En el ochenta aniversario de la muerte de Fernando Pessoa, un servidor no ha podido conmemorarlo mejor que con esta distinción a uno de mis relatos. Relatos malditos que, de vez en cuando, se hacen un hueco en el palmarés de los premios a los que los envío, cual dioses perdidos que, esta vez, alguien encontró, leyó e incluso le pareció que eran dignos de ser destacados.
«¡Duerme,
que la vida es nada!
¡Duerme,
todo es ilusión!
Si
alguien encontró el camino,
lo
encontró en la confusión
y con
el alma engañada».
Poema, ¡Duerme, que la vida es nada!, de Fernando
Pessoa
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