jueves, 23 de diciembre de 2010

TRON LEGACY: UNA ODISEA DE OPACOS TRANSPARENTES


Las imágenes iniciales del film, nos recuerdan más a una película de acción que a una historia de ciencia ficción. Una realidad que sin darnos cuenta, se convierte en una pura fantasía de colores y líneas fosforescentes sobre un fondo oscuro, casi negro. Sin duda, al margen de las secuencias de peleas y rebotes que se producen a lo largo de la narración de esta odisea de opacos transparentes, lo que más llama la atención de esta secuela de Tron (1982) es la magnificencia de sus decorados, con ciudades envueltas en nubes y ascensores y plataformas que suben y bajan, por no hablar de la mansión de Kevin Flynn (Jeff Bridges) donde toda ella es puro diseño zen.
Pero ¿qué es Tron Legacy? pues en el fondo, esta película futurista no es sino una historia de aventuras dirigida a un público juvenil, que contiene todos los ingredientes clásicos del género. Aquí, el protagonista, Sam Flynn (Garret Hedlund) va en busca del padre perdido (Jeff Bridges), y en el camino, se encontrará con la chica de la película, que en este caso, no es otra que una guapa de ojos profundos Quorra (Olivia Wilde). En ese afán de búsqueda se suceden las clásicas escenas de acción y peligro que toda buena película de acción debe contar, y que en Tron Legacy se desarrollan en el más puro mundo digital, con efectos especiales de todo tipo, claramente dirigidos a impresionar a un nada fácilmente impresionable público juvenil harto de consumir videojuegos en tres dimensiones.
De ahí, que más allá de resaltar el escasamente original impulso narrativo que atesora la película, sí cabe sin embargo, hacer mención a ese homenaje a películas como La Guerra de las Galaxias y sus naves suspendidas avanzando por el espacio, que visualmente nos producen una sensación de tranquilidad y que sirven de reposo en la búsqueda de la salvación, pues la misión de Garret no va a ser otra que la de sacar a su padre Jeff Bridges del juego que el mismo ha creado, como reflejo de la maldición del creador devorado por su propia creación. En este sentido, el bien y el mal, y el ying y el yang, vienen reflejados en la dualidad del personaje que interpreta Bridges que también en esta ocasión retoma la interpretación de los años ochenta en su doble cara: Kevin / Clu, su álter ego juvenil y rebelde que se opone a que el bueno de Kevin abandone el universo del juego en el que se hallan inmersos.
Y por otro lado, hay que destacar la magnífica música del film, que corre a cargo del grupo Daft Punk, y que consigue inundar de grandes dosis de buena música electrónica muchos momentos de la película, y que alcanza su zénit, en las secuencias del club donde se produce uno de los enfrentamientos de buenos y malos, y en el que los pinchadiscos son unas réplica robotizada de los primeros Kraftwerk.
En definitiva, Tron Legacy viene a cubrir en estas Navidades, las expectativas de un público juvenil que abarca desde los 8 ó 9 años en adelante, y que a pesar de que no sean conscientes de ello, el mensaje al que se verán expuestos, no se diferencia mucho del que ya contenía Indiana Jones, pero esta vez, la odisea se presenta envuelta en opacos transparentes.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

AN EDUCATION: UNAHISTORIA DE DOS MENTIRAS


La narración de este clásico drama romántico, que a lo lejos puede parecer una versión de la celebérrima Lolita de Nabokov (aunque nada más lejos de la realidad), se desarrolla en la Inglaterra de 1961, y que según Philip Larkin (tal y como se recoge en la contraportada de la novela Chesil Beach de Ian McEwan): "1962 es un año antes, por tanto 1961 sería dos años antes, de que en Inglaterra se empezase a follar, cuando El amante de Lady Chatterley aún estaba prohibido y no había aparecido el primer LP de los Beatles..." Lo que nos sitúa en los estertores de la época imperialista, donde a la vez que nos vamos adentrando en la época de la revolución social de los sesenta, todavía existe un cierto miedo a deshacerse de los pilares que hasta entonces regían los modos y costumbres, lo que reflejan a la perfección los padres de la joven Jenny.


