domingo, 3 de diciembre de 2017

MUDA AMISTAD.- MICRORRELATO DE ÁNGEL SILVELO


 
Busco su voz en los pasillos de mi memoria y la persigo en el armario de los ecos perdidos, pero nada, no la encuentro. Nunca pensé en lo esencial que era para mí su presencia. Mi caprichosa ansiedad, teñida de falsete, no se resigna y explora entre los ecos navideños que ve en las caras de los niños, pero nada, ahí tampoco está. ¿Por qué se habrá marchado? Añoro su voz, y ansío no perderla dentro del cajón de mis mejores recuerdos. No quiero pensar que es una trovadora a la fuga, efímera como las canciones que interpreta y fugaz como el hálito de mi corazón cuando la escucha. Busco entre las melodías olvidadas que ella me devuelve con alegría y repaso siluetas, imágenes y nombres que sólo se hacen presentes con su presencia, pero nada, es pertinaz en su ausencia. «Quizá esté lejos», pienso, repartiendo la magia de su voz entre oídos agradecidos y rodeada de miradas que la recuerdan, que al menos una vez al año, debe compartir su muda amistad con aquellos que de verdad la necesitan.
 
Microrrelato de Ángel Silvelo Gabriel

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta como escribes.
Esa forma femenina de escribir.
Sensibilidad.
Lo cursi, esa filosofía de una niña enamorada de 16 años para empezar cada artículo,, es también una forma de estilo.
Pero algo no funciona.
Tienes 436441 visitas.
Y estamos en Internet; El lugar idóneo para toda trifulca,
Pero en tu página, ni un comentario.
436441
Ni una disputa.
Ni una frase a favor o en contra.
Ni para bien, ni para mal.
Ni una silaba.
Nadie dice nada.
¿Hablamos de mentira?
Supongo que, seamos positivos, en el mejor de los casos, como en Los Otros, tus lectores están muertos.
Sólo hay esta explicación: hundidos en la freidora, muy frititos.
Que pena.
Encantadores fiambres. No pueden decir be o ba. ¿Cómo van a discutir nada?
Por lo menos, démelos un besito en la frente.
Qué menos.
Se lo merecen.
Paciencia. Forma. Quietud,