miércoles, 21 de abril de 2010

FRANCISCO MASEDO: CIUDADES Y CAJAS


El artista madrileño Francisco Masedo, galardonado entre otros, con el Primer Premio Marca 2006, inaugura su exposición Ciudades y Cajas (desde el 22 de abril y hasta el 4 de mayo) en la Galería de Arte Larra 10 (http://www.larra10.com/) de Madrid.

Cajas anónimas perdidas en medio de la ciudad, que de pronto recobran un protagonismo antagonista con el servicio que prestan, y edificios que van en busca de un infinito cuya primera parada es un resplandeciente cielo azul, son unos pequeños apuntes de la personalísima visión, que de la ciudad, tiene el artista Francisco Masedo, al que el crítico de arte Javier Rubio Nomblot le define como: “un fotorrealista bastante severo que renuncia al esteticismo fácil y a los recursos tradicionales”.

De Madrid a Londres o de Barcelona a Nueva York, Masedo rescata del olvido cotidiano lo que él ha dado en denominar cajas, que no son sino imágenes familiares, que sin darnos cuenta, sitúa en nuestra retina de una forma amistosa, cargándolas de un significado distinto a través del poder de lo inexplicable, pues dota a sus composiciones de la magia y el poder de la contemplación por la contemplación convirtiendo en bello aquello que no somos capaces de ver. Soledades que convertidas en objetos inanimados no dicen nada, pero que ante su inteligente mirada se convierten en símbolos de nuestros más cercanos recuerdos.

Si la pérdida del anonimato en sí mismo bello preside sus cajas, sus arquitecturas o ciudades como él las tilda, se pelean palmo a palmo con la luz en las que se sitúan, robándoles un ápice de su infinito espacio al cielo y al sol (que suponemos por el poder de la luz de su composiciones). Ciudades representadas por puentes, edificios, coches o esculturas centenarias que recobran bajo su mirada otra percepción y una cercanía a la que muchas veces somos ajenos. Espacios que recogen en unas ocasiones instantes de vida, y de no vida en otras, dejando al espectador la capacidad de dotar a sus composiciones de un mero afán estético.

El carácter fragmentario y metropolitano de las pinturas de Masedo, tienen su génesis en palabras de la crítica de arte Amalia García Rubí: “en la cada vez mayor seguridad de su contemporaneidad, lo que le conecta con la tradición española de jóvenes generaciones afines ya a otras formas de realismo, pero también se relaciona indirectamente con las tendencias del fotorrealismo norteamericano de los setenta, admirando el propio artista la obra de pintores neoyorquinos como Robert Cottingham y Richard Estes, así como, a los artistas de la costa oeste Robert Bechtle y Don Eddy, entre otros”.

En definitiva, Masedo, sabedor de su deuda con lo que le rodea, emplea una frase de su admirado Raymond Carver para ilustrar todo aquello que nos trata de transmitir: “me gusta la ciudad donde vivo, al principio no me gustaba…”

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