Su directora, Lone Scherfing (Italiano para Principiantes) nos propone una visión altamente estética y suave de las aristas que existen en la relación de una jovencita de apenas diecisiete años, y a la que Carey Mulligan da pie con sobrada solvencia, y un joven de treinta y cinco, encarnado por Peter Sarsgaard, un buscavidas y mejor encantador de serpientes, que logra engañar a una inteligente jovencita ávida de experiencias vitales que la lleven más allá de su próximo ingreso en Oxford o de los conciertos de música clásica para aficionados del colegio. Porque An Educacion es una historia que se forja con dos mentiras, por un lado, la de una sociedad temerosa de sí misma que todavía no ha terminado de romper las fuertes ataduras que la unen a un poderoso pasado, y por otra, la de la historia de amor que a fuerza de no ser nada convencional, acaba rompiéndose por uno de sus débiles flancos.


Carrey Mulligan recibió un premio BAFTA por esta interpretación, de la que cabe decir, que gracias a ella, el frágil discurso narrativo de la película, se eleva ante cada aparición en la pantalla de la joven Mulligan que constata unas dotes interpretativas más que notables, logrando sacar a su personaje de cualquier estereotipo de anteriores jovencitas enamoradas de hombres más mayores, pues su inteligencia aderezada con unas gotitas de ingenuidad y frescura, nos logran convencer de aquello que estamos viendo.

La cuidada estética con la que Lone Scherfing viste a esta película de encargo, no nos puede hacer obviar, que si bien An Education es un intento más que digno de reflejar una sociedad inglesa que en los inicios de los años sesenta se debate entre la timorata apertura del pasado y la bienvenida a otra forma de vida, no acaba de dejar tras de sí una estela de embrujo o una sensación de empatía con la historia que nos cuenta, a pesar de contar con el gran pilar interpretativo de una gran Carrey Mulligan.

viernes, 17 de diciembre de 2010

ÁNGEL SILVELO FINALISTA DEL III CONCURSO DE MICRORRELATOS ABOGADOS.ES DEL MES DE DICIEMBRE


Esta vez he sido seleccionado con un micro diferente, más poético y generador de imágenes que espero sean de vuestro agrado, y cuando aún no se han resuelto el del mes de noviembre, otra vez estamos metidos en el lío. La verdad, ya no sé que palo tocar para inventar una micro historia atractiva para el jurado. ¡Ah!, se me
olvidaba que esa es la verdadera razón por la que existe el poder de la fabulación, entonces perdón.
Aquí os dejo el micro:

LA PENA
Las campanas vuelan por el aire, y su sonido se convierte en tu recuerdo. Los ecos de mi memoria van hacia ti como mi sombra se abalanza sobre las columnas de los soportales camino del Juzgado. En la soledad que me acompaña, mientras atravieso la ciudad con tu corazón envuelto en papel de plata, las voces se escriben y las letras ya no se oyen. Lucho contra el vencimiento de mi derrota, pero sólo encuentro cartas que no existen y mensajes que no se leen. Sí, la distancia entre nosotros fue dinamitada, y ahora los colores nos delatan, yo soy el rojo y tú el mandarina. Cómo le explico ahora mi pena a la jueza, cuando ayer le prometí que hoy ya te habría abandonado. Cómo le digo que mientras llego a su despacho, sólo pienso en mi dulce abogada defensora, cuando anoche me preguntaste ¿a qué saben los deseos?

jueves, 16 de diciembre de 2010

ÁNGEL SILVELO GANA EL PRIMER PREMIO DE LA 14ª CONVOCATORIA DE LOS PREMIOS ARTÍSTICOS Y LITERARIOS DE LA SUBSECRETARÍA DE DEFENSA


Ayer cuando regresaba a casa en el Metro después de la comida navideña del trabajo, recibí la llamada de la Secretaria del Premio para comunicarme que había sido el afortunado este año con el primer premio. Este galardón, además de para darme ánimos y fortaleza a la hora de mantener el discurso narrativo que he retomado hace poco más de un año, me ha servido para compartir con mis compañeros la lectura y las múltiples interpretaciones que ha dado el relato, y así, cerrar el mágico círculo que componen, el creador, la obra y el lector, lo que sin duda da sentido a la escritura y al que escribe.

