Un lento y ascendente sonido, fue llenando el escenario de la Sala Galileo Galilei cuando salieron a escena los músicos que acompañan a Nawja (que tardó diez minutos en salir) y que interpretaban un desconocido Siento el diablo en ti, hasta que la voz de tonos graves y susurros de Nimri les acompañó en la ejecución de la canción. Y esa fue la tónica del concierto, temas extensos llenos de matices musicales apenas interrumpidos por el leve susurro de Nimri y que convirtieron la actuación en un espectáculo a medio camino entre el pop oscuro y el rock experimental y progresivo. A los que se les unieron, letras llenas de referencias a su animalario particular de huesos y calaveras, lo que no es de extrañar cuando ella misma define el disco como: "un romance con Lucifer". Letras extrañas y a la deriva (que Nawja dice que: "siempre buscan reflejar un sentimiento de desapego de lo natural, de la lucha contra el todo y de añoranza de lo simple") y que van desde el "no sé quién soy" del Déjame pasar o el "pequeñas flores azules corren sobre mi piel" del tema Me tiene que doler.
Nawja inunda el escenario con su sola presencia, a la que apenas acompaña con leves movimientos arrítmicos de su cuerpo, y unos pasionales giros de su cabeza, manteniendo el tipo con su particular cigarrillo en una mano y el micrófono en la otra, lo que le permite encogerse dentro del minúsculo escenario cuando sus compañeros Alfonso, Javi, Borja e Iván interpretan sus sonidos delirantes en unos temas claramente extendidos en su parte musical, y en los que ellos ponen en práctica todas sus dotes interpretativas.
No obstante, los mejores momentos del concierto, se vivieron con temas como su single El Último Primate, Como un animal o Dirás la verdad, canciones más cercanas a ritmos pop más convencionales, y en donde Nawja acopla mejor su voz (ella misma se confiesa asustada ante la acogida que tendrá su interpretación en castellano) y que alguien me sugiere que tiene toques a la cantante islandesa Björk.
El final del concierto no podía ser otro que con su amigo Carlos Jean guitarra en mano en el escenario, interpretando uno de los temas que han compuesto juntos (¿Crime?), y que ya en inglés, nos mostraron a una cantante con una voz más potente y llena de energía, a la que se unieron sus grandes dosis interpretativas fusionadas con gestos de complicidad con el público, lo que despeja las dudas que su último álbum nos ha dejado.
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