El caprichoso azar nos devuelve a lugares donde ya habíamos estado, pero esto no es lo singular, sino que la distancia entre una y otra experiencia en principio creemos que es tan grande, que nos deja desubicados. Ayer regresé a la Sala de Columnas del Círculo de Bellas Artes de Madrid para asistir al concierto presentación de “15”, el flamante nuevo disco del grupo murciano Second, pero mientras esperaba el inicio de la actuación, se apoderó de mí una sensación de encontrarme como perdido. Sin duda, ese desajuste se debía a que visité ese mismo lugar hacía apenas seis meses con motivo del pasado Festival Eñe; una fiesta literaria en la que lectores y escritores se podían dar la mano y compartir experiencias con sólo acudir al don de la palabra. En ese tumulto de experiencias literarias, asistí al desencanto de Félix de Azúa primero y a la lucidez de Ana María Matute después, cuando elevada sobre una tarima en el centro de la Sala de Columnas del Círculo de Bellas Artes, una y otra vez nos evocaba el mundo de los sueños. Una reflexión que me llevó a recapacitar sobre mi error inicial, para a continuación, pensar que literatura y música participan al unísono de ese lenguaje onírico universal con el que alimentamos el alma.
El setlist que escuchamos ayer en el Círculo casi reproduce miméticamente el que Second ha editado en el disco en directo, si salvamos un par de canciones con las que el grupo murciano quería dar una sorpresa a sus seguidores, que una vez más, casi llenaron la Sala de Columnas donde se programó el concierto dentro del Ciclo Frontera Círculo (una ubicación que no resulta adecuada para celebrar un concierto de música). La fuerza y contundencia de Mañana es domingo rompió la impaciencia del inicio del concierto, que tuvo que esperar a que terminase la obra de teatro que alguna planta más abajo se estaba representando. Poco importó la espera, porque desde el minuto uno, Los Cinco de Murcia tenían al público en el bolsillo, y como hijos pródigos que vuelven a casa, ayer estaban dispuestos a repartir todo el cariño que la distancia se había encargado de almacenar minuto a minuto, y así, vigor y genio, gloria y victoria se daban la mano sobre el escenario por primera vez esa noche. El trono de los sueños que Ana María Matute dejó vacío hace seis meses, ayer salió de nuevo de su escondite cuando a continuación sonó Demasiado soñadores, con un punteo inicial a lo The Shadows, intenso, eléctrico, vigoroso… que nos recordó por qué estábamos allí.


Una de las sorpresas de la noche llegó cuando tocaron Horas de humo, un tema que normalmente no forma parte del setlist del grupo, y que ayer interpretaron con unas guitarras acústicas que acompañan a la voz de Sean en una perfecta armonía que nos recuerda a la música de los primeros sesenta, inocente y sencilla, pero directa como un proyectil que nos arrebata el corazón. Esta versión de Horas de humo redunda en un progreso increíble sobre un ritmo sostenido que nos invade y ante el que no podemos sino pedir el armisticio. Más suerte nos sorprende los sentidos con un inicio de violines muy nítidos y a lo Michael Nyman, que poco a poco dan paso a las cuerdas de las guitarras acústicas que le proporcionan un toque jazzie casi cálido, y que busca un punto de encuentro entre la íntima cercanía de los violines y la proximidad siempre certera de las guitarras acústicas y la voz de Sean, que al final deriva en un cántico colectivo repleto de sensaciones y que proclama a Sean como el nuevo Mesías que viene a rescatarnos de nuestra infinita crisis.
Con Rincón exquisito vuelve el set eléctrico y nos regala otra versión exquisita de esta canción donde los violines imponen su presencia hasta que el sonido sube y sube como por arte de magia, lo que produce una versión con ligeros tonos incandescentemente jazzies que se entremezclan de nuevo con el pop de Second de siempre, que como iluminados prestidigitadores sacan su bola de cristal para meternos en ella y no dejarnos salir. El eterno aspirante tiene un inicio infinito e imponente, al que se une un sonido pregrabado de fondo que tensa aún más si cabe esta tensa canción de por sí, lo que nos reafirma a la hora de afirmar que sin duda esta es la mejor canción que el grupo ha compuesto hasta el momento, y que ayer sonó con un ritmo más rápido e incesante que tira y tira hasta atropellarnos. Different levels suena muy a The Smiths, con un inicio muy hipnótico, que como una nana nos invita a visitar el territorio de Second forever en distintas intensidades y niveles. Esta versión es más tranquila pero también más certera y suena como la perfecta melodía de los ochenta pasada por el tamiz de Second, y sirve para que los violines y la trompeta abandonen el escenario.
El último tramo de concierto se inicia con Psicopático, que comienza con un punteo diferente y muy aguerrido, que junta sobre el escenario a Javi, Fran y Nando mientras que el público corea: lo he decidido, es de cretinos… y que nos lleva hasta Autodestructivos que apenas se diferencia de la versión del disco, si exceptuamos a un Javi Vox haciendo diabluras sobre los teclados y rompiendo el hielo de este perfecta canción de anuncio para televisión. Mientras Sean se recupera un poco, Nando ejerce de perfecto presentador y acaba diciéndonos que: el presente nos pertenece… y para demostrárnoslo atacan Watching the moon con un tamiz de tonos violetas tirando casi a negro, al que la voz de Sean procura darle más brillo; un brillo que sin duda ya tiene, pero que ante nosotros se muestra más hipnótico, melancólico y sinuoso, como un presentimiento lleno de intriga que nos advierte que el presente nos pertenece; pura psicodelia. Prototipo sirve de inicio a un bis en el que también escuchamos Invisible y Rodamos en una sucesión de ritmos acelerados y recargados de fuerza, en el que como en un profundo sueño, Second nos recuerda que hemos hecho una travesía por la fina y sinuosa línea de la gloria.
Reseña de Ángel Silvelo Gabriel.
Enhorabuena por la crítica. Hacía mucho tiempo que no leía una reseña tan exquisita. Estuve presente en el concierto y tu reseña ayuda a entender muchos detalles. Gracias
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