Este aprendiz de escritor que soy expresa desde esta pequeña ventana que tengo abierta al mundo mi gratitud a todos aquellos que me han apoyado y a aquellos otros que han disfrutado con la lectura del cuento.

Aunque remota, cabe la posibilidad que lo publiquen en la Revista Defensa, ojalá sea así. Aquí os dejo el inicio del mismo:

ADRIÁN SÓLO TENÍA DIECISÉIS AÑOS
Algo sigue roto dentro de mí. Hay grietas que nunca se tapan y que permanecen en un lugar donde no somos capaces de encontrarlas, pero hay veces que las grietas se agrandan y que llegan a donde hacen más daño. Ellas conocen el camino y no les cuesta llegar.

Hay una noticia que busco desde hace días, la busco a solas, porque no quiero que los demás me vean desnudo, lleno de heridas. Es una confirmación más que una esperanza. Hoy es viernes, veintisiete de febrero de dos mil nueve. Por fin la encuentro…

No por ser una noticia esperada me siento más aliviado, todo lo contrario, abro el cajón de mi mesa y busco entre mis papeles personales. Encuentro lo que busco, una carpeta de gomas azul con el nombre de Literaria. No me cuesta mucho dar con ello, es el conjunto de folios más amarillento. Mis grietas se abren con facilidad y encuentran el lugar adecuado mientras leo lo que allí está escrito. Una lágrima cae de mi mejilla y se posa sobre el folio seco y desteñido, maloliente como los trágicos recuerdos...

Adrián y yo teníamos una gran amistad, el tipo de amistad que sólo se tiene a los dieciséis años, cuando se entrega todo sin pedir nada a cambio. Todos nos veían, pero todos estaban ciegos. Nadie entendía esa cercanía, ni nuestros padres, ni el resto de nuestros amigos. En verdad, éramos los maricas oficiales del colegio y la pandilla, pero nuestras vidas no eran muy diferentes a las del resto de nuestros amigos. En el colegio sólo queríamos aprobar, y si se podía, sacar buenas notas. Fuera de él nos divertíamos con nuestros amigos, y si se podía, veíamos una sesión doble de cine los sábados por la tarde. Por la mañana echábamos un partido de fútbol contra otros chavales de barrios cercanos, y si se podía, lo ganábamos; en definitiva nada nuevo. La única diferencia entre Adrián y yo, y el resto de nuestros amigos, era que a nosotros dos nos gustaba estar juntos. Nos encontrábamos bien el uno cerca del otro sin hacer nada especial, a pesar de que nos llamaban siameses y barbaridades por el estilo. Al principio fue duro, pero luego nos acostumbramos. De ahí, que nadie se sorprendió el día que fuimos juntos a hacer la prueba para entrar en el Atlético de Madrid. Nos habíamos jurado que sólo entraríamos si lo hacíamos los dos a la vez, que siempre estaríamos en el mismo equipo y que nuestros destinos estarían siempre unidos pasara lo que pasara.

ÁNGEL SILVELO FINALISTA DEL VIII CONCURSO DE CARTAS CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO DEL AYTO. DE LALÍN


Rastreando por internet, y para mi sorpresa, he encontrado mi nombre en la relación de finalistas de este concurso, al que se presentaron 119 cartas, de las que seleccionaron 22. Es cierto que me llamaron por teléfono para avisarme de la fecha de entrega de premios, pero nada me dijeron al respecto de que era uno de los finalistas. Además, mi carta ocupa el número 15, junto a la de Eumelia Sanz y por delante de la de Isabel García Viñao, dos de las autoras más premiadas del panorama concursil español.

Ahí va la carta:

QUE HE SIDO YO PARA TI, SINO LA MÁS EFÍMERA DE LAS NADAS.

