jueves, 23 de febrero de 2017

BERLINA, DESÉRTICO: DISTORSIONES MUSICALES BAJO OSCURAS PULSIONES POP-ROCK



Disfrazar el mundo de sinergias que nos conducen fuera de lo anodino y lo cotidiano hasta depositarnos en las llanuras de lo excéntrico, de lo raramente bello, de lo en verdad necesario, es una muestra de las múltiples cualidades que posee la música sobre nuestros sentidos y, que en el caso de Berlina y su disco Desértico, son una muestra de ello y de la amplitud de fronteras que en ocasiones somos capaces de atravesar a la hora de perseguir nuestro sueño, o esa ansiada libertad que en demasiadas ocasiones no somos capaces de ver aunque la tengamos al alcance de la mano. Sin embargo, Berlina sí sabe dónde está ese botón mágico y lo descubre con distorsiones musicales bajo oscuras pulsiones pop-rock que mezclan el shoegaze más oscuro hasta el post-punk y ese rock psicodélico de los setenta que tan bien ejecutan sus admirados Nudozurdo. The Verve también podría ser otro tronco al que agarrarse en este río de bravas notas y melodías abruptas que reproducen los ecos de aquello que vemos en un tamiz, donde las sombras que se proyectan tras él nos incitan a poseer aquello que soñamos. De la mano de Manuel Cabezalí en la producción, Berlina son capaces de amoldar las distopías a un lenguaje sensorial que recapacita sobre la densidad del aire que respiramos, y, que ellos, conscientes de esa extraña capacidad, nos proporcionan el antídoto necesario para que lo sólido se transforme en líquido y éste a su vez en gaseoso, para que podamos asimilarlo como si el mundo fuese una gran nebulosa. Esa propiedad de romper con lo cotidiano es lo que convierte a las canciones de Berlina en puro éxtasis sonoro que desemboca en propuestas reverberantes como las cuerdas de sus guitarras, y en otras muy densas, tanto, como son capaces de consumar esas mismas cuerdas.



Desértico de Berlina es un caleidoscopio que nos permite observar los múltiples caminos que nos invitan a recorrer sus canciones, instrumentales como la poderosa Futuro imperfecto que abre el álbum, o la enigmática Un viaje entre nubes rojas que está justo en el centro del setlist del cd. Sin embargo, este grupo mitad madrileño mitad abulense, no descuida los ritmos sustentados en sonoras cargas de urgencia al estilo de los míticos Kaka de Luxe o Parálisis Permanente con Eduardo Benavente a la cabeza, o por qué no, de los Siouxsie and the Banshees en Desértico, sin por ello, dejar de explorar territorios más evanescentes como en Tu voz sumergida, una canción sugerente donde las haya, o como en Perdidos, donde la versatilidad del grupo se hace más amable y sin embargo evocadora. Esa otra cara del grupo, más aguerrida, nos llega con temas como 2 de dragones, donde las guitarras son más ácidas, dejándonos santo y seña de las múltiples posibilidades del grupo que, no por ello, huyen de mirar hacia la línea del horizonte, porque con esa mirada perdida se despiden a través del tema, Desde donde mira el sol, una canción con una intro en forma de nana sonora que, una vez más, se rompe en una especie de tela acústica que nos abriga con un estridente juego de guitarras que más tarde deviene en una profunda cascada de sensaciones, quizá, porque Berlina interpreta distorsiones musicales bajo oscuras pulsiones pop-rock. 



Ángel Silvelo Gabriel.

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