Este es un extracto del discurso que no pronuncié en la entrega de premios de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid en el año 2001 cuando me dieron el Primer Premio por la Novela Fragmentos.
Lo que aquí se recoge, y que me lo dedicaba a mí mismo, creo que es perfectamente extrapolable a la situación que estamos viviendo ahora en el ámbito deportivo patrio, y que además, hoy ha sido destacado en el periódico digital http://www.que.es/.
"Las obsesiones, en muchas ocasiones, no nos dejan divisar el horizonte, y así, una y otra vez insistimos con terquedad en acciones y posiciones que finalmente nos damos cuenta que son equivocadas, pero en otras, todo lo que hasta ese momento era oscuro y turbio, se vuelve claro y diáfano como un amanecer en primavera.
Cuando este repentino cambio sucede, qué difícil es sustraerse a unas pequeñas dosis de vanidad y autocomplacencia, pues aunque nunca seamos conscientes de ello, hay veces, que los sueños se convierten en realidad".
¡Aupa España!
¡Somos campeones!
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