La narración de este clásico drama romántico, que a lo lejos puede parecer una versión de la celebérrima Lolita de Nabokov (aunque nada más lejos de la realidad), se desarrolla en la Inglaterra de 1961, y que según Philip Larkin (tal y como se recoge en la contraportada de la novela Chesil Beach de Ian McEwan): "1962 es un año antes, por tanto 1961 sería dos años antes, de que en Inglaterra se empezase a follar, cuando El amante de Lady Chatterley aún estaba prohibido y no había aparecido el primer LP de los Beatles..." Lo que nos sitúa en los estertores de la época imperialista, donde a la vez que nos vamos adentrando en la época de la revolución social de los sesenta, todavía existe un cierto miedo a deshacerse de los pilares que hasta entonces regían los modos y costumbres, lo que reflejan a la perfección los padres de la joven Jenny.
Su directora, Lone Scherfing (Italiano para Principiantes) nos propone una visión altamente estética y suave de las aristas que existen en la relación de una jovencita de apenas diecisiete años, y a la que Carey Mulligan da pie con sobrada solvencia, y un joven de treinta y cinco, encarnado por Peter Sarsgaard, un buscavidas y mejor encantador de serpientes, que logra engañar a una inteligente jovencita ávida de experiencias vitales que la lleven más allá de su próximo ingreso en Oxford o de los conciertos de música clásica para aficionados del colegio. Porque An Educacion es una historia que se forja con dos mentiras, por un lado, la de una sociedad temerosa de sí misma que todavía no ha terminado de romper las fuertes ataduras que la unen a un poderoso pasado, y por otra, la de la historia de amor que a fuerza de no ser nada convencional, acaba rompiéndose por uno de sus débiles flancos.
Carrey Mulligan recibió un premio BAFTA por esta interpretación, de la que cabe decir, que gracias a ella, el frágil discurso narrativo de la película, se eleva ante cada aparición en la pantalla de la joven Mulligan que constata unas dotes interpretativas más que notables, logrando sacar a su personaje de cualquier estereotipo de anteriores jovencitas enamoradas de hombres más mayores, pues su inteligencia aderezada con unas gotitas de ingenuidad y frescura, nos logran convencer de aquello que estamos viendo.
La cuidada estética con la que Lone Scherfing viste a esta película de encargo, no nos puede hacer obviar, que si bien An Education es un intento más que digno de reflejar una sociedad inglesa que en los inicios de los años sesenta se debate entre la timorata apertura del pasado y la bienvenida a otra forma de vida, no acaba de dejar tras de sí una estela de embrujo o una sensación de empatía con la historia que nos cuenta, a pesar de contar con el gran pilar interpretativo de una gran Carrey Mulligan.
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