jueves, 2 de diciembre de 2010

COLDPLAY Y HURTS ADORNAN LA NAVIDAD CON VILLANCICOS POP

Ya se sabe, una vez llegan estas fechas, todo comienza a rodar alrededor de la Navidad. Toca olvidarse de la crisis y de todo aquello que no llegamos a conseguir durante el resto del año, para caer rendidos ante el mágico poder de la Navidad. Y para que en este mundo de fantasía no falte de nada, este año Coldplay y Hurts han decidido formar parte de la banda sonora de estas blancas Navidades con sendos villancicos pop.
En Christmas Ligths, Chris Martin y sus muchachos, nos ofrecen una canción que podría formar parte de cualquiera de sus anteriores álbumes, porque si algo caracteriza a este villancico, es ese toque Coldplay marca de la casa. Tema al que acompaña un vídeo acorde a estas fechas, donde los deseos se cumplen en un entrañable y romántico teatro, con un piano de madera que a veces toca solo por arte de magia, como por arte de magia también vuelan sobre el escenario tres violinistas vestidos de Elvis Presley, lo que da al villancico un toque más rockero, entre tanto buenismo de sonidos y colores. El toque mágico final, viene adornado, por las magníficas vistas del Támesis y la Catedral de St. Paul mientras una lluvia de fuegos artificiales simbolizan los deseos que en las próximas noches todos más o menos pediremos.


Hurts se apunta a la fiesta con, All I Want for Christams in New Years Day, una canción con un toque más sobrio y tradicional en el catálogo de las buenas intenciones de los villancicos navideños, y al que Hurts ha acompañado de un tecno pop muy comedido, muy en la línea de los hits de su primer larga duración. Bajo una blanca nieve, nos adornan los oídos con sonidos llenos de campanas de fondo, que no nos anuncian otra cosa que la llegada de la dichosa Navidad, a la que ellos se suman en forma de entierro con sorpresa, pues del nicho de la vida, al que inexorablemente se conducen todas las parejas que allí se han reunido, sale un espléndido árbol navideño que vuelve a alegrar los corazones de los presentes, y lo hace de tal forma, que hasta se atreven a pedir su manido deseo, pero ¿que es la Navidad sino la época de los deseos? porque aunque todos sepamos que nunca se cumplirán, siempre caemos vencidos ante su influjo y pedimos con el mayor de los anhelos aquello que deseamos, aunque para hacerlo, lo hagamos camuflados bajo el disfraz de niño que cada uno guarda dentro de sí mismo para exhibirlo en estas fechas.

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