miércoles, 27 de enero de 2010

CHARLOTTE GAINSBOURG: IRM


La búsqueda de nuevos registros, está llevando a los cantantes actuales a explorar más allá del universo sonoro hasta ahora conocido, o eso es lo que debió pensar Charlotte Gainsbourg a la hora de afrontar la creación de sus nuevas canciones, cuyo sonido dice, y en alguna de ellas así es, se quieren acercar a la sinfonía sonora que producen las máquinas que nos realizan las resonancias magnéticas. Este viaje, que en sí mismo es extraño a la vez que arriesgado, necesitaba de la compañía de alguien que tuviera la suficiente experiencia en sonidos experimentales y atrevidos; y Charlotte debió pensar que quien mejor que Beck, para plasmar en música sus obsesiones debidas al grave accidente de esquí naútico y sus consiguientes y continuas visitas a la máquina de las resonancias magnéticas.

IRM se grabó mientras la cantante estaba rodando Anticristo, su última película a las órdenes de Lars Von Trier, lo que también queda reflejado en la cacofonía de sonidos, tan estridentes como estremecedores, de las canciones de este IRM. Su primer single Heaven can wait así lo demuestra.

Pues eso, que la actriz-cantante anglo-francesa, nos intenta convencer con su tercer álbum (IRM) que sus metas musicales van más allá de los leves susurros que la acompañaban en sus anteriores trabajos.

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