En Fragmentos tienen cabida la literatura, la música, el cine, el teatro, el arte y, de vez en cuando, se cuela algún microrrelato.
jueves, 23 de diciembre de 2010
TRON LEGACY: UNA ODISEA DE OPACOS TRANSPARENTES
miércoles, 22 de diciembre de 2010
AN EDUCATION: UNAHISTORIA DE DOS MENTIRAS
viernes, 17 de diciembre de 2010
ÁNGEL SILVELO FINALISTA DEL III CONCURSO DE MICRORRELATOS ABOGADOS.ES DEL MES DE DICIEMBRE
LA PENA
Las campanas vuelan por el aire, y su sonido se convierte en tu recuerdo. Los ecos de mi memoria van hacia ti como mi sombra se abalanza sobre las columnas de los soportales camino del Juzgado. En la soledad que me acompaña, mientras atravieso la ciudad con tu corazón envuelto en papel de plata, las voces se escriben y las letras ya no se oyen. Lucho contra el vencimiento de mi derrota, pero sólo encuentro cartas que no existen y mensajes que no se leen. Sí, la distancia entre nosotros fue dinamitada, y ahora los colores nos delatan, yo soy el rojo y tú el mandarina. Cómo le explico ahora mi pena a la jueza, cuando ayer le prometí que hoy ya te habría abandonado. Cómo le digo que mientras llego a su despacho, sólo pienso en mi dulce abogada defensora, cuando anoche me preguntaste ¿a qué saben los deseos?
jueves, 16 de diciembre de 2010
ÁNGEL SILVELO GANA EL PRIMER PREMIO DE LA 14ª CONVOCATORIA DE LOS PREMIOS ARTÍSTICOS Y LITERARIOS DE LA SUBSECRETARÍA DE DEFENSA
ADRIÁN SÓLO TENÍA DIECISÉIS AÑOS
Algo sigue roto dentro de mí. Hay grietas que nunca se tapan y que permanecen en un lugar donde no somos capaces de encontrarlas, pero hay veces que las grietas se agrandan y que llegan a donde hacen más daño. Ellas conocen el camino y no les cuesta llegar.
Hay una noticia que busco desde hace días, la busco a solas, porque no quiero que los demás me vean desnudo, lleno de heridas. Es una confirmación más que una esperanza. Hoy es viernes, veintisiete de febrero de dos mil nueve. Por fin la encuentro…
No por ser una noticia esperada me siento más aliviado, todo lo contrario, abro el cajón de mi mesa y busco entre mis papeles personales. Encuentro lo que busco, una carpeta de gomas azul con el nombre de Literaria. No me cuesta mucho dar con ello, es el conjunto de folios más amarillento. Mis grietas se abren con facilidad y encuentran el lugar adecuado mientras leo lo que allí está escrito. Una lágrima cae de mi mejilla y se posa sobre el folio seco y desteñido, maloliente como los trágicos recuerdos...
Adrián y yo teníamos una gran amistad, el tipo de amistad que sólo se tiene a los dieciséis años, cuando se entrega todo sin pedir nada a cambio. Todos nos veían, pero todos estaban ciegos. Nadie entendía esa cercanía, ni nuestros padres, ni el resto de nuestros amigos. En verdad, éramos los maricas oficiales del colegio y la pandilla, pero nuestras vidas no eran muy diferentes a las del resto de nuestros amigos. En el colegio sólo queríamos aprobar, y si se podía, sacar buenas notas. Fuera de él nos divertíamos con nuestros amigos, y si se podía, veíamos una sesión doble de cine los sábados por la tarde. Por la mañana echábamos un partido de fútbol contra otros chavales de barrios cercanos, y si se podía, lo ganábamos; en definitiva nada nuevo. La única diferencia entre Adrián y yo, y el resto de nuestros amigos, era que a nosotros dos nos gustaba estar juntos. Nos encontrábamos bien el uno cerca del otro sin hacer nada especial, a pesar de que nos llamaban siameses y barbaridades por el estilo. Al principio fue duro, pero luego nos acostumbramos. De ahí, que nadie se sorprendió el día que fuimos juntos a hacer la prueba para entrar en el Atlético de Madrid. Nos habíamos jurado que sólo entraríamos si lo hacíamos los dos a la vez, que siempre estaríamos en el mismo equipo y que nuestros destinos estarían siempre unidos pasara lo que pasara.
