sábado, 1 de septiembre de 2018

JOHN KEATS Y FANNY BRAWNE EN LA LIBRERÍA SHAKESPEARE AND COMPANY DE PARÍS: LA PERPETUIDAD DEL AMOR



París. El Sena. Notre Dame y, enfrente, el Barrio Latino: ruidoso, cercano, caótico. Dentro de esa pequeña isla la librería Shakespeare and Company —kilómetro cero de París— y, dentro de ella, libros, camas, espejos, un pequeño escritorio y más libros; de viejo —herrumbrosos junto a los pilares de madera—, actuales —pendientes de ser elegidos por la multitud de turistas y lectores que por allí se dejan ver— y, de poesía, perdidos en una estancia intermedia del primer piso. Libros si acaso olvidados o, al menos, no tan solicitados. Entre esas limitadas estanterías un poco inclinadas por el paso del tiempo John Keats y, a su lado, Fanny Brawne. Juntos y en silencio. Imperturbables al bullicio y al paso del tiempo. Dejando huellas de la perpetuidad de su amor. Más allá, el mundo; un mundo lleno de aristas y sombras, un mundo feroz y ajetreado que ha hecho un pacto con el diablo, pues cada día está más perdido en lo que menos importa.



«To see those eyes I prize above mine own

Dart favors on another —

And those sweet lips (yielding inmortal néctar)

Be gently press’d by any but myself —

Think, think Francesca, what a cursed thing

It were betond expression!

                                                           J.»





Ángel Silvelo Gabriel.

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