miércoles, 28 de julio de 2010

VIVIAN GIRLS EN EL MOBY DICK


Todos aquellos que tengan la suerte de estar en Madrid, podrán disfrutar esta noche en la sala Moby Dick de la música de este trío femenino de Brooklyn compuesto por tres rockeras, que tras sus caras de niñas buenas, esconden una fuerza inusual en la forma de interpretar música pop y rock por parte del universo femenino.
Ritmos animados, acompasados de guitarras y voces altivas y llenas de vitalidad, que seguro que nos hacen saltar ante sus marchosas melodías, a pesar de los calores veraniegos que la capital se gasta estos días, y que sin duda se llevan mejor con gotitas frescas de buena música como las de Vivian Girls.
Miércoles 28 de julio, a las 21,30 horas en la Sala Moby Dick (Av. deBrasil, 5 de Madrid) (12 €).
Más información en http://www.viviangirls.net/

JULIAN OPIE EN EL IVAM


Julian Opie es de los que piensan que el arte no se limita a los márgenes de un cuadro, para este artista inglés el arte no tiene límites como muy bien plasma en su exposición de Valencia, y no sólo eso, sino que parte del axioma que el arte forma parte de nuestras vidas, sobre todo, Opie nos intenta llamar la atención sobre lo cotidiano del ser humano y su traslación al mundo de la creación.

En la exposición que ha permanecido en el IVAM hasta el pasado 18 de julio (ante la gran afluencia de público se ha prorrogado hasta el 22 de agosto) y que él ha dividido en tres partes: caminar, relatos y baile (o capítulos como él los llama) es un estudio sobre el movimiento. Un recorrido al que cada uno puede darle un significado, pero al que Julian Opie ha dedicado mucho tiempo, porque piensa que nuestras vidas se componen en gran parte de movimientos de los seres anónimos que cada uno representamos, y esta fijación es la que le ha servido a Opie para llamar nuestra atención sobre su arte y composición.

Pero en este caso, la exposición empieza mucho antes de la sala de exposiciones, y como premisa del arte total, un gran vinilo de perfiles cortados en negro imprimen de un bello y distinguido carácter a esta muestra, a medio camino entre la pintura y la escultura de límites y trazos definidos y de led de personas en movimiento.

A las figuras de seres humanos sin facciones en el rostro y de colores definidos en sus prendas y vestidos, Opie las colocan en el epicentro de la sociedad industrial, y anónima por definción, en la que nos desenvolvemos, lo que nos les exime de unos rasgos amables y unos colores alegres que se contrarrestan con la gruesa línea negra que marca los límites de sus personajes con el exterior, una barrera fronteriza que parecen destinados a no poder traspasar.

En cuanto a los retratos, éstos casi siempre se conforman de personas cercanas a Opie, a las que él dota de una visión muy personal, cercana y libre, donde destaca la sencillez del gesto o la mirada, y que se compaginan a la perfección con grandes dosis del dominio del color, pues con una paleta de colores muy básica, consigue resaltar lo esencial de aquello que quiere representar a través de un simple gesto.

Por último, el gran acierto de los bailarines, se encuentra en su disposición en la sala elegida para su exposición, así como, la elección de la disposición de las distintas figuras, que te llevan a imaginar la coreografía que Opie ha intentado mostrarnos, un baile en estado puro, aunque esta vez es ejecutado por seres anónimos sin rostro, pero cargados de una ilimitada alma danzarina.




Julian Opie es una experienca viva del arte en movimiento.

domingo, 25 de julio de 2010

MADRES E HIJAS: UNA PELÍCULA INTENSA, ENTRAÑABLE Y DESGARRADORA


Las tres primeras imágenes de la película son una perfecta muestra de sinopsis cinematográfica que tienen la extraña y magnética habilidad de resumir la vida del ser humano sobre la tierra con una sencillez y maestría dignas de la mayor de las alabanzas. Estas imágenes representan un beso, una sesión de preparto y el nacimiento de un nuevo ser humano, y todo esto cuanto todavía no sabemos cuál va a ser la historia que en sí misma encierra la película. Después, en la siguiente imagen, una hija cepillando el pelo a su madre (suponemos) como resultado de las imágenes anteriores.


