viernes, 10 de octubre de 2014

ELE, SUMMER RAIN: LA IMPRONTA DE LAS GRANDES CANCIONES FABRICADAS CON EL ALMA


 
Destellos de luz que se cuelan tras las nubes de esa última tarde de lluvia del verano. Inesperada, nos moja la cara y el pelo, pero no nos importa, porque sabemos que no se trata de ese agua fría del invierno, sino de una pequeña pátina de felicidad que nos recorre el cuerpo para acabar de inundarnos con esa sensación de bienestar que nos proporciona el frescor en verano. Buscamos refugio en esa atalaya en forma de granero que nos cubre del miedo a soñar, pero enseguida nos damos cuenta de que no, que lo mejor de esa summer rain es disfrutarla en la plenitud del campo y a corazón abierto, donde el horizonte se pierde entre invisibles cercados que no delimitan casi nada, pues el recuerdo de esa última tarde de verano será el del aroma a tierra mojada que, como un perfume sencillo y certero, se meterá en los más profundo de nuestros anhelos que ya no necesitarán de otra reivindicación que esta para proporcionarnos algo de felicidad. Summer rain es un reto superado y un sueño hecho realidad, pues contiene en su conjunto la impronta de las grandes canciones fabricadas con el alma. Si el góspel es importante para la culpable de este maravilloso repertorio de composiciones, Elena Iturrieta (ELE), el soul y el folk no lo son menos, pues su profundo piano y su voz con alma negra, son las perfectas compañeras de viaje de este gran disco. Disco redondo y equilibrado en el que se nota el empeño de los sueños que necesitan hacerse realidad, lo que, en este caso, ELE sin duda ha conseguido.

 
Elena Iturrieta es toda una realidad del panorama musical español, pues esa fuerza interior que tan bien trabaja la va a llevar muy lejos, tanto como ella quiera, dado que el talento que transmite en cada canción es más que sobresaliente. Mujer blanca con alma negra, al escucharla parece que estamos oyendo a una solista de esos famosos coros de góspel o a alguna de las cantantes negras desde The Supremes hasta nuestros días. Registros no le faltan a esta joven artista que también se marca con precisión esos otros ritmos profundamente sureños regidos por el folk, o incluso cuando reta a las melodías cercanas al foxtrot sin que por ello su magia se resienta. Prueba de todo ello es Am I wasting my time? en la que ya comprobamos la espesura de las teclas de su piano y la divinidad de su voz acoplada como un perfecto guante al órgano y el resto de los instrumentos que se van uniendo al tema, en una perfecta combinación de sentimiento y alma. En A thousand miles away from you asistimos a una continuación de este cóctel de ritmos que devienen en cánticos desde lo más hondo del corazón, en el que ya adivinamos el góspel adornado con toques folk que se mimetizan con las tonalidades sureñas que ELE nos propone. Shadows es una de las joyas de este disco, pues en esta canción (a modo de soplo de viento de verano que se cuela por la más pequeña de las rendijas de nuestra casa), nos lleva hasta esa nebulosa de sensaciones donde la melancolía de los sentimientos nos transforman en exploradores de esa summer rain a través de las teclas de un piano que se cuela dentro de nuestro corazón; magnífica. Hasta que de repente asistimos a una nueva ceremonia de los sentidos cuando las primeras motas de Go and never look back comienzan a sonar, pues nos trasladan a esas largas praderas del oeste americano, pero en este caso, no las recorremos subidos a los lomos de un caballo, sino de la mandolina y resto de instrumentos que ELE nos propone como protagonistas.
 

We'll keep your memories in our hearts representa el eco perdido de los recuerdos que nos acogen cuando el sol por fin se pone por el horizonte y nuestro acervo cinematográfico más universal nos deposita en la inmensidad de lo más profundo del espíritu sureño americano, y en el que asistimos a una gran demostración vocal por parte de ELE que, ya sin miedo, nos enseña cómo interpretar un medio tiempo pleno de ese alma que tan pocos poseen; otra gran canción. Una fiesta a la que Calling you se une sin prejuicios, y lo hace con un coro góspel que delinea muy bien el tono de la voz de Elena que, una vez más, vuelve a sobresalir con luz propia. Unos ritmos intimistas que se rompen con Daniel and Charlie una versión musical que nos recuerda a esa pareja cinematográfica de Bonnie and Clyde que, en esta ocasión, solo nos roban el corazón a ritmo de jazz, soul y foxtrot. Un genio musical que se traslada a Positivity, donde sonreímos ante una nueva demostración de esa forma de ver y vivir la música tan personal que tiene ELE, pues las sensaciones en las que idealizar sus propuestas nos vuelven a atrapar, con una melodía soul digna de elogio y que se funde con ese juego de amor  y sensualidad que es Love me my love, above all. Magnífica propuesta a la altura del club más reputado de la escena musical neoyorquina, con un in pass que mece nuestros sueños de la mejor manera posible, pues lo hacen con la gran voz de Elena a modo de cortina que todo lo protege y resguarda.

 
Another colour es otra de las joyas de este disco, pues aúna en sí misma lo ya expuesto con la sencillez y la fuerza que solo poseen las grandes canciones, ya que nos hacen soñar con hacer posible lo imposible. Perfecta combinación musical que nos lleva a la última gran canción del disco, Summer rain, que además de servir para dar nombre al resto de las composiciones es esa tesis musical donde Elena Iturrieta nos demuestra su sabiduría como compositora y cantante. Summer rain es el mejor de los sueños posibles hecho canción, porque a medida que avanza se acopla a todo aquello que un día nos hizo felices, y no cabe mayor elogio para una canción que la de la propia felicidad. La música es vida, y la vida es la búsqueda innata de la felicidad, y esta canción lo logra como pocas veces hemos vivido, porque no se nos debe olvida que Summer rain es la impronta de las grandes canciones fabricadas con el alma.   

 
Ángel Silvelo Gabriel. 

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