Nada tiene sentido cuando se pierde el poder de las palabras. Pero tú creíste vencer a aquellas que tanto despreciabas. Lo que no sabías entre tanta sabiduría disfrazada, es que no hay poder más milenario que el poder de la palabra. Mi llanto no es un quejido cargado de lágrimas saladas, es más bien un grito cargado de razón ante tus lágrimas. Lágrimas intelectuales que no me dicen nada, y amores apagados que un día se destruyeron por culpa de tu mano alargada. Pasiones desnudas que se conformaron con una tarde desaforada. Amores sin amor que ya no significan nada. Promesas congeladas caídas de una luna halada. Palabras de amor que no son de amor ni de métrica versada. Corazones sin latidos que ya no buscan la pasión desbordada. Miradas frías de amantes que ya no son amantes ni son nada. Promesas plagadas de ilusiones que ya quedan muy lejanas. Palabras y más palabras que siempre se quedaron en nada. Misiles envenenados que velan nuestras armas. Antigua complicidad ahora reconvertida en la más absoluta de las nadas. Imágenes olvidadas de cuerpos sin palabras. Sombras que se escapan más allá del recuerdo de las hadas. Exploradores de una efímera felicidad y de anhelos sin trabas. Deseos que nos llevaron a la más absoluta de las nadas. Nunca quise enamorarme de ti adalid de las palabras. Pero utilicé tarde mis antídotos contra tus cartas marcadas. Nunca supe conjugar tus palabras en mis entrañas. Pero tú me las grabaste con fuerza entre mis nalgas. Busco tu rastro entre sábanas olvidadas. Pero solo encuentro aullidos disfrazados de inocentes baladas. Tus fieras promesas se difuminaron en dóciles nadas. De ahí que la distancia entre nosotros fuera dinamitada. Quiero aprender de ti y terminar como si nada. Pero hay algo que me impide borrar tus recuerdos en forma de cicatrices marcadas. Abandono los sentimientos dejando atrás tus palabras olvidadas. Huyo de los sollozos solitarios entre sábanas olvidadas. Qué he sido yo para ti, sino la más efímera de las nadas. Adiós falso amante, adiós, del que sólo me queda una profunda cicatriz en el centro de mi cara.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

ÁNGEL SILVELO: SELECCIONADO EN EL VII CONCURSO DE NARRATIVA "ACERCANDO ORILLAS" DEL AYTO DE ZARAGOZA


En este caso, el lema del concurso "Acercando Orillas" invitaba a narrar las experiencias migratorias en Zaragoza. Como yo estuve destinado dos años y medio en la Gerencia Territorial de Zaragoza-Capital de la sacro santa capital maña, me decidí a participar en el concurso. Diez folios de recuerdos intercalados de pequeños aderezos literarios, dieron forma a mi relato que llevaba por título Resolución... en recuerdo de la resolución del Boletín Oficial del Estado que me llevó hasta allí.

El otro día, desde el Ayto de Zaragoza se pusieron en contacto conmigo para invitarme al acto de entrega del único premio que en esta ocasión se ha llevado un autor cubano por unanimidad del Jurado y al que aprovecho para felicitar desde aquí, en el que me dijeron que se me entregaría un diploma, y el mejor premio de todos, ver el relato publicado en una selección de todos los presentados, y que será editado por el Ayuntamiento para las próximas Fiestas del Pilar de 2011.

Como ya he hecho en otras ocasiones, os cuelgo el inicio del relato:

