domingo, 4 de abril de 2010

EL ESCRITOR: UN FILM DE ROMAN POLANSKI


A veces, la realidad se tiñe de apariencias que en el fondo desvirtúan aquello que se ve a simple vista, porque a veces, la realidad no es lo que parece, y así, un escritor se convierte en detective y los roles de un matrimonio donde él es el ex Primer Ministro y ella es la ex Primera Dama se intercambian, dando lugar a algún que otro malentendido, y por qué no, sorpresa.

En esta ocasión, Roman Polanski se convierte en un maestro de la narración fílmica, limitándose a mostrar o sugerir y no a atropellar al espectador con imágenes o diálogos machacones, repetitivos o que no dicen nada (desempeñando su oficio con la maestría de un narrador de cuentos, donde lo más importante es mostrar). Pero no sólo eso, la selección de imágenes y planos dan una fluidez y sutileza a la película dignas de destacar, que hacen que no se noten las más de dos horas de duración del film.

El Escritor, es una película que ha puesto de acuerdo a toda la crítica mundial tildándola, sino de obra maestra, si de una gran película a la altura de las mejores de su carrera, no en vano ha sido galardonada con el Oso de Plata en el pasado Festival de Berlín y ha convertido a Roman Polanski en protagonista de la actualidad más allá de su cuando menos azarosa vida privada.

En este proyecto, ha acudido a la novela El Poder en la Sombra del escritor Robert Harris, que además es junto a Polanski el creador del guión, convirtiéndola en un thriller cercano en muchas ocasiones al cine de Hitchcock, donde destacan tanto el tono comedido de la acción como el suspense sugerido e inteligente, y que en ocasiones, muestra muy a las claras un paralelismo entre la película y la biografía del propio Polanski, véase sino el destierro en una isla fuera del alcance de los Altos Tribunales Internacionales, o esa maravillosa cárcel que es la casa donde vive el protagonista de la película, llena de magníficas cristaleras que dan a un inmenso e infinito mar de dunas que a pesar de su cercanía no puede llegar a tocar.

Si ya hemos resaltado la maestría de Polanski en su forma de contar y filmar esta película, tampoco se queda atrás su dirección de actores, regalándonos una estupenda interpretación Ewan McGregor, como negro del Primer Ministro a la hora de escribir sus memorias, un personaje que con fina sutileza va cambiando su inicial distanciamiento para progresar hacia una cercanía detectivesca que se convierte en el hilo conductor de una historia que permanece oculta y que es la verdadera historia de la película (otra característica afín al mundo literario de los cuentos), donde gracias a sus averiguaciones (con golpes magistrales como el del gps de su coche) nos va metiendo en el profundo trasfondo de la trama apenas sin enterarnos.

Del mismo modo, Pierce Brosnan, Olivia Williams y Kim Cattral, conforman el resto de un reparto, que está a la altura de este gran proyecto, y que junto a la música de Alexander Desplat completan un perfecto engranaje de una de las películas más atrativas y recomendables de la actual cartelera.

Finalmente, resaltar el plano secuencia del final de la película, como ejemplo que debería de mostrarse a futuros directores de cine, donde la perfecta mezcla de técnica, suspense y sutileza, es sencillamente magistral.

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