viernes, 25 de junio de 2010

ENTRE NOSOTROS O LA CLAUSTROFOBIA DEL AMOR


Entre nosotros llega a las carteleras españolas con el Oso de Plata de la Berlinale a la mejor Película, y el Oso de Plata a la Mejor Actirz (Birgit Minichmayr) bajo el brazo. Lo que a priori supone una inmejorable tarjeta de presentación, pero como ocurre muchas veces en estos casos, el gusto refinado y un tanto idílico de los jurados (a la sazón gente del cine) se encuentra a años luz del gusto del público.
Entre nosotros es una película lenta y claustrofóbica hasta límites insospechados, en la que su directora Maren Arde pone la mirada sobre aquello que no se dice y sobre los silencios y cambios de rumbo en las relaciones de las personas, con un planteamiento en cuanto a la estructura fílmica muy próximo a las películas más naturalistas de Eric Rohmer, pero sin llegar a su altura, pues Arde no nos compone diálogos largos y densos, sino más bien cortos y directos donde la voz original (se trata de una película en V.O.) de los portagonistas en un alemán fuerte y rudo, deja poco espacio para la dulzura.
Pero esta escasa y punzante realidad verbal, es contrarrestada por el manejo de la cámara y el posicionamiento de la misma en la casi mimética persecución de los gestos de los protagonistas Gitti y Chris (de los actores teatrales Birgit Minichmayr y Hans-Jochen Wagner) con los que Arde ha contado a la hora de contarnos esta intrahistoria amorosa, que si algo nos deja claro después de dos horas de duración, son las escasas opciones de originalidad en cuanto a planteamiento, situaciones y desarrollo en el inicio de una relación amorosa, es decir, que no descubrimos nada nuevo.
Gitti (Birgit Minichmayr) es la parte débil de la pareja, y en ella, podemos adivinar todas aquellas zonas luminosas y oscuras de los sentimientos femeninos, que en la mayoría de las ocasiones son difícilmente apreciados y comprendidos por Chris, un pusilánime a la vez que egocéntrico arquitecto, brillante en su carrera profesional, pero inadaptado en su faceta personal. Lo dicho, nada nuevo, porque aquí podríamos mencionar aunque sea en la gran distancia, a los films que abordan la vida de Picasso y sus mujeres, como expresión de la inadaptación hacia el mundo femenino de los genios o artistas con mayúculas.
Cabe decir, que Birgit se muestra muy solvente en su personaje, que a fin de cuentas es quien da forma y sustento a esta película, que al igual que ha sido rodada en Cerdeña, podría situarse en las magníficas playas y pinares de la costa mallorquina, donde la colonia alemana cada día es más numerosa, como exponente del cariz festivo de un pueblo acostumbrado al rudo frío centroeuropeo, y que en esta ocasión, ni la película ni los protagonistas logran romper.
Entre nosotros, es una película de autor, autora en este caso, premiada y aplaudida por la gente del cine y la cultura, pero sobre la que hay que alertar a aquellos que no sean unos acérrimos fans del cine lento y claustrofóbico, para que no se salgan de la sala apenas pasados veinte minutos desde su inicio, y se unan así, al inmenso silencio que nos inundó a todos aquellos que asistimos ayer al pre estreno de la misma.

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