RESOLUCIÓN…
Cuando en una tarde lluviosa del mes de octubre de 1991 me comunicaron que había aprobado la oposición, y que días más tarde saldría publicada la resolución en el Boletín Oficial del Estado, nunca imaginé que esa noticia se convertiría en un boomerang de mi existencia, y que además, se comportaría como el lema del “concurso historias de vida: acercando orillas”, pues las orillas que se acercaron en la biografía de mi vida fueron las del trabajo y la literatura.
Respecto al trabajo, inicié una nueva andadura profesional en la Gerencia Territorial de Pontevedra, en la que apenas estuve destinado año y medio, y de la que casi no disfruté al convertirme en la víctima de mi incontrolable afán de volver a Madrid. Allí, también comencé a escribir mi primera novela, Fragmentos, frente a un ventanal desde el que podía contemplar la ría de Pontevedra, pero en ese primer envite de tan colosal proyecto, salí vencido por las vistas que la naturaleza me ofrecía, y ante las que poco o nada podía hacer para concentrarme en mi nuevo oficio de escritor aficionado.
Mediante otra resolución, que me llegó como regalo de navidad el 23 de diciembre de 1992, fui destinado a Zaragoza, una ciudad que me acercaba considerablemente al que por entonces era como mi gran destino final. En ese período de tiempo, que va desde el primer cese a la segunda toma de posesión de mi carrera administrativa, intenté visionar en mis recuerdos todo aquello que mi subconsciente relacionaba con la ciudad maña, pero éste, sólo supo acercarme tres imágenes más o menos difusas: una panorámica de la ciudad por la que pasaba el río Ebro; una plaza atestada de gente en la ofrenda floral anual a su patrona, la Virgen del Pilar; y los sonidos épicos del grupo musical Héroes del Silencio como estandarte de la modernidad aragonesa. Escaso bagaje, que sin embargo, me vino muy bien para enfrentarme sin prejuicios a una ciudad entonces desconocida para mí, pero que con el paso del tiempo, supo alumbrar la atracción que les asiste a los enamorados cuando el uno cae en los brazos del otro, y adivinarse ante mis ojos como una ciudad abierta, hospitalaria y entrañable, que afortunadamente, me tenía guardados buenos momentos que compartir y vivir.

lunes, 13 de diciembre de 2010

JOHN LENNON: LOS VACÍOS QUE NUNCA SE LLENAN CON LA FAMA


El pasado 8 de diciembre se celebró el triste 30 aniversario del asesinato de John Lennon, el Beatle que finalmente se llevó el gato al agua en cuanto a su fama de rebelde y maldito. Los medios de comunicación tan proclives a hacerse eco de las cifras redondas (y el 30 parece ser que lo es) se unieron para publicitar al unísono la efemérides, de modo que nadie en el planeta Tierra se olvidara del músico de Liverpool. Uno que se confiesa seguidor de los Beatles, y por tanto, podría autocalificarse com beatlemaniano (aunque más de su primera versión pop, juvenil y desenfadada) no deja de sorprenderse de los datos que con el paso del tiempo han ido saliendo acerca de la existencia diaria de John, lo que de nuevo, nos debería hacer reflexionar sobre la relación que existe entre la música y sus iconos, pues uno tras otro, acaban en la más absoluta de las soledades.


Lennon se pasó la mayor parte del tiempo de sus últimos años de vida, encerrado solo en su habitación y tumbado en la cama, como si tuviera que recuperarse de todos los excesos de su juventud y del elixir de vida que había dejado atrás, y que a última hora, todavía seguía aderezando con grandes dosis de café, tabaco y todas aquellas drogas que pudiera conseguir. Víctima de la anorexia, sólo ingería té y dos bocados de alimentos bajos en calorías, lo que le llevaron a convertirse en un fantasma de sí mismo. Su aislamiento de la vida real era tan grande, que apenas tenía contacto con Yoko Ono y su hijo, al que sentaba de espaldas en sus rodillas para no tener que darle un beso, tal y como se recoge en la biografía Las muchas vidas de John Lennon, de Albert Goldman (Lumen, 1988) y que se ha reeditado para la ocasión.


En contraposición con todo ello, Lennon en la última entrevista que concedió a Jonathan Cott para Rolling Stone, no se resignaba a dejar de crecer, y a convertirse en una leyenda a los cuarenta años, y a modo de excusa decía: "yo sólo hago canciones y contesto preguntas". Lo que no le sirvió, para ahuyentar su semblante de músico dolido por no haber conseguido que ninguna de las canciones de su útimo trabajo Double Fantasy hubiese despertado el interés de los críticos y menos del público en general, tal y como recoge Julián Ruiz en el diario El Mundo, donde nos traslada, que Yoko Ono (madre) le consolaba diciendo que el álbum había arrancado con entusiamo en su lejana Inglaterra.


