Al principio había barro, y el
sonido de la respiración,
Y nadie sabía dónde estábamos.
Cuando lo averiguamos, era
demasiado tarde.
Nada puede ocurrir ya salvo como
ha de ocurrir.
Y además, estaba solo y no
importaba.
Sólo porque entonces nada podía
importar.
***
Creíamos que había otros caminos.
La oscuridad quedaba fuera.
Nosotros no somos eso, decíamos.
No está en nosotros (…)
***
Hubo un tiempo en que la vida era
más alegre.
Bebíamos aún el agua del lago,
El cubo salía fresco
y fragante con el olor a agua
profunda.
La canción se oía en todas partes
aquel año, un absurdo estribillo:
Parece tanto tiempo, y no lo es.
Parecen tantos años,
y tal vez sea uno.
Cuando los árboles estaban allí
me preocupaba que estuvieran allí,
y ahora han desaparecido.
Para salir tomamos la senda que
rodea el pantano.
Cuando emprendimos el viaje de
regreso la marea había subido.
Había otro camino pero quedaba
muy arriba y era difícil llegar.
Así que esperamos aquí, y todo
sigue igual.
***
Había muchas cosas que quería
decirte
antes de que te fueras, y ya nunca
te las diré.
Aunque el sol inunda la terraza
formando las mismas sombras en
los mismos sitios,
sólo lo veo yo, sólo yo oigo el
viento
y es demasiado fuerte.
El mundo hierve de palabras. Perdóname…
Poema, Casi nada, de Paul Bowles.
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