La puesta en escena de los Pet Shop Boys, es sin duda una de las mejores muestras de cómo adaptar un espectáculo a la música y Neil Tennant y Chris Lowe lo demuestran en cada gira. Como ya destacamos aquí con el concierto que celebraron a finales del pasado mes de diciembre en Londres y que sirvió para cerrar su gira Yes, el espectáculo de luces, colores, sonido y bailes hacen de su escenario una macrodiscoteca de luz y sonido que encandila a todos sus seguidores. Efectos y audacia que ayer volvieron a repetir con éxito en Barcelona para cerrar el Primavera Sound.
Poseedores de unas canciones con un soporte acústico que les va como anillo al dedo a su estatismo en el escenario, ellos saben dotar de dinamismo a su espectáculo a través de una configuración poliédrica, en este caso, donde la simplicidad de los cubos (un personaje más en el escenario) se complementa a la perfección con los colores primarios y contundentes que inundan las grandes pantallas que les acompañan.
La hora y media de concierto, seguro que para muchos se quedó corta, pues poseedores de una larga y contrastada discografía podrían estar más tiempo sobre el escenario, pero como dice el refrán lo bueno y breve dos veces bueno.
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