Madres e hijas tiene esa extraña habilidad de transportarnos a la intensidad emotiva de los sentimientos humanos a través de los tortuosos caminos de la ausencia, los errores, el reproche y la incomunicación. A esta película le viene como anillo al dedo la frase: "tiempo de comunicaciones rotas o comunicadas a destiempo". Pero Rodrigo García nos propone que por encima de todo está el instinto, esa cualidad humana que antes o después se despierta y que quiere conocer de dónde procedemos, quiénes son nuestros padres o nuestros antepasados, como algo inherente al genoma humano y que no se transmuta por muy diferentes que sean los accidentes vitales que nos moldean de mil y una forma diferentes a lo largo de nuestras vidas.


La adopción, que también ha sido retratada de forma profusa por Lorrie Moore en su última novela Al pie de la escalera, encierra un inagotable mundo de verdades y mentiras, que en este caso también tiene como protagonista a una niña de color, y aquí se vuelve a reproducir el sempiterno problema racial de los norteamericanos, en el que Rodrigo García también quiere entrar para que nadie quede fuera de este drama de verdades y mentiras.


La inteligencia de Naomi Watts a la hora de elegir sus últimos papeles deja perplejo a cualquiera, si bien es verdad, que en esta ocasión sospechamos que el productor Alejandro González Iñárritu tiene mucho que ver en su inclusión en el reparto, después de la multipremiada 21 gramos. Su personaje Elizabeth está perfectamente perfilado en la dureza profunda y en la frialdad inteligente a las que Naomi Watts proporciona sus naturales dosis de belleza serena, pero que finalmente sucumben a su propio instinto. Sin duda, una magnífica y sobresaliente actuación.


Enfrente Annette Bening, que nos recuerda todo aquello que debe poseer una gran actriz con mayúsculas. Bening borda el papel de madre a la deriva, perdida en su pasado y atormentada por una decisión que el paso del tiempo le recuerda que nunca tuvo que tomar. Su actuación es una gran lección interpretativa a la que muy pocas actrices son capaces de llegar, y que es una muestra más de su gran madurez. Sencillamente excelente.


La tercera historia la protagoniza Lucy (Kerry Washington) que da vida a una joven mujer que no puede tener hijos y que se ve inmersa en el farragoso mundo de las adopciones. Un mundo del que últimamente siempre llama la atención el intercambio de papeles que se ha producido sobre las ideas preconcebidas que uno tiene sobre el mismo. Aquí Lucy es la encargada de cerrar el círculo al guión fragmentado en tres historias, y que finalmente se juntan como siempre por un caprichoso destino, y que también como siempre, vuelve a intentar sorprendernos (quizá éste sea el punto más débil de la película).


Los hombres de la película, aventureros del deseo y el amor, vienen interpretados por dos grandes actores como son Samuel L. Jackson y Jimmy Smits, cuyas interpretaciones están a la altura del gran elenco de actrices.


A pesar de que parte de la crítica ha visto en la tercera parte de esta historia su punto débil, es decir, cuando la misma gira hacia el aspecto más emotivo, una vez más nos sorprenderíamos si conociésemos los casos de aquellas personas adoptadas, que al igual que los salmones vuelven a morir al lugar donde nacieron, quieren saber de dónde proceden, porque eso es algo que pertenece al mundo de los instintos, y por lo tanto, está fuera de nuestro racional alcance.


Todo ello viene envuelto en una magnífica música de Ed Shearmur, con un violín que es capaz de llorar junto a los rostros de las actrices o un piano que nos lleva a lo más profundo de los sentimientos. En definitiva, Madres e hijas es una película intensa, entrañanble y desgarradora.

