lunes, 21 de diciembre de 2015

LOS DIOSES DESTERRADOS, UN POEMA DE FERNANDO PESSOA



Los dioses desterrados
y hermanos de Saturno,
a veces, al ocaso
acechan nuestras vidas.

Remordimientos buscan
tener junto a nosotros,
tener también nostalgias
y sentimientos falsos.
Así, es su presencia
—dioses que el desterrarlos
volvió espirituales—,
de materia vencida,
lejana e inactiva.

Vienen, fuerzas inútiles,
a hallar entre nosotros
aquel dolor y tedio
que ellos nos arrebatan,
como a un borracho trémulo
la copa de su gozo.

A hacernos creer vienen,
cual despechadas ruinas
de fuerzas primitivas,
que el mundo es más extenso
de los que se ve y toca,
para que así ofendamos
a Júpiter y a Apolo.
Así, hasta el terrenal
confín del horizonte,
viene Hiperión llorando
por el carro que Apolo
robárale, al ocaso.

Y color el crepúsculo
muestra de ese dolor
de una deidad lejana
y óyense unos sollozos
allende las esferas...
Así lloran los dioses.



Traducción de Carlos Clementson


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