro en un segundo bis a este primer día del cierre
de su gira Viaje iniciático y que alejará al grupo, al menos durante un
año —en palabras de Sean—. Un merecido descanso, sin duda, —ayer de nuevo se hizo palpable
el cansancio físico el alguno de los componentes del grupo) en el que anunciaron
que prepararán un nuevo disco con más calma. Un disco que, a buen seguro, los
volverá a emplazar en lo más alto del panorama indie español, aunque sea una
nueva muestra de los nuevos tiempos que nos tocan vivir, una especie de
ultramundo o matrix plagado de rasguños de ciencia ficción que, sin embargo, no
dejan muescas en el alma.
Ángel Silvelo Gabriel.
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