Aunque el mes pasado no conseguí el único premio mensual del concurso, este mes he vuelto a ser seleccionado para optar al premio, lo que sin duda, es todo un logro en mi relación con este concurso que siempre se me ha resistido.
La idea del microrrelato es la letra de un rap, por eso os aconsejo que la leáis como si cantárais la letra de una canción.
Espero que os guste. En la foto estoy con mi amigo Ibán en nuestro encuentro literario malagueño.
RAP Y CONDENA.
Mi madre decía que no existía peor condena, que tener hambre y no tener cena. Que errada que estaba, ya entonces no se enteraba. Ella no sabe lo fácil que es, tener cena dentro de la trena. Rap, rap, rap y condena. Abogados, jueces, magistrados, todos ellos trajeados, bronceados y endiosados. Sólo buscan una cosa a la que llaman justiciosa. Amurallados entre informes y audiencias, sólo cavilan oscuras sentencias. En unas salas refrigeradas y mal informatizadas. Rap, rap, rap y condena. Mi maqueta, es mi sardineta hacia todo lo que me aprieta. No hay toga más oscura, que soportar esta tortura. Ya en vano llega el verano sin la libertad en la mano. Mi madre desconocía que no existía peor condena, que no poder tomar el sol en la trena. Porque aquí, no hay arena, ni una sombrilla ni un bote de crema. Rap, rap, rap y condena.
Microrrelato de Ángel Silvelo
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