lunes, 17 de noviembre de 2025

NADADORA, MAÑANA Y SIEMPRE: EL MEJOR INDIE POP GALLEGO ESTÁ DE VUELTA

 


Mañana y siempre el nuevo álbum de Nadadora engloba en su título la esperanza del futuro y las cicatrices del pasado. Una dicotomía que podríamos aplicar a la lírica de sus seis nuevas canciones. Arrebatadoras, en su lado más poético, por lo que tienen de sanadoras e ilustrativas de lo que es la vida y de las circunstancias que nos rodean a cada uno de nosotros a lo largo de la misma; y serenas, por la concepción de reparación que atesoran. Unas sensaciones que se manifiestan en la música y los arreglos que han elegido para seguir definiendo su trayectoria musical. Canciones que entran y salen de nuestro corazón con el riesgo que conlleva todo salto al vacío. Un riesgo del que salen victoriosos con unas guitarras alentadoras e inspiradoras de muchas imágenes que se superponen unas a otras y surgen, como un duende, tras la voz de Sara Atán, más segura que nunca en esa fragilidad que desmonta tópicos y aviva nuevas emociones. Guitarras que, además, nos dejan buena muestra de lo que fueron en composiciones como «Me llamaréis asesino» y ahora resurgen en temas como «Aparecer». De la mano de Martí Perarnau IV en la producción, y Pablo Pulido en la ingeniería de sonido, las melodías y el sonido de Mañana y siempre surcan un nuevo camino pleno de matices, limpio y conciso si se quiere, pero que tiene un resultado más que notable a la hora de ejecutar unas canciones concebidas, interpretadas y ejecutadas con el alma, pues esa podría ser su mayor y mejor definición. Canciones que han nacido para quedarse como es el primer adelanto del disco, «1997» —cómo nos llevó hasta «Septiembre no está tan lejos» tras su primera escucha—, por lo que tiene de continuidad y, a su vez, ruptura con el pasado. Un tema que nace de la melancolía de la brecha del tiempo y termina por ser una gran oda a la esperanza: «Ahora explotaremos en el cielo/ seremos un destello/ brillaremos esta noche de nuevo/ tan solo un momento/ nada más.» Cualidades que también se encuentran en «Aparecer» el segundo adelanto del grupo de O Grove; un tema en el que las guitarras se afilan y afilian a las pesadillas que nos canta Sara envolviendo a la canción en un ritmo pop intenso y dilatado que nos traslada a las nuevas sensaciones de las que hacen gala Nadadora. Una extensión musical que se sigue percibiendo en «Bailaremos», otra demostración del ritmo vivo que nos reta a revisar nuestras emociones: Bailemos, bailemos, y bailamos, y bailaremos, sobre todo, para estar más cerca el uno del otro. Amor y recuerdo. Promesa y entusiasmo, todo en uno: «Recordé cómo brillaban nuestros ojos/ Te prometí que nada iría mal/ Levantamos nuestras manos en el aire/ Todo lo podíamos alcanzar». Ritmos que nos precipitan sobre «Valiente», la joya escondida de este álbum, por emblemática, preciosa, directa y con un sonido envolvente que te atrapa desde la primera audición. Elementos todos ellos que son como un eco del inicio y final de una forma de entender la música que nos lleva por la senda de esa mañana y siempre con el que se busca reconstruir lo destruido. Grietas como la referencia que Sara Adán hace referencia al kintsugi, una técnica japonesa que tiene como filosofía la aceptación de las cicatrices y las heridas. Heridas que ya no sangran y con el paso del tiempo se asemejan a grietas; grietas que, por cierto, también están presentes en la gran ilustración del disco que ha hecho Guillermo Arias y recorren el rostro de él y el de ella como venas que antes separaron y ahora unen. 

Mañana y siempre hace referencia a la novela homónima de Jon Fosse, publicada en España por Nórdica Libros. La lectura de la misma impactó tanto en Gonzalo Abalo que tomó su nombre para titular el cuarto álbum de Nadadora que tiene en «Anillo» el quinto corte del disco; un tema que representa la mejor muestra de ese matiz lírico más acentuado de todos los tracklist del grupo gallego: «Cuando todo haya acabado/ te haré con papel un anillo blanco/ bajo el cielo más estrellado/ Me limpiaré el miedo, me quitaré el espanto». Voz y sonido aunados en una suave brisa que te roza la piel como si fuese un velo sonoro. Cadencias que siguen buscando su soporte en «Flores», la canción que cierra la vuelta de Nadadora y en la que colabora Xoel López: «Todas las flores giran/ en algún momento hacia el sol/ igual lo haré yo». 

Tras todo este gran telón de ritmos y melodías se encuentra Ernie Records que, desde Ponte Caldelas, Pontevedra, y bajo la batuta de ese gran alentador y descubridor de tantos y tantos músicos, y tantas y tantas canciones que es Josiño Carballo, nos ha hecho llegar Mañana y siempre para anunciarnos que el mejor indie pop gallego está de vuelta. 

Ángel Silvelo Gabriel.

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