En ese más que tenebroso panorama, en el que para que no faltase de nada, Lennon se enfrentaba a la asfixia económica de la inversión de su último trabajo, se puso a componer, y a pesar del ocultismo de Yoko, El Mundo, a través del gremio de productores ha tenido acceso a sus dos últimas canciones, de las que os extraigo la titulada "Tú salvaste mi alma".


Cuando estaba solo y asustado

casi me tragué lo de un telepredicador

en una habitación de hotel de Tokyo

Oh, sólo tú me salvaste realmente de aquel suicidio

Porque en todas las cosas perezco contigo


Recuerda aquella vez

cuando fui a saltar por la ventana de aquel apartamento

al oeste de la ciudad del viejo Nueva York

Oh, sólo tú me salvaste realmente de aquel suicidio

por todo mi estúpido orgullo.

Bien, si pudiese agradecértelo, gracias

por salvar mi alma con tu amor verdadero


La otra canción que Yoko Ono tampoco no ha querido dar a conocer es Dear John, un tema de auto-compasión, quizá el único camino que le quedaba al solitario Lennon para evadir los vacíos que nunca se llenan con la fama.

jueves, 9 de diciembre de 2010

MAGNÉTICA, MAIDA VALE: LA NECESIDAD DE EXPRESAR NUESTROS ESTADOS VITALES


Que la música indie española disfruta de una envidiable mala salud es un hecho incontestable. Día sí, día también, un grupo con ganas de hacerse un sitio en la escena musical española salta a la palestra, y casi todos ellos, dejándose las entrañas en el intento. Magnética no son una excepción y abren su disco Maida Vale con un tema redondo titulado Pez de Plomo.

Después de pasar una temporada en el barrio londinense de Maida Vale gestando el álbum (y que además les sirve para dar nombre a su primer cd), decidieron volver a la piel de toro para expresar todas las experiencias que habían tenido fuera de casa, y a fe que lo han conseguido.
Maida Vale se compone de 13 temas muy meditados, y como ya ha quedado dicho, comienzan con un insinuante y premonitorio piano en Pez de Plomo, que engancha con una letra nada despreciable y cargada de un halo existencialista: "lo que nos pudo condenar, hoy puede salvarnos, esta es nuesta Guerra Mundial, es un pez de plomo...". Y así se lo han tomado, porque son la perfecta muestra de un pop trabajado a la perfección en letra y música, con canciones directas que intentan llegar a la gente normal de la calle, planteando situaciones de lo más cotidianas. Balas potentes, como en el caso del tema Enérgica, en el que las guitarras poco a poco se ensalzan buscando la conquista de sonidos redondos; se entremezclan con grandes canciones como es Boomerang, un rotundo himno del mejor sonido pop patrio al que no le falta nada para convertirse en su estandarte sonoro del año 2010.
Magnética esta formado por Aksel (voz y guitarra eléctrica), Davile Matellán (voz y guitarra acústica) e Israel Leal (bajo) que han contado en esta ocasión con la inestimable colaboración de Juan Carlos Cárdenas (guitarras solistas) y Daniel García Podador (batería), y tras ellos su música, una carga de sonidos que tiene la necesidad de expresar nuestros estados vitales.
Si estáis por Madrid, mañana tenéis la oportunidad de verlos junto a Miss Caffeína en la Sala Gigntik que está en el Pº de Recoletos, 14.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

DISCURSO DE VARGAS LLOSA EN ESTOCOLMO: APRENDER A LEER ES LA COSA MÁS IMPORTANTE QUE ME HA PASADO EN LA VIDA.


De esta forma tan contundente, Mario Vargas Llosa iniciaba su discurso del Nobel en Estocolmo. El regreso al origen de las cosas, la génesis que comienza como un orden absoluto para más tarde convertirse en caos. Todo comienza ahí, cuando uno aprende a leer, pues ese es el primer paso que nos llevará al mundo de los sueños y más tarde a la ficción que nos permite sobrevivir a nuestra existencia.