ÁNGEL SILVELO FINALISTA DEL VIII CONCURSO DE CARTAS CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO DEL AYTO. DE LALÍN
Ahí va la carta:
QUE HE SIDO YO PARA TI, SINO LA MÁS EFÍMERA DE LAS NADAS.
miércoles, 15 de diciembre de 2010
ÁNGEL SILVELO: SELECCIONADO EN EL VII CONCURSO DE NARRATIVA "ACERCANDO ORILLAS" DEL AYTO DE ZARAGOZA
El otro día, desde el Ayto de Zaragoza se pusieron en contacto conmigo para invitarme al acto de entrega del único premio que en esta ocasión se ha llevado un autor cubano por unanimidad del Jurado y al que aprovecho para felicitar desde aquí, en el que me dijeron que se me entregaría un diploma, y el mejor premio de todos, ver el relato publicado en una selección de todos los presentados, y que será editado por el Ayuntamiento para las próximas Fiestas del Pilar de 2011.
Como ya he hecho en otras ocasiones, os cuelgo el inicio del relato:
RESOLUCIÓN…
Cuando en una tarde lluviosa del mes de octubre de 1991 me comunicaron que había aprobado la oposición, y que días más tarde saldría publicada la resolución en el Boletín Oficial del Estado, nunca imaginé que esa noticia se convertiría en un boomerang de mi existencia, y que además, se comportaría como el lema del “concurso historias de vida: acercando orillas”, pues las orillas que se acercaron en la biografía de mi vida fueron las del trabajo y la literatura.
Respecto al trabajo, inicié una nueva andadura profesional en la Gerencia Territorial de Pontevedra, en la que apenas estuve destinado año y medio, y de la que casi no disfruté al convertirme en la víctima de mi incontrolable afán de volver a Madrid. Allí, también comencé a escribir mi primera novela, Fragmentos, frente a un ventanal desde el que podía contemplar la ría de Pontevedra, pero en ese primer envite de tan colosal proyecto, salí vencido por las vistas que la naturaleza me ofrecía, y ante las que poco o nada podía hacer para concentrarme en mi nuevo oficio de escritor aficionado.
Mediante otra resolución, que me llegó como regalo de navidad el 23 de diciembre de 1992, fui destinado a Zaragoza, una ciudad que me acercaba considerablemente al que por entonces era como mi gran destino final. En ese período de tiempo, que va desde el primer cese a la segunda toma de posesión de mi carrera administrativa, intenté visionar en mis recuerdos todo aquello que mi subconsciente relacionaba con la ciudad maña, pero éste, sólo supo acercarme tres imágenes más o menos difusas: una panorámica de la ciudad por la que pasaba el río Ebro; una plaza atestada de gente en la ofrenda floral anual a su patrona, la Virgen del Pilar; y los sonidos épicos del grupo musical Héroes del Silencio como estandarte de la modernidad aragonesa. Escaso bagaje, que sin embargo, me vino muy bien para enfrentarme sin prejuicios a una ciudad entonces desconocida para mí, pero que con el paso del tiempo, supo alumbrar la atracción que les asiste a los enamorados cuando el uno cae en los brazos del otro, y adivinarse ante mis ojos como una ciudad abierta, hospitalaria y entrañable, que afortunadamente, me tenía guardados buenos momentos que compartir y vivir.
lunes, 13 de diciembre de 2010
JOHN LENNON: LOS VACÍOS QUE NUNCA SE LLENAN CON LA FAMA
jueves, 9 de diciembre de 2010
MAGNÉTICA, MAIDA VALE: LA NECESIDAD DE EXPRESAR NUESTROS ESTADOS VITALES
miércoles, 8 de diciembre de 2010
DISCURSO DE VARGAS LLOSA EN ESTOCOLMO: APRENDER A LEER ES LA COSA MÁS IMPORTANTE QUE ME HA PASADO EN LA VIDA.