sábado, 24 de julio de 2010

NADADORA: LUZ, OSCURIDAD, LUZ


El próximo 7 de septiembre es la fecha prevista para el lanzamiento de Luz, oscuridad, luz, el nuevo trabajo del grupo de O Grove Nadadora, y que ya en el título nos transmite un poderoso y enigmático juego de palabras y sensaciones que se trasladan a su música, esta vez sí, más limpia en el juego y ritmos de sus guitarras, a las que se une Sara Atán con un toque en la voz a Irantzu Valencia (la ex cantante de La Buena Vida), fundiéndose en un largo y enigmático viaje, al que Nadadora es capaz de llevarnos entre una espesa vegetación de profundos bosques repletos de grandes helechos y altos ecucaliptos para trasladarnos hasta una solitaria y cristalina playa a las orillas del Atlántico.
Un poderoso sonido pop que nos sigue demostrando la buena música que se hace en este país, ya sea desde una gran ciudad o desde un recóndito pueblo como es el caso de Nadadora, que más allá de las típicas influencias británicas de New Order o The Smiths (a este grupo habría que dedicarle un monumento por la luz que han dado a un sinfín de artistas) nos proporciona grandes dosis del mejor pop que hoy por hoy podemos escuchar en el prolífico mundo indie musical español.
El tema que han elegido para adelantarnos sus nuevos sonidos ha sido 1987, un paso adelante a los ya reconocidísimos 20.000 veces, El Bosque o ese himno que es Septiembre no está lejos, lo que nos demuestra que los componentes de Nadadora saben el camino que quieren seguir.
Ya estamos deseando escuchar el resto de su nuevo Luz, oscuridad, luz. En su blog ya podéis ver las citas de sus próximos conciertos.

viernes, 23 de julio de 2010

ÁNGEL SILVELO FINALISTA DEL II CONCURSO DE MICRORRELATOS ABOGADOS.ES DEL MES DE JULIO


Aunque el mes pasado no conseguí el único premio mensual del concurso, este mes he vuelto a ser seleccionado para optar al premio, lo que sin duda, es todo un logro en mi relación con este concurso que siempre se me ha resistido.


La idea del microrrelato es la letra de un rap, por eso os aconsejo que la leáis como si cantárais la letra de una canción.


Espero que os guste. En la foto estoy con mi amigo Ibán en nuestro encuentro literario malagueño.


RAP Y CONDENA.

Mi madre decía que no existía peor condena, que tener hambre y no tener cena. Que errada que estaba, ya entonces no se enteraba. Ella no sabe lo fácil que es, tener cena dentro de la trena. Rap, rap, rap y condena. Abogados, jueces, magistrados, todos ellos trajeados, bronceados y endiosados. Sólo buscan una cosa a la que llaman justiciosa. Amurallados entre informes y audiencias, sólo cavilan oscuras sentencias. En unas salas refrigeradas y mal informatizadas. Rap, rap, rap y condena. Mi maqueta, es mi sardineta hacia todo lo que me aprieta. No hay toga más oscura, que soportar esta tortura. Ya en vano llega el verano sin la libertad en la mano. Mi madre desconocía que no existía peor condena, que no poder tomar el sol en la trena. Porque aquí, no hay arena, ni una sombrilla ni un bote de crema. Rap, rap, rap y condena.


Microrrelato de Ángel Silvelo

martes, 13 de julio de 2010

LORRIE MOORE, AL PIE DE LA ESCALERA: UN VIAJE HACIA EL INTERIOR DE LAS PERDIDAS ALMAS NORTEAMERICANAS


El título de la novela, Al pie de la escalera, simboliza el arranque en la vida fuera de la familia de su protagonista, Tassie Keltjin, y que encaja a la perfección, con la representación de la nueva América nacida de un país que necesita denodadamente reencontrarse tras los atentados del 11-S.

Nada es casual en la suave superficie de la vida de los personajes que ha creado Lorrie Moore en su última novela después de once años de silencio, en donde los personajes femeninos aparecen perfectamente delineados y nos resultan más amables (aunque se encierren dentro de un frasco lleno de histeria) que los masculinos, siempre alentadores de aquello que nos resulta más feo y oscuro en nuestras vidas.

