1.- LA
VIDA EN TIEMPO DE PAZ, DE FRANCESCO PECORARO

2.- LOS
AÑOS DEL CASTIGO, DE FLEUR JAEGGY
Los
hermosos años del castigo son un
inesperado encuentro con la gran literatura que no entiende ni de modas ni de
géneros, pues aborda la vida en sí misma alejada de la monstruosa actualidad,
ya que no bebe de ella (la primera edición de este libro en España es de enero
de 2009), si no de ese otro maná que sólo se encuentra al otra lado de la línea
del horizonte donde la falsedad de lo cotidiano deja paso a lo auténtico, pues
auténtico es aquello que te hace sentir por dentro que todo es posible, hasta
aquello que en principio no lo es: «Pero ¿cómo se representa el vacío? ¿Tal vez
es la falsificación de todo lugar originario? Nada más verdadero y más falso,
por manipulado, que ese pecado original con el que nacemos y, con el que Fleur
Jaeggy juega en esta novela: Los hermosos años del castigo, bajo
la óptica de la fría voluptuosidad de la adolescencia.
3.- EL
PRIMER HOMBRE, DE ALBERT CAMUS

4.- EL
ARTE DE LA FICCIÓN, DE JAMES SALTER
La vida
sin trampas que nos propone Salter en estas tres conferencias que
dio en la Universidad de Virginia unos meses antes de morir, son el mejor
reflejo de su atrevimiento, lucidez, falta de arrogancia, búsqueda de la
perfección, oralidad…, y Balzac. Al que luego se añadieron Flaubert,
Thomas Wolfe, Faulkner o Isaak Bábel, sin olvidarnos de Nabokok,
Kerouac, Updike o Bellow, entre muchos otros y, junto a los que intentó
buscar esa gran entelequia denominada como Gran Novela Norteamericana, sin
saber muy bien ni cómo ni porqué y ni siquiera qué sentido tenía, en una nueva
muestra de cercanía y sencillez que engrandecen más y más su figura y su obra.
No obstante, Salter nos recuerda que: «Escribir novelas es
difícil», o que, «componer novelas es un proceso largo. “Has de tener una
capacidad enorme de resistencia para ser novelista —dijo Anthony Powell— Tienes
que hacer un montón de tareas aburridas y perseverar día tras día, y si no eres
capaz de eso, poco importa que tengas toda la imaginación del mundo”. Según él,
era una cuestión de aguante, como casi todo en la vida». «… Los libros señalan
un período o un lugar, y poco a poco se convierten en ese lugar y en ese
momento».
5.- LA
DESINTOXICACIÓN MORAL DE EUROPA, DE STEFAN ZWEIG

6.-
MEMORIA DE ELEFANTE, DE ANTONIO LOBO ANTUNES
Memoria
de elefante es un viaje a ninguna
parte a través del vacío que se apodera de nuestro espíritu, o un tránsito por
el reino de la soledad sin nombre a través de la noche más oscura, como nos
apunta Fitzgerald —un prodigio de la autodestrucción—. Hay dolor
físico y espiritual en el protagonista, con memoria de elefante, de la novela a
la hora de relacionarse con el mundo y sus gentes, de ahí que se refugie en la
soledad como mejor solución a esa incomunicación. Un hartazgo de estar vivo que
él contrarresta con las comparaciones que hace entre sus diferentes estados de
ánimo y las observaciones que expresa en general a través del arte, sobre todo
mediante la pintura y sus artistas, pero también con la música o la literatura.
Lobo Antunes consigue llevarnos de la mano a través de una
narración que es un hilo continuo que ni se acaba ni te suelta, porque la
historia nunca va hacia atrás, sino hacia adelante, hacia ese abismo que nos
marra con un ritmo lento de sucesos y diálogos interiores que nos muestran el
amplio universo de la soledad y la huida que ésta conlleva. António Lobo
Antunes, con ello, provoca en el lector un malestar existencial que
llega a reconocerse sin dificultad en este psicólogo que cura a los demás pero
no a sí mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario