La luz que ilumina los recuerdos
y sus emociones se convierte en la protagonista de esta historia en la que un
adolescente sin nombre se erige en el representante de toda una generación, aquella
a la que se le dio el sobrenombre de baby
boom. Sin más referencias vitales que aquellas que han aprendido en un
terreno de juego, junto a las duras reglas de un barrio del extrarradio de Madrid,
el protagonista de La utopía del portero y sus amigos harán frente —desde su
inocencia— a los éxitos y fracasos que la vida les irá poniendo en su camino,
lo que les llevará, incluso, a convertirse en nómadas de sus propios sueños
cuando, sin más equipaje que un balón de fútbol, se vean forzados a buscar un nuevo
terreno de juego en el que poder dar vía libre a sus anhelos.
El Premio Nobel de Literatura, Albert
Camus, dijo que: «El fútbol es la inteligencia en movimiento». Una
frase que, en sí misma, encierra toda una serie de matices y significados que
cubren y encumbran al llamado deporte rey a lo más alto de las pasiones
humanas. A simple vista, parece que no exista una clara relación entre la
literatura y el fútbol, sin embargo, en los dos hay reflexión, técnica,
exigencia, precisión y conocimiento. De ahí que, en La utopía del
portero, a lo largo de su texto aparezcan autores universales como Modiano,
Yeats, Günter Grass, Benedetti o Borges; unos autores que ejercerán a
la vez de contrapunto y faro de una historia narrada con la pasión de un adolescente
que se abre a la vida y, sin embargo, no sabe, como sí sabía Pasolini
que: «El fútbol tiene un lenguaje de poetas y otro de prosistas. Hay un fútbol
narrativo u otro lírico». Como decía Pasolini: «El fútbol es la
última representación sagrada de nuestra época.»
La
utopía del portero es una novela que
nos habla de la vida. Su autor nos dice que el fútbol es vida y, también, que
del fútbol se aprende para la vida. El fútbol es una expresión de libertad y de
pasión, de diversión y mito, pero por encima de todo, es una infinita fábrica
de sueños; un lugar donde se propician las segundas oportunidades, tal y como
le ocurre al protagonista sin nombre de esta historia cuando declara que: «La
utopía del portero es marcar un gol. De falta. De cabeza. A la desesperada en
el rechace de un saque de esquina. La utopía del portero es desear lo
imposible…»
Ángel
Silvelo utiliza, con criterio y
habilidad, las referencias futbolísticas de algunos de los hitos de la
selección nacional de los últimos cuarenta años, para trazar el arco vital del
protagonista. Como eje narrativo principal, y a partir del cual se despliega
toda la narración, el autor escoge el mítico partido del 12-1 de España a
Malta, además de ser éste el único anclaje que el protagonista encuentra para que
su padre, enfermo de alzheimer, vuelva a ser quien fue. La utopía del
portero es una novela que reflexiona sobre los sueños y las
decepciones que el tiempo acarrea, y a su vez, sobre la necesidad de madurar,
luchar y no perder la esperanza.
SOBRE EL AUTOR DE LA UTOPÍA DEL PORTERO
Ángel Silvelo Gabriel (Piedralaves, Ávila, 1964) es
funcionario de carrera del Cuerpo de Gestión de la Administración Civil del
Estado y autor de las novelas: Fragmentos
(Primer Premio Certamen Cultural Universidad Rey Juan Carlos 2001), Dejando
pasar el tiempo (2012), Los últimos
pasos de John Keats (2014), El juego
de los deseos (2017), El arte de amar (Primer
Premio XXVIII Premios Otoño Villa de Chiva 2018), La utopía del portero (Primer
Premio Carlos Matallanas de Novela Breve 2019), y de la obra
de teatro Fanny Brawne, La Belle Dame de
Hampstead (2016).
Es colaborador de la web www.todoliteratura.es, y de los portales www.escritores.org y www.canal-literatura.com
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