Moore nos propone un viaje hacia el interior de las perdidas almas norteamericanas a través de la joven Tassie, cuando una vez instalada en la Universidad de Troy, decide buscar un trabajo de niñera con el que sacarse un dinero extra. La mirada de la joven, le servirá a Moore para mostrarnos diferentes estados mentales y sociales de una sociedad a la par hipócrita y perdida.
Lo que comienza con un drama en la adopción por parte del matrimonio formado por Sara y Edward Brink, nos llevará, no sin esfuerzo (tanto narrativo como de acción) desde el tema del mercado sin escrúpulos en el que se ha convertido la adopción de niños, hasta el siempre sensible y lleno de prejuicios tema del racismo, un cisma que todavía existe en la sociedad estadounidense, por mucho que su máximo mandatario sea negro. Hecho éste, que sale perfecta e inteligentemente (aquí Moore hace un gran ejercicio de estilismo narrativo) reflejado por las conversaciones que la propia Tassie escucha desde la buhardilla en la que cuida a los hijos del grupo de reunión que la propia Sara Brink ha creado para defender e identificarse con la adopción de una niña negra.
Sin embargo, el talón de Aquiles de esta extensa narración, se haya en la dipersión que Moore nos infringe de vez en cuando, dilatando la acción (que no la calidad de la novela) con interminables a la vez que exahustivas pero anodinas recreaciones culinarias, campestres o macrobióticas, lo que unido a un incomprensible punto muerto con el que da por finalizadas algunas de las tramas de la novela (véase por ejemplo la relación de Tassie con los Brink), dejan en mal lugar a un trabajo ambicioso, inteligente y de gran calidad técnica, poética y narrativa, que de no ser por lo anteriormente comentado (parece que todo gran escritor joven norteamericano debe desenvolverse en las grandes extensiones a la hora de dar el salto definitivo en su carrera), estaríamos ante una de las grandes novelas de los últimos tiempos. Lo que no deja de sorprender, pues nos encontramos ante una excelente narradora y cuentista (quizá la más importante de su generación), pero que en este caso no ha logrado conjugar los momentos memorables que existen en la novela, como es por ejemplo su parte final, donde se nos narra la muerte y destrucción de la inocencia de la propia Tassie, y cuyo ejemplo más álgido (que no el único) es la visita que hace en solitario al restaurante de su antigua jefa donde de una forma sencilla y magistral, nos describe el paso a la edad adulta de Tassie.
Al pie de la escalera tiene todos los ingredientes para llegar a ser una gran novela (incluso un final que sorprende), pero flaquea en las largas descripciones que por muy bien escritas que estén, no llegan a enganchar con una narración que posee todos los elementos de la gran literatura.

Reseña de Ángel Silvelo Gabriel

lunes, 12 de julio de 2010

EL PODER DE LOS SUEÑOS


Este es un extracto del discurso que no pronuncié en la entrega de premios de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid en el año 2001 cuando me dieron el Primer Premio por la Novela Fragmentos.

Lo que aquí se recoge, y que me lo dedicaba a mí mismo, creo que es perfectamente extrapolable a la situación que estamos viviendo ahora en el ámbito deportivo patrio, y que además, hoy ha sido destacado en el periódico digital http://www.que.es/.


"Las obsesiones, en muchas ocasiones, no nos dejan divisar el horizonte, y así, una y otra vez insistimos con terquedad en acciones y posiciones que finalmente nos damos cuenta que son equivocadas, pero en otras, todo lo que hasta ese momento era oscuro y turbio, se vuelve claro y diáfano como un amanecer en primavera.


Cuando este repentino cambio sucede, qué difícil es sustraerse a unas pequeñas dosis de vanidad y autocomplacencia, pues aunque nunca seamos conscientes de ello, hay veces, que los sueños se convierten en realidad".

¡Aupa España!

¡Somos campeones!

viernes, 9 de julio de 2010

CURZIO MALAPARTE: EL COMPAÑERO DE VIAJE


Conmovedor, directo, entrañable, idealista o humano, son algunos de los calificativos que encajan perfectamente con este relato corto, que a pesar de su extensión, no desmerece en nada por su contenido, sino más bien todo lo contrario. Curzio Malaparte, seudónimo de Kurt Erich Suckert (Prato 1898, Roma 1957) es una extraña mezcla de "intelectual de acción" (de padre alemán y madre italiana) y aventurero, que sólo podía producirse como resultado del convulso período de entreguerras. A la vez fascista (confinado por Balbo y liberado por Ciano) y comunista (protegido por Togliatti), este artista total, que ejercía tanto de periodista de guerra como de director de cine o de escritor, es sencillamente genial. Malaparte (seudónimo escogido en contraposición al nombre de Napoleón Bonaparte) trasgrede los límites de la escritura con una prosa cercana, directa y sin artificios, muy próxima en su concepción y plasmación a ese emergente neorrealismo cinematográfico italiano (no en vano dirigió varias películas) y llega a las entrañas del lector sin avisar, dejándole marcado con una estela de existencialsimo nada intelectual, pero desgarrador e impune a la mentira.

Una vez más, la Editorial Alfama demuestra un gusto exquisito por los títulos que edita, en este caso dentro de la colección Ficciones, y en donde la traducción de Paula Caballero Sánchez nos acerca hasta lo más profundo de las entrañas, el mensaje y el simbolismo que rezuman en El Compañero de Viaje.

El Compañero de Viaje nos narra las aventuras del soldado Calusia, desde que parte de Escila (Calabria) a Nápoles, con el cadáver de su teniente a lomos de un burro y una caja de madera donde transporta el cuerpo, hecha con sus propias manos. El relato de tal viaje nos proporciona la posibilidad de asistir a una serie de injusticias ante las que Calusia no se pliega y que cabría resumir en el siguiente párrafo: "no es culpa mía, no es culpa vuestra si hemos perdido la guerra. Pero la guerra contra los ladrones no quiero perderla. Debemos ayudarmos unos a otros a hacer la guerra contra los ladrones, porque los ladrones son los verdaderos enemigos de Italia". ¿Acaso caben mayores dosis de sinceridad y dignidad?

El Compañero de Viaje es sin duda un canto a la dignidad humana, una cualidad del Hombre que nunca deja de estar de actualidad y que siempre se encuentra presente y a su lado, pues en definitiva, los sentimientos y las alegrías y desventuras humanas son sencillamente universales.

Reseña de Ángel Silvelo Gabriel

miércoles, 7 de julio de 2010

¿QUÉ LES PASA A LOS HOMBRES?


Una vez más, Hollywood nos mete en la cartelera una película coral que se sustenta en la cantidad de rostros famosos que participan en ella (Ben Affleck, Jennifer Aniston, Drew Barrymore, Jennifer Connelly, Kevin Connoll, Bradley Cooper, Ginnifer Goodwin y Scarlett Johanson). Lo que no deja de ser un retrato de la sociedad en la que vivimos, llena de grandes reflejos que nos dejan ciegos, pero que bajo los mismos no existe nada de sustancia.


Los guionistas Abby Kohn y Marc Silverstein se basan en el libro de Greg Behrendt y Liz Tuccillo (guionistas de Sexo en Nueva York) e intentan deslumbrarnos con falsos reflejos acerca de las manoseadas relaciones entre hombres y mujeres. Rellenando de un sinfín de tópicos, un guión que no sustenta para nada al elenco de actores famosos que salen en el film.

Ésta, es una película que también podría haberse titulado ¿Qué les pasa a las mujeres?, pues son ellas las que se desesperan por enviarles señales a sus parejas para encontar ese punto de conexión que las haga felices, por lo que si algo queda claro en todas las relaciones que salen expuestas, es la falta de comunicación en la que nos hallamos inmersos, donde cada vez más nos mostramos incapaces de expresar nuestros sentimientos, y si acaso logramos hacerlo, siempre lo hacemos ante un desconocido, pues sabemos que en un principio no nos van a juzgar hasta que pase a formar parte de nuestras vidas.

En definitiva, su director Ken Kwapis no ha sabido desprenderse de la típica película multiactoral, que busca enganchar a un público eminentemente femenino que a través del título, puede pensar que hallará más allá de su realidad cotidiana respuestas a aquellas preguntas que seguro le acechan con respecto a los hombres, pero que una vez salga de la sala de cine, se dará cuenta que no habrá conseguido su objetivo, pues ¿Qué les pasa a los hombres? es la típica película para consumir en el sofá y dormirte en el mismo antes de irte a la cama.

martes, 6 de julio de 2010

HARPER LEE NO CELEBRA EL 50º ANIVERSARIO DE MATAR A UN RUISEÑOR


El próximo 11 de julio se va a celebrar por todo lo alto, en Monroeville (Alabama), el 50º aniversario de la mítica novela Matar al Ruiseñor, aunque dichos actos no van a contar con la presencia de su autora, una anciana Harper Lee (84 años) que sigue recluida en su modesta casa junto a su hermana Alice.


Lee, junto a Salinger y Pynchon, entre otros, sigue empeñada en formar parte de esa reducida, a la par que elitista, nómina de escritores desaparecidos al albor de su primera novela, cuyo éxito les arrastró hasta que se les perdió el rastro.


No obstante Harper Lee, imaginamos que contra su voluntad, volvió a estar de actualidad recientemente con motivo de los estrenos de las dos películas que abordaron la vida de Truman Capote, sobre todo el período relacionado con su novela A Sangre Fría, donde Lee sale retratada como compañera de investigación a su llegada a la población de Holcomb (Kansas).


Pero Matar a un Ruiseñor sigue viva y presente por sí sola, ya que según su editor todavía se venden un millón de ejemplares anuales, como mejor manifestación de la universalidad que supone por un lado el canto a la justicia que la novela lleva intrísecamente en sus líneas, y por otro, el excelente retrato de los sueños y miedos de dos niños que se van abriendo camino en la vida.
Sin duda, también contribuyó a su difusión, la película homónima de Robert Mulligan (un clásico del cine) y dentro de ella, la magnífica interpretación de ese gran actor que fue Gregory Peck (Oscar a la mejor interpretación en 1962 por su papel de Atticus Finch), aunque todos los ingredientes para que Matar a un Ruiseñor fuera un éxito mundial, ya se encontraban en sí misma, pues dentro de ella hay una historia que es capaz de conmover y acercarse a los más íntimos sentimientos humanos, todos esos que se escriben con mayúsculas.

lunes, 5 de julio de 2010

SCISSOR SISTERS: NIGHT WORK


Scissor Sister regresan al panorama musical con la sana intención de quitarse de encima los apelativos de banda gay o provocadora, pero lo tienen difícil, pues la portada que han elegido para este Night Work ha sido vetada en la toda sacro santa red social de Facebook, lo que por un lado les aleja de sus renovadas y sanas intenciones musicales, pero por otro, los ha situado en el disparadero de la atención mundial que va más allá del mundo musical y del lobby gay.


Pero centrándonos un poco en el aspecto musical de este Night Work, su carta de presentación Invisible Light es un tema de baile con ganas de agradar, que en los coros nos recuerda remotamente a la voz de Holly Johnson, cantante de Frankie goes to Hollywood (una vez más, insistiendo en los sonidos preferentemente homosexuales) y por qué no, también suenan a una mezcla entre los Bee Gees electrónicos del siglo XXI, o por momentos a ABBA o Madonna, dicen que también a ¿The Killers? (en el tema Fire with Fire), pero quizá nada de todo esto sea casual y el productor Stuart Price tenga mucho que ver en ello, barnizando el sonido de Scissor Sister de púrpura bailable y reflejos de espejitos al estilo más actual de la música disco de toda la vida.


Aquí están de vuelta los Scissor Sister, dispuestos a quedarse, pero sin opciones de pasar desapercibidos.

LA VIDA PRIVADA DE PIPPA LEE: UN FILM LITERARIO


A veces los creadores se empeñan en convertir sus obsesiones e inquietudes en un torrente de metaexpresiones artísticas. Veáse si no, como ejemplo de todo ello, esta película inicialmente concebida como obra literaria, y que tras su gran acogida por los lectores, hizo pensar a su autora Rebecca Miller (hija de Arthur Miller) en la posibilidad de llevarla a la gran pantalla.


A pesar de las negativas críticas que está recibiendo la película, La Vida Privada de Pippa Lee es un film sencillo, tenue y que entra por la retina sin apenas darnos cuenta. De ahí, que el error en su calificación, más allá de los gustos de cada uno, encuentre su punto de partida en todos aquellos que van al cine a ver otro tipo de películas y otra forma de hacer cine, y una vez sentados en la butaca muestran un nulo o escaso interés por la literatura y su expresión fílmica. Y todo esto, partiendo de la hipótesis que no es fácil adaptar con éxito una novela al cine, y además hacerlo, bajo un soporte intensamente literario, amén de que ambos proyectos hayan sido llevados a cabo por la misma persona que ha creado la historia. Aún así, es de agradecer que todavía haya creadores interesados en hacer un cine de autor, diferente, arriesgado y lleno de matices literarios.


Ejemplo de todo lo dicho, es el excelente resultado fílmico-narrativo a la hora de abordar los flashback. Rebecca lo hace de una forma tan sutil como original, en un imperceptible movimiento de cámara y planos con los que es capaz de trasladarnos del presente al pasado sin apenas darnos cuenta. Un giro muy literario y que consigue mantener el discurso narrativo con una sencillez aplastante y casi mágica.


La Vida Privada de Pippa Lee es el retrato autobiográfico de su protagonista (Pippa), interpretada por una excelente y maravillosa Robin Wright Penn, que cumple a las mil maravillas con el papel de protagonista y de sólido soporte de la historia, con una interpretación digna de resaltar, a la que sin duda ayuda su belleza serena, apenas imperceptible como su buen hacer de actriz, y que por momentos nos recuerda a la Lara de Doctor Zhivago.


La historia biográfica de Pippa Lee, no es únicamente una recreación artística de su directora, sino también el retrato de los múltiples rechazos que sufre su protagonista a lo largo de su vida (en este sentido hay que resaltar también la interpretación de su período de juventud por parte de Blake Lively). Un personaje que se nos antoja mágico, distinto y genial, lo que le conlleva grandes dosis de rechazo por parte de unas personas y una sociedad marcada por la mediocridad.
La Vida Privada de Pippa Lee es una película coral, que se beneficia de los diferentes matices interpretativos de los grandes autores que actúan en ella, a lo que hay que añadir una dirección tan sutil como original, que tiene la capacidad de retratarnos con maestría la vida de una persona diferente, pero que no tiene miedo a levantarse después de cada caída. En definitiva, estamos ante una película con una visión diferente del mundo y de los sentimientos, un contraste que al parecer sólo está al alcance del punto de vista femenino, y que como dice la protagonista: "me siento nueva, liberada y afrontando mi vida como si fuera el principio de todo".

jueves, 1 de julio de 2010

ENCICLOPEDIA BORGES






Marcela Croce; Gastón Sebastián M.Gallo.

Enciclopedia Borges.

Editorial Alfama. Coín (Málaga), 2008.








El título del libro lo dice todo Enciclopedia Borges, y en él se recoge la abundante y literaria colección de citas y referencias que inundan la vasta obra del gran maestro argentino Jorge Luis Borges.


Como nos dicen en la contraportada del libro, el objetivo de esta edición, no es otro que proveer de un instrumento útil al lector de la obra de borgiana, abrumada de citas y referencias cuya localización es a menudo compleja, y tan abundante en diversos textos (reseñas, notas, ensayos, cuentos, poemas, prólogos, textos de ocasión o de compromiso y otras variedades de ejercicios) que resulta inabarcable y es complejo pensar en la idea de “obra” en torno de la proliferante producción. A veces, como señala él mismo a partir de los escritos de Flaubert, si no supiéramos que un mismo autor es responsable de toda esa dispersión, jamás lo adivinaríamos.


Enciclopedia Borges recupera la pasión del escritor por esos volúmenes que ofrecen informaciones compendiadas y que procuran resolver en su conjunto las inquietudes o las ansias de saber de un lector curioso. Con ese propósito se reúnen aquí los autores, textos, lugares y temas que ocuparon al ejecutor de El Aleph. Los juicios sucesivos evidencian su independencia de criterio, su voluntad provocativa y las alternativas de “los juegos de un tímido” –como él mismo llamó a sus ejercicios- que no vacilan en la disidencia, se perfeccionan en la ironía permanente y caen en contradicción con sus propias afirmaciones según varíen las épocas. Tal es su concepción de la Enciclopedia: un texto donde cada lector puede encontrar justificadas las obsesiones que lo asedian.


Pero como dijo el propio Borges, este libro no apunta a ser una edición definitiva. "El texto definitivo corresponde a la religión al cansancio" y tampoco es voluntad de los autores concluir sus afanes bibliófilos en un único volumen.