sábado, 5 de septiembre de 2009

LA SENTENCIA

Tengo la sentencia del Magistrado en mi mano. No la leo. Sé que me va a condenar. ¿Por qué todos creen que estoy loco? Nadie me entiende después de mi gran descubrimiento. Ahora sólo deseo contemplar como cae la nieve a través del gran ventanal del estudio. Un muro tan fino como la tela del lienzo que me persigue. Si sigo adelante es por ella. Nadie lo comprende, pero esa imagen me acecha y yo no logro esquivarla. Mi abogado tampoco cree en mí. Antes de irse me tiró a la cara un ejemplar de la Constitución. Me rogó que la leyera. Que buscase en ella algún alegato que defendiera mi postura. Él no lo entiende. Yo no necesito leer ningún papel impreso. Prefiero perderlo todo y ser víctima de mi locura. Yo sólo quiero estar a su lado. Vencer la distancia que nos separa. Poseer aquello que me hace feliz. No me importa su apariencia. Su presencia en dos dimensiones. Para mí es mucho más real que las personas que me rodean. Me tiene hipnotizado. Pero a mí no me importa. Porque yo sólo quiero disfrutar de su sonrisa y perderme en la oscuridad de su mirada.


Microrrelato presentado al I Concurso de Microrrelatos abogados.es

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