lunes, 28 de marzo de 2022

PASAJERO, X ANIVERSARIO DE SU PRIMER DISCO RADIOGRAFÍAS: CELEBRACIONES QUE TIENEN UN SENTIDO MÁS QUE JUSTIFICADO

 


«Pasajero nos invitan a subir a un tren cuyo único plan de viaje es detener el tiempo para plasmarlo en placas con forma de radiografías. Esas fotos fijas (a modo de claroscuros), de las que están hechas nuestras vidas, son también los contrastes que nos muestran esa otra materia que nos pertenece y que aquí aparece representada como fugaces suspiros. ¿Hay una entelequia mayor que la de parar el tiempo? Pasajero son capaces de eso y mucho más, porque nos colapsan el corazón con las canciones que han compuesto para este Radiografías; temas que nos narran la armonía de los sueños en una sucesión de historias que van desde la fuerza más arrolladora del rock experimental al pop más electrizante, pasando por sonidos netamente indies. Fuerza, garra y destellos de genialidad son solo algunos de los adjetivos que caben emplear para definir uno de los mejores trabajos del año en el panorama musical español». 

Este párrafo, con el que hace diez años iniciaba la reseña de Radiografias, está plenamente en vigor a día de hoy, porque el tamiz del paso del tiempo no ha hecho sino engrandecer unas canciones que en sí mismas ya estaban tocadas por la barita mágica de la genialidad —canciones con alma—. Una esencia que se dispersa no solo por las melodías de sus pentagramas, sino que también lo hacen a lo largo de unas letras que nos hablan del amor, del tiempo y de esa agonía existencial que nos acompaña a lo largo de la vida, pero a la que sin duda Pasajero dota de momentos brillantes, tan brillantes como este Radiografías y sus doce canciones. Envolventes. Poderosas. Electrizantes. Y únicas, que se funden con la magnitud que representa una celebración que tiene un sentido más que justificado. El tiempo y sus trampas en esta ocasión se posicionaron como el tiempo y el valor de la justicia. Como nos decía Daniel Arias casi al inicio del concierto, después de una pandemia, una guerra en curso, una erupción volcánica, y una lluvia roja que cae sobre la ciudad como una maldición divina, ¡qué más nos queda sino reivindicar que aún seguimos vivos! Sí, vivitos y coleando, podemos añadir, pues a pesar de todos esos contratiempos Pasajero nos anunciaron que están de vuelta con canciones preparadas de lo que será su nuevo larga duración, pero que no nos mostraron en los dos conciertos que ofrecieron el pasado fin de semana en la Sala Siroco de Madrid por no estar terminadas al cien por cien. Un concierto que tuvo que ser ampliado a dos —por la amplia demanda de entradas— para celebrar el X aniversario de su primer y más que prometedor primer disco, Radiografías. Y, con ese contraluz que nos muestra aquello que somos, el grupo nos recordó por qué estábamos allí: un regreso —ya desligados de Ernie Producciones— con celebración incluida, y con un sentido —en cuanto a sonido— muy bien ajustado a las dimensiones del local; un sonido que siempre se mostró progresivo en intensidad y calidad, y con el que la banda fue desgranando las canciones de su primer trabajo desde la veteranía y la perspectiva que da el paso del tiempo, y la visión sobre aquello que en su día fue el principio de todo. El aplomo del grupo sobre el escenario, unido a las ganas de volver a enfrentarse al público en sus directos, nos regalaron hora y media de un espectáculo sonoro que nos devolvió a esas canciones que narran la armonía de los sueños, como ya titulé en la reseña que hice hace diez años de este Radiografías. Pasajero se mostraron atribulados por la serenidad que te da la firmeza que te proporciona la seguridad depositada en tu trabajo; una serenidad cargada de energía que tuvo momentos más que brillantes como cuando atacaron Volverme a preguntar o Autoconversación, a los que había que añadir en el bis: En la mitad, Hombres tristes, o Borro mi nombre —todo un himno del grupo con el que terminaron su actuación—, y solo por poner algunos ejemplos de un concierto brillante y vital lleno de momentos para recordar. 

Para estos dos directos Pasajero han contado con la inclusión de Juanjo Rey a la guitarra, y la colaboración especial de Javier Couceiro (Havalina) en la interpretación del tema Autoconversación, como ya hiciera en el disco. Un bolo que comenzó con El pozo y el péndulo, una canción con la que comenzamos a vibrar y que nos devolvió a esa otra actuación en la Sala Joy Eslava, donde rodeados de amigos —Pucho, entre otros—, nos brindaron otro magnífico directo para celebrar el alumbramiento de su segundo trabajo, Parque de atraccciones, —que en este concierto de 2022 fue la parte principal del bis con el que acabó el concierto—, y que ese día nos sirvió para confirmarnos que estábamos delante de uno de esos grupos que venían para quedarse. El pasado viernes, Daniel Arias (voz, bajo, guitarra), Josechu Gómez (batería, percusión), Eduardo Martín (guitarra, coros) y Javier García (sintetizadores, pianos, coros) volvieron a vibrar sobre el escenario y nos demostraron lo cierto que hay en el axioma del que hacen gala: «hacemos música para (sobre)vivir», y con el que celebraron un más que justificado regreso, porque quizá, diez años no son nada, y menos aún si nos sirven para darnos cuenta de la materia de la que estamos hechos. 

Ángel Silvelo Gabriel.

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