Esta afirmación tan sencilla como categórica, nos vuelve a demostrar que tenemos el privilegio de encontrarnos ante una mente clara en sus ideas, en su vida y en sus pasiones. Un discurso titulado Elogio de la lectura y la ficción, y que sus familiares han calificado como "emocionate y entrañable", como cuando hace referencia a Patricia, su mujer: "es tan generosa, que hasta cuando me riñe, me hace el mayor de los elogios, Mario para lo único que tú sirves es para escribir", pero que además, contiene grandes lecciones magistrales para todos aquellos que se quieran convertir en escribidores, como cuando expresa que: "no es fácil escribir historias. Al volverse palabras, los proyectos se marchitaban en el papel y las ideas e imágenes desfallecían. ¿Cómo reanimarlos?... Flaubert me enseñó que el talento es una disciplina tenaz y una larga paciencia".

La larga línea que recorre su vasto discurso, nos lleva con aparente facilidad por su vida, sus lecturas y sus ideas, que lejos de renunciar a ellas, asume y defiende. Un recorrido que nos traslada a Perú, España, París o Barcelona, y que también se detiene en los nacionalismos, las dictaduras o la transición española; pero donde de verdad se ensalza la calidad del niño que se hizo hombre, para más tarde convertirse en escritor, es en los recuerdos relacionados con la literatura, como cuando reconoce que al terminar sus primeras lecturas, lo primero que hacía era continuarlas o enmedarlas el final, lo que le lleva a confesar que "... acaso sea eso lo que me he pasado la vida haciendo sin saberlo: prolongando en el tiempo, mientras crecía, maduraba y envejecía, las historias que llenaron mi infancia de exaltación y de aventuras". Lo que nos lleva a preguntarnos, si acaso cabe mayor sinceridad en un hombre que ya lo tiene todo en el mundo de las Letras, aunque en el fondo de su ser, seguramente le quede el gusanillo de la eternidad, un don que lamentablemente ni él ni nadie será capaz de contemplar y disfrutar junto a los suyos.

No deja de ser menos estremecedora la alusión que hace al inicio de su lecturas y el cambio que se produjo en su vida cuando se mudó con su madre a Lima. El mundo y la vida que le tocaron vivir entonces, le alejaron de la dulce Arequipa, y fue precisamente ahí, en el mundo de la fábula y la ficción donde se refugió del universo real que no le gustaba, y esa fue su salvación; leer. Allí era don él se sentía libre, una libertad que le llevó a escribir: "y fue escribir, a escondidas, como quien se entrega a un vicio inconfesable, a un pasión prohibida. La literatura dejó de ser un juego. Se volvió una manera de resistir la adversidad, de protestar, de rebelarme, de escapar a lo intolerable, mi razón de vivir".

Por encima de la parálisis del fabulador y del creador de historias, siempre se impone la literatura, y Vargas Llosa nos recuerda al final de su discurso, que vale la pena acoger a la literatura en nuestro seno, y de esta forma, abandonar la violencia que nos rodea diariamente: "por eso tenemos que seguir soñando, leyendo y escribiendo, la más eficaz manera que hayamos encontrado de aliviar nuestra condición perecedera, de derrotar a la carcoma del tiempo y de convertir en posible lo imposible". Ojalá sea así, y si no nosotros, si al menos nuestra huella en forma de historias noveladas se impongan a la barbarie intrínseca de la civilización, y de paso, tengan el poder suficiente para vencer al infinito paso del tiempo.

