jueves, 12 de febrero de 2009

ARCO 2009



Ayer estuve en Arco. Tuve la suerte de ir el primer día de la Feria, y por ello, disfruté de una muestra de arte contemporáneo sin agobios ni personas peleándose por mirar el mismo cuadro. Este año, por mor de la crisis económica, las galerías disfrutan de espacios más amplios y las separaciones entre ellas las hacen más identificables. Incluso hay áreas de descanso más numerosas y generosas en los asientos, donde el hecho a destacar, serían los sofas y las sillas desmontables de cartón. En las que te sientas y no te caes, todo un milagro de la ciencia y el diseño.

En primer lugar, a la hora de comentar un poco Arco, vaya por delante mi desconocimiento de los tecnicismos y la profesionalidad que acompaña al mundo del arte, por lo que mi comentario sólo trata de reproducir sensaciones. Para empezar, lo que constato después de asistir a las últimas 6 ó 7 ediciones de la feria, es la batalla que año a año va ganando la fotografía en detrimento del resto de soportes, sobre todo, de la pintura. Cuando contemplaba las fotos de formato gigante (imposibles de trasladar a una casa de tipo medio, quizá porque éstos nos son los compradores de obras de arte) pensaba que quizá la fotografía sea la muestra de arte que representa mejor la inmediatez de la sociedad en la que vivimos (ya sé que no solo se trata de encuadrar, enfocar y disparar para llegar al producto final) pero a pesar de todo, el proceso de elaboración es mucho más rápido. Se me ocurre que como el que hay entre escribir a mano o hacerlo en un ordenador con un programa de tratamiento de textos.
La fotografía, en contraposición con la pintura, y más concretamente con la pintura hiperrealista, un rara avis en la muestra de ARCO 09. Además, viendo estas grandes estampas de la foto realidad tuve la sensación que aparte del escaso interés que pueden mostrarme esos paisajes de casa con mar al fondo, en alguna de ellas predominan los rostros y las figuras humanas como un regreso a la cercanía del ser humano a través de una mirada, un gesto o la simple presencia de una persona para ensalzar ese mensaje de cercanía. Asimismo, tuve la impresión que aquellas fotografías que muestran grafitis, pinturas u otras muestras artísticas, se apoderan de la meta expresión artística, es decir, el cuadro dentro de la fotografía, como un arte elevado al cuadrado.

Por lo que respecta a los cuadros, y tras la apreciación que me hizo mi chica, éstos en muchos casos tratan de llamarnos la atención a través de la palabra y no de la imagen. Bueno sí, de la imagen escrita, que en ocasiones se muestra con letras ilegibles, o mediante grandes collages de miles de pequeñas piezas que reproducen una misma imagen o la secuencia de una escena que transcurre en unos segundos, apoderándose de un instante en la vida de una persona, como un cine en cámara lenta. Creo que la presencia de estos macro collages en mini piezas sueltas este año es más numeroso, junto con la ausencia de animales en formol.

Sin duda, las galerías alemanas son las más llamativas por lo extravagante o lo innato de su expresionismo, como muy bien me apuntó Francisco Masedo, pintor hiperrealista de gran proyección y con numerosos premios a sus espaldas, y que se lamentaba que este tipo de pintura no tuviera mayor cabida en la muestra, como si un canal clásico de comunicación hacia los demás ya no fuese válido o no existiera (como me recordaban mi profesores en la universidad, aquello que no sale en los medios es como si no existiese). A mi se me ocurre pensar en la inmediatez, el nerviosismo, el estrés, en fin, matizaciones que reproduzco en mi segunda novela "Estaciones".
Bueno, ahora que se acerca el día de los enamorados, no hay nada más recomendable que pasear junto a tu pareja viendo obras de arte sin agobios, además de sentir, comentar y buscar una mirada de complicidad con la que compartir algo diferente.

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