EL BAZAR DE LAS SORPRESAS
lunes, 6 de diciembre de 2010
CHÉRI: EL IRRESISTIBLE JUEGO DEL AMOR
La literatura de Colette se caracteriza por la exploración del mundo de los sentidos, pero lo hace de una forma sensual a la vez que nada discreta, saltándose todos los parámetros establecidos a la época que le tocó vivir, por lo que podemos decir sin temor a equivocarnos que Colette fue una mujer adelantada a su tiempo, y su literatura también lo fue. Chéri y el Fin de Chéri son las novelas en las que está basada esta adaptación cinematográfica, y son el resultado de la propia experiencia amatoria de Colette con el hijo de diecisiete años del marido de su segundo matrimonio, como respuesta a las infidelidades de éste. En este laberinto moral y sexual se desarrolla la película bajo las pinceladas de la pasión y la ausencia del ser amado.
Chéri no es un nombre de mujer aunque lo parezca, sino el de un joven bon vivant al que le ha tocado en suerte ser el hijo de una de las madames de principios del siglo XX que disfrutaban de la nada desdeñable característica de la riqueza de bienes y dinero como recompensa a sus innumerables artes amatorias ofrecidas a los hombre más ricos de la época. Y es en este entorno de lujo y pasiones desenfrendas, es donde Stephen Fears trata de mostrarnos un cuadro pictórico de la época que en ocasiones nos recuerda a su celebérrima Amistades Peligrosas, pero que sólo se queda en eso, en un breve apunte, al que eso sí, ha dotado de unas plásticas imágenes en tonos azules y turquesas que enmarcan el lienzo de una época que se conoció como La Belle Epoque, pero que en esta ocasión, Fears nos retrata en la proximidad de la relación que se establece entre Michelle Pfeiffer y Rupert Friend.
El inicio del relato se establece cuando Madame Pelaux (Kathy Bates) le encarga a Lea de Lonval (Michelle Pfeiffer) que encamine a su hijo en el milenario oficio de las artes amatorias, con el fin de esposarle más adelante con una rica heredera. Este punto de partida tan pragmático se torna en una relación de pasión y atracción con la que nadie contaba, y que nos sirve de escenografía para adentrarnos en el mundo que la escritora Colette dota a sus narraciones, donde la búsqueda de uno mismo es su principal elemento, y en donde la mujer tiene un papel preponderante como guía y dueña de su propio destino, lo que nos lleva al retrato de grandes personajes femeninos, como en este caso es el que interpreta la Pfeiffer, con una semblante pleno de madurez y serena belleza, y que representa a la perfección la pasión contenida, en contraposición con el desenfreno y la pasión explosiva de su amante, Rupert Friend, que aunque acaba cediendo a los planes de su madre, se ve abocado a su entrega hacia su verdadero amor.
Fears nos retrata una época de grandes jardines, invernaderos y hoteles de lujo con la pretensión de acercarnos al hedonismo más aúreo posible, en una época (la de los locos años veinte) que se caracterizó por el lujo y el desenfreno, pero en esta ocasión, a pesar de situarnos perfectamente en ese entorno en el que destaca la fotografía de Darius Khondji, se rebela contra la magnitud del excelso exterior para mirar fijamente al mundo de los sentidos, del amor y de la pasión, en una batalla entre dos antagonistas que no resisten la terquedad de la sociedad en la que viven.
Chéri, en definitiva, es un retazo de tintes literarios donde se nos muestra el irresistible juego del amor, más allá de la edad y del tiempo.