La buena suerte continúa, y me acabo de enterar que estoy entre los finalistas que optan a los tres premios del concurso. El hecho de llegar aquí ya es un premio en sí mismo, pues el número de participantes ha sido elevadísimo (cerca de 600).
!Que siga la racha¡
Aquí os dejo el micro:
EL ALFARERO
¿Te gusta lo que hago?, le dijo el alfarero al niño que se había acercado a mirar cómo modelaba una vasija con el suave contacto de sus manos en el barro. El niño, sorprendido, le preguntó ¿y eso para qué sirve? Pues depende, le contestó el alfarero, porque ahora estoy haciendo una vasija para llevar agua, pero ves, la vasija se puede convertir en un plato para llevar comida, ¿qué te parece? El niño se encogió de hombros y permaneció callado. El alfarero le miró con una sonrisa en sus labios y le preguntó: ¿qué te gustaría ser de mayor? A mí me gustaría ser como Cristiano Ronaldo. ¡Ah! le respondió el alfarero mientras éste volvía a modelar el barro y de sus manos empezó a emerger una lámpara maravillosa. Cuando la terminó, le dijo: si te esperas a que se seque, podrás frotarla y pedir un deseo.
¿Te gusta lo que hago?, le dijo el alfarero al niño que se había acercado a mirar cómo modelaba una vasija con el suave contacto de sus manos en el barro. El niño, sorprendido, le preguntó ¿y eso para qué sirve? Pues depende, le contestó el alfarero, porque ahora estoy haciendo una vasija para llevar agua, pero ves, la vasija se puede convertir en un plato para llevar comida, ¿qué te parece? El niño se encogió de hombros y permaneció callado. El alfarero le miró con una sonrisa en sus labios y le preguntó: ¿qué te gustaría ser de mayor? A mí me gustaría ser como Cristiano Ronaldo. ¡Ah! le respondió el alfarero mientras éste volvía a modelar el barro y de sus manos empezó a emerger una lámpara maravillosa. Cuando la terminó, le dijo: si te esperas a que se seque, podrás frotarla y pedir un deseo.
Microrrelato de Ángel Silvelo Gabriel