Hace dos años (24/04/2011),
tuvimos la oportunidad de ver por primera vez a Kuve en concierto. Fue en
la Sala Soul Station de Madrid, y
allí fuimos testigos, también por primera vez, de las tímidas semillas que Maryan
y Carlos habían plantado en el mundo de la música. Ayer (26/04/2013),
en la Sala Moby Dick de Madrid, pudimos comprobar el fruto de aquello que
habían cultivado tiempo atrás. Un resultado más que sobresaliente, que pone en
valor el trabajo y la ilusión con los que Kuve se han tomado su pasión por la
música. Si hace dos años dábamos fe de la espontaneidad, la frescura y de la
dulce inocencia de una joven cantante a la que acompañaba un músico más experimentado,
ayer en el escenario de la Moby Dick vimos
a una cantante experimentada que juega con los teclados y su voz de una forma
armoniosa, y que además, interpreta como nadie su papel sobre las tablas cual
actriz de teatro, donde las miradas y los movimientos de sus manos son el
resultado de un trabajo que abarca de una forma global lo que hoy debe ser una
cantante pop. A lo que hay que añadir, la maestría de un Carlos Otero que ha
dotado a Kuve de unos ecos épicos en los sonidos de las guitarras, como
máximo exponente de la mejor música pop del grupo. Ese afán por los detalles es
una de las características que más se echa de menos en la música indie española,
donde gobierna la ausencia total de un poco de magia en la escenografía; un
gran debe que todavía tenemos con las bandas anglosajonas, sean éstas grandes o
pequeñas. Hasta ese detalle tuvieron ayer en cuenta Kuve, con una proyección
sobre el escenario del trabajo de arte y diseño que Carlos García González ha
hecho para este disco titulado Regresión. Fotos y dibujos fueron sobre
impresionados sobre el escenario antes del concierto, para todos aquellos que quisieron
deleitarse con las mismas.
La valentía y gran acierto de Kuve
en su concierto de ayer estuvo en reinterpretar las canciones de su primer
disco bajo el prisma de su visión más personal, porque con ello, asistimos a un
huracán de energía y nervio que en el disco se tamiza bajo sonidos más
puramente pop. La fuerza con la que ejecutaron las canciones de Regresión
fue como una brisa que te acoge al final de la tarde y te deja un recuerdo
imborrable de aquello que estás viviendo, y nosotros ayer, caímos rendidos bajo
el influjo de ese viento que desde el escenario procedía de una voz y unas
guitarras que, por momentos, se convirtieron en mágicas. El concierto comenzó con
el tema Mi mente en el congelador, en
el que Kuve de nuevo nos regaló un nuevo detalle al alargar el inicio
de la canción en forma de cortinilla sonora hasta que apareció Maryan
sobre el escenario para dejarnos la primera muestra de su gran voz (más
trabajada y cultivada que en ocasiones anteriores) y que les sirvió de carta de
presentación para ese nuevo sonido (muy trabajado) de Kuve. Con Euritmia baja un poco el volumen que no
la intensidad de un sonido que arrasa y que sorprende por lo compacto, donde la
voz de Maryan se coordina a la perfección con el resto del grupo y en donde
podemos apreciar ya esas primeras variaciones respecto al disco, sin con ello
minusvalorar el gran trabajo de su productor Raúl de Lara (que tuvo el
detalle de acercarse a Madrid a la presentación del grupo y hacer de técnico de
sonido), pues si algo ha conseguido el sexto Second es darles unas primeras
pautas en las señas de identidad a Kuve como grupo de música.
En círculos nos depara la novedad de Maryan a los teclados
(qué mejor regalo de un buen amigo), con un inicio muy a lo Coldplay,
en el que Carlos Otero se exhibe con un largo e intenso punteo de
guitarra, consiguiendo que esta canción se convierta en unos de esos momentos
míticos de la noche, pues como en un bucle, entra en una dinámica de power pop
intenso e infinito que busca el eco épico que mejor nos mueve el corazón de las
causas perpetuas. Una ola infinita en la que nos subimos de la mano de Kuve
y que ellos prosiguen con Dando vueltas,
su tema pop por excelencia que es muy bien recibo entre aplausos por el público,
y en el que la voz de Maryan gana la partida al resto del
grupo porque se muestra portentosa (va camino de convertirse en la mejor voz
femenina del indie español si no lo es ya por sus contundentes registros), lo
que se convirtió en la primera gran ovación de la noche, de uno seguidores que
acudieron en gran número a la cita. Con Tu
último domingo que, Maryan en su presentación, nos recordó la versión
colgada en Youtube (esencial y mágica por su sencillez y que desde aquí
recomiendo escuchar con una sonoridad única conseguida dentro de un parking)
asistimos a esa otra faceta de Kuve, donde la melancolía de lo
inalcanzable nos lleva hacia el abismo de la nostalgia poética de los recuerdos
con estribillos tan magistrales como: "...
puedes consumirte hasta el vacío/ rodar..." que son cantados a voz en
grito por sus seguidores, a los que Maryan responde con un chorro de voz
que se convierte en un eco infinito del que ya no podemos regresar pues nos ha
sumergido en la fauna abisal de las grandes sensaciones y nos lleva de la mano a
uno de los grandes momentos de la noche.
