Cuando Lewis Carroll concibó en su mente el onírico universo de Alicia, no podía ser consciente de la difusión que su protagonista y la aventura que engendró iban a tener en el mundo literario, cinematográfico y popular, porque la historia de Alicia ya forma parte del subconsciente colectivo, y la misma ha sido adaptada y reinterpretada en un sinfín de ocasiones, pero podemos decir que si Lewis Carroll la convirtió en palabras, Tim Burton la tradujo a imágenes.
Por encima de las apreciaciones desfavorables que está cosechando la película, hay que reconocerle a Burton su capacidad de adaptar las historias que aborda a su particular universo fílmico y creativo, porque para todos aquellos que esperaban una película oscura (no sé si gótica) dirigida sólo al público adulto, habría que advertirles que es una película de la factoria Disney, y que se trata de una película adaptada a todos los púlicos, lo que no debe restarle un ápice de gloria.
La libre adaptación de los cuentos de Carroll Alicia en el Pais de las Maravillas y Alicia a través del espejo no nos puede dejar indiferentes, pues nos encontramos ante una historia donde los sueños tienen forma de conejo, los animales hablan y los gatos aparecen y desaparecen con total naturalidad. Alicia, es un relato que quiere romper las barreras de lo real para adentrarnos en el submundo de los sueños, y por tanto, en otros parámetros a los que Tim Burton ha sabido disfrazar con su particular visión iconográfica y artística en cuanto a escenarios y personajes se refiere, convirtiendo a una Alicia de 20 años (que quiere romper con el destino que otros la han impuesto) en su propia historia, como no podía ser de otra forma. En este sentido, los colores juegan un papel protagonista y nada parece estar elegido al azar, lo que convierte a esta Alicia en una magnífica obra visual pictórica, de la que cada cual extraerá sus propias conclusiones, pero que es perfectamente identificable con la carrera artística de Burton.
Mia Wasikowska en el papel de Alicia está cuando menos sobresaliente, y a la altura del Sombrerero Loco, interpretado por Johnny Deep en un papel que borda, y al que Burton ha querido dotar de un especial protagonismo, algo que no debe de extrañarnos porque se trata de su actor fetiche. Deep nos ofrece una pose interpretativa en la que destacan los diferentes y variados matices de expresiones a través de unos ojos que son los verdaderos protagonistas. Del mismo modo, que Helena Bonham Carter, encapsulada en una gran cabeza, sostiene su interpretación a través de la expresión de unos ojos y una boca, maquilladas para la ocasión.
En definitiva, Tim Burton ha conseguido dotar de una gran dosis de ensueño al clásico de Carroll, algo nada desdeñable en una época en la que todo pinta de un color bastante oscuro, y de lo que Burton ha sabido zafarse para trasladarnos a ese mundo de los sueños, que tanto niños como mayores poseemos en nuestro interior durante las casi dos horas que dura su versión. Pues Alicia, es una película concebida para soñar, aunque sólo sea un poquito, y así hacernos olvidar aquello que nos aprisiona.
Para todos aquellos que parecen no haber entendido la película, les invitamos a descifrar el siguiente enigma: ¿en qué se parecen un cuervo a un escritorio?, para desentrañar este caprichoso acertijo hay que ver la película.
¡Ah! y no perderse los títulos de crédito y la canción Underground interpretada por Avril Lavigne.
No hay comentarios:
Publicar un comentario