La vigilia del sueño me envía tus
palabras cargadas de cariño. Palabras, que mi subconsciente convierte en una
melodía llena de deseo y en mensajes envueltos en notas de jazz que despiertan
mi libido. Me doy la vuelta buscándote, con la necesidad de tocarte y sentirte
más cerca, pero ya no estás. Sin embargo, una leve luz que marca las horas y,
se empeña en recordarme olvidadas palabras de amor, me dice que no eres tú la
compañera de mis inesperadas pasiones nocturnas, sino un pequeño aparato de
radio digital que desprende historias de amor en mitad de la noche. Un aparato
de radio que me recuerda cuál fue el veredicto final de mi particular condena.
Microrrelato de Ángel Silvelo Gabriel
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