viernes, 30 de diciembre de 2011

BEGINNERS (PRINCIPIANTES): LA DISTANCIA ENTRE LA REALIDAD Y LA MAGIA.

Vivir sencillamente es aprender. Aprender a hacer y deshacer, o a acertar y equivocarse. No nacemos cargados de recuerdos y sabiduría, pero en ese periplo que es la vida, nos vamos retroalimentado día a día de ellos. Sin embargo, en muchas ocasiones, la necesidad de driblar a la realidad nos conduce a vivir otra vida; justo aquella a la que llamamos la soñada. Es entonces, cuando sin antenas que nos teledirijan, marchamos abriéndonos camino para salvar la insalvable distancia entre la realidad y la magia, en una ruta por la que transitamos a través de sentimientos como la melancolía, la tristeza o la pérdida. Nada es igual a como lo soñamos, y por eso, los personajes de Beginners se preguntan por qué, y en esa necesidad de encontrar una respuesta, inician una nueva vida. Sí, aquella que siempre habían deseado, pero que nunca se habían decidido a vivir, a veces por falta de valor, y otras por puro convencionalismo.

Beginners gira en torno a Oliver (un magnífico Ewan McGregor), que se debate entre el recuerdo cercano de su padre recientemente fallecido de cáncer y el más lejano de su madre, pero también, lucha contra sí mismo y su tristeza, que se traduce en una falta de comunicación y relaciones que él rompe a través de sus dibujos como ilustrador gráfico y la composición de su “historia de la tristeza”. Ahí, en esa lucha diaria por continuar viviendo, comienzan sus problemas, pues en todos tiene esa sensación de ser un absoluto principiante: la abierta homosexualidad de su padre cuando fallece su madre, la relación que inicia con Anna (una deliciosa Mélanie Laurent).

Mike Mills se basó en su propia experiencia para escribir y rodar esta película, y lo hizo, a través de la relación que mantuvo con su padre. Quizá, es por ello, que a través de sus imágenes emanen grandes dosis de humanidad, que en este caso, hay que resaltar gracias a la extraordinaria interpretación de Chistopher Plummer como padre de McGregor; un personaje que irradia un gran magnetismo y que se convierte en el hilo conductor del film, cuyo gran acierto está en la elección del discurso narrativo. La fusión entre el presente y el pasado, entre la realidad y los recuerdos está perfectamente delineada, y funciona como una perfecta máquina del tiempo, donde flashback y presente se dan la mano en una inteligente manera de mostrarnos la vida, aunque en este caso deberíamos decir las vidas de los personajes, que entre enigmáticos y perdidos, poco a poco nos van mostrando las cartas de sus sentimientos y su biografía.

Sin duda, Beginners se comporta como un plácido viaje a través de unas llanuras teñidas de un color ocre apagado por el reflejo del sol de los años sesenta, que de una forma perenne inunda cada escena del film, impregnando de secuencias imaginadas el espacio fílmico que intenta dinamitar la distancia entre la realidad y la magia de las vidas que nos muestra.

Reseña de Ángel Silvelo Gabriel.

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