jueves, 14 de septiembre de 2023

SECOND, HOMENAJE A SUS 25 AÑOS DE CARRERA (I): PRIVATE LIFE, 2000

 


¿Dónde estábamos en el año 2000? El punto de partida del que esperábamos tanto y, al final, nos llenó el futuro de más incertidumbres. Para superarlas, siempre nos quedará el refugio de la música, de sus melodías, letras, ritmos, imágenes, conciertos y cadencias. Nada es igual tras adentrarnos en la música, escuchar ese disco que tanto nos gusta y a la postre nos abre nuevas ventanas, o ese concierto del que salimos con una sonrisa de felicidad que antes de entrar no se dibujaba en nuestros rostros. Rostros anónimos que se dan cita alrededor de un grupo y sus canciones. Este año, también, fue en el que apareció el primer larga duración del grupo murciano Second, Private life, una colección de canciones en inglés que nos transmiten esa vida privada que se encuentra dentro de nosotros antes de que vea la luz. Private life es el resultado de vivencias y ritmos que nos acercan a la música inglesa de años atrás, cuando la libertad y la provocación no causaban sarpullidos ni estragos, pues todo se cernía a la búsqueda de una felicidad que se conseguía derribando barreras. En este disco, todo comienza con My little girl, un medio tiempo de los que tanto saben Los Cinco de Murcia —como en su día los rebauticé en relación con el grupo de Liverpool, The Beatles—, y que ahora he renombrado como Los Cuatro de Murcia: Sean, Jorge, Nando y Fran, tras abandonar Javi la formación. Esta es su primera aventura musical, a pesar de que el grupo se fundara en el año 1997, y en ella asistimos entre sorprendidos e hipnotizados a esos aires ingleses de los grupos de los años ochenta que tan bien reinventan ellos en este disco, que cabría decir que es más londinense que inglés, por el acento urbano y cosmopolita que derrocha. 17, Sunday’s hit o In my life van surgiendo como lo hace el sol en la campiña inglesa cada mañana cuando vence a esa sempiterna niebla que muchas veces le acompaña. Ese sol radiante es el que ilumina a estas composiciones musicales por muy oscuras que nos parezcan alguna de ellas, porque todas, en su conjunto, desprenden una extraordinaria brillantez desde las cuerdas de unas guitarras que nos hablan del pasado y la vida —aquella que vivimos en la movida madrileña, por ejemplo—, y que nos llevan hasta esos clubs repletos de modernos o siniestros con sus crestas y ropas total black. No cabe un solo reproche a este disco —muy elemental en su producción, es verdad—, pero sobresaliente en el resultado por lo limpio e inmaculado de las voces, cuerdas y guitarras que nos invitan una y otra vez a revisitar a The Smiths —como por ejemplo en 17, Sunday’s hit…— 

Private life funciona como un eco que nos devuelve a una juventud perdida en las encrucijadas del tiempo, y que quizá por ello, nos resulta tan vital y llena de una energía única y envidiable, en la que podemos volcar aquellos recuerdos que nos acompañaron en nuestros primeros escarceos amorosos, conciertos y compra de discos. Todas esas vicisitudes vitales fueron las responsables de que con los años creásemos nuestra particular biografía musical; una biografía  donde Second llegó con la naturalidad que surge cuando sin saberlo te encuentras en el lugar adecuado. Temas como Whisper it o los espléndidos You are a short song y My game its over nos lo confirman, pues son canciones que ya forman parte de nuestra banda sonora personal, esa que se asoma ante nuestros ojos cada vez que los escuchamos. Un disco que acaba con esa pequeña obra maestra que es la canción Watching the moon, más The Cure que nunca, y que ya nos anunciaba lo que nos esperaba. 

Ángel Silvelo Gabriel. 

PD: dar las gracias a Ana M. Sabikilla por colgar en su canal de Youtube este disco —el único que no tengo de toda su discografía—, pues gracias a ella he podido escribir esta breve reseña que inicia una serie que recorrerá mi particular senda al lado del grupo a lo largo de estos años, y que acabará con el concierto del 18 de noviembre en Madrid.

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