A leguas fue el encuentro con una balada que rompe en un potente medio
tiempo, en el que las guitarras se enfrentan en un buen dúo que compite por un
profundo fondo de sonido que respalda a las mil maravillas el choro de voz de Maryan
en una demostración de su valía como front
woman sobre el escenario, en el que la nostalgia nos recorre de nuevo los
sentidos envueltos en notas de colores. Siluetas
de invierno supone la contribución en la letra de Sean Frutos (Mr. Kuve) que, aparte de ser el
cantante de Second y hermano de Maryan es el principal valedor que
ha tenido Kuve en sus inicios, y que como tal, fue recordado anoche por
una emocionada Maryan. Siluetas de invierno
fue otro ejemplo de riqueza instrumental que hace a la canción diferente,
pues la eleva a resonancias de los primeros tiempos, pasados por el tamiz de la
experiencia. El sonido, así, resulta más sencillo pero mucho más directo, que
como una rueda te va envolviendo en una onda profunda, a lo que contribuye un
final épico donde las guitarras empujan con dinamismo, fuerza y un ímpetu
profundamente limpio que nos atrapa. Invisibles
cuerpos le sirve a Maryan para decirnos ¿cómo estáis todos?, y a partir de ahí,
la potencia sonora se hace dueña del escenario con unos arreglos iniciales que
derivan en el sonido más cercano al disco, pero que en su final vuelve a
cargarse de resonancias épicas del nuevo sonido Kuve. Regresión es la vuelta a los inicios
repletos de efectos y ecos que intentan reproducir las secuencias del cd, y que
además, nos proporciona una de las sorpresas de la noche cuando Maryan
coge las baquetas y golpea con fuerza y ritmo una caja de batería,
simulando un ritmo pleno de resonancias de marchas militares y que es el punto
y final a la actuación. Cuando terminan de ejecutar el tema, Maryan
aprovecha para dar las gracias y decir que ha sido un día muy especial
para ellos, y a partir de ahí enumera a todos aquellos que han formado parte
activa de este gran resultado concebido bajo el signo de la pasión por la música,
y así, de sus labios salieron los nombres de Raúl de Lara, Hook, Notario,
Nuria, Quique, BMG, Carlos García, Sean y Virginia Frutos.
El regreso al escenario nos
depara la gran sorpresa de la noche, cuando Carlos y Maryan, en
acústico, empiezan a tocar y cantar los acordes de Bizarre love triangle, uno de los hit más aplaudidos de New
Order, y que ellos convirtieron en una magnífica demostración del
cariño que uno pone a la hora de retomar las canciones de aquellos grupos a los
que idolatras, porque Carlos y Maryan en la desnudez de
unas cuerdas de guitarra y de una voz, consiguieron seducir a todos los
presentes porque convirtieron a la canción en una secuencias de momentos
íntimos e inigualables, de esos que nunca se olvidan. El segundo tema elegido
para el bis fue Singapur, y en él, Maryan aprovechó para presentarnos
al resto de la banda Pablo (guitarra), Jaime
(bajo) y Agus (batería) al que ella bautizó como el tercer Kuve. Y de ahí, a disfrutar de un tema plenamente bailable
en la línea del Psicopático de Second,
en el que Maryan vuelve a los teclados
con la gente saltando como en todo buen fin de fiesta que se precie, y que
sirvió para llegar a Nadie te dijo, el single del disco y
que en esta ocasión fue la continuación del ambiente más que festivo que se
trasladó al público, pues convirtió a la Moby
Dick en una gran pista de baile, lo que nos sirvió para comprobar la gran
interacción que Maryan tiene con el público: oh, oh, oh, oh,... en una
estupenda demostración de la doble vertiente de la música pop que Kuve atesoran
tanto en su repertorio como en sus directos.
En definitiva, ayer asistimos a
la demostración palpable de la gran progresión de Kuve como grupo y como
músicos, en una especie de sueño que al final se ha hecho realidad.
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