EL BAZAR DE LAS SORPRESAS


No se me ocurre mejor título para esta obra maestra del eterno Lubitsch, porque en pocas palabras atesora el poder de transmisión de las pequeñas historias que al final se convierten en grandes. El Bazar de las Sorpresas posee toda la magia de las grandes películas antiguas, que tienen el extraño valor de la permanencia en el tiempo, y que en este caso lo hace con la sencillez del sentimiento más universal: el amor.
Esta gran comedia romántica con tintes sentimentales, y que al acercarse la fiesta sensiblera por antonomasia, recae en la programación de algunas cadenas televisivas que todavía rescatan las obras maestras del cine de todos los tiempos, nos hace sentir que todavía vale la pena permanecer delante del televisor a horas intempestivas, sobre todo, si no tienes que madrugar al día siguiente.
La sencillez con la que Lubitsch disfraza a esta película, nos hace pensar que nada es casual en su concepción y en su mágico final, donde el juego de las palabras tiene un gran protagonismo, pues imponen la lógica más aplastante que poseen, que no es otra que la comunicación.
El retraso en su rodaje, fue debido a la condición impuesta por el bueno de Lubitsch, hasta que James Stewart y Margaret Sullavan pudieran encabezar el reparto, y sin duda la espera mereció la pena, porque los primeros planos de estas dos grandes estrellas, nos sumergen en el lenguaje de lo mítico en la historia del cine. Stewart con ese diáfano y angelical rostro, en el que parece que nada malo puede albergarse (como anticipo de su interpretación en ¡Qué Bello es Vivir!) nos dan muestras de por donde debe ir el anhelo de un hombre enamorado de una mujer a la que sólo conoce por carta. Y dándole réplica, una Sullavan divertida y manipuladora, a la vez que cabezota, en su afán de que nada se interponga en su destino amoroso, ni siquiera el tozudo de su jefe. Esta película de ambigüedades calculadas en un perfecto guión, convierten a esta historia epistolar en un juego de malos entendidos que sólo buscan una cosa, el final feliz.

El elenco de secundarios de este film está a la altura de los protagonistas, y baste citar a Frank Morgan en el papel del jefe rígido pero sensible que es Hugo Matuschek, o a Félix Bressart como perfecto confidente de los desvelos amorosos de Stewart.

Con unos sencillos decorados como telón de fondo de la historia, Lubitsch vuelve a sorprendernos en el manejo de la cámara, y de los encuadres y puntos de vista que extrae de la tienda Matuscheck y sus empleados, ese bazar de las sorpresas en el que el maestro nos sumerge para hacernos no querer salir de él.

lunes, 6 de diciembre de 2010

CHÉRI: EL IRRESISTIBLE JUEGO DEL AMOR


La literatura de Colette se caracteriza por la exploración del mundo de los sentidos, pero lo hace de una forma sensual a la vez que nada discreta, saltándose todos los parámetros establecidos a la época que le tocó vivir, por lo que podemos decir sin temor a equivocarnos que Colette fue una mujer adelantada a su tiempo, y su literatura también lo fue. Chéri y el Fin de Chéri son las novelas en las que está basada esta adaptación cinematográfica, y son el resultado de la propia experiencia amatoria de Colette con el hijo de diecisiete años del marido de su segundo matrimonio, como respuesta a las infidelidades de éste. En este laberinto moral y sexual se desarrolla la película bajo las pinceladas de la pasión y la ausencia del ser amado.

Chéri no es un nombre de mujer aunque lo parezca, sino el de un joven bon vivant al que le ha tocado en suerte ser el hijo de una de las madames de principios del siglo XX que disfrutaban de la nada desdeñable característica de la riqueza de bienes y dinero como recompensa a sus innumerables artes amatorias ofrecidas a los hombre más ricos de la época. Y es en este entorno de lujo y pasiones desenfrendas, es donde Stephen Fears trata de mostrarnos un cuadro pictórico de la época que en ocasiones nos recuerda a su celebérrima Amistades Peligrosas, pero que sólo se queda en eso, en un breve apunte, al que eso sí, ha dotado de unas plásticas imágenes en tonos azules y turquesas que enmarcan el lienzo de una época que se conoció como La Belle Epoque, pero que en esta ocasión, Fears nos retrata en la proximidad de la relación que se establece entre Michelle Pfeiffer y Rupert Friend.

El inicio del relato se establece cuando Madame Pelaux (Kathy Bates) le encarga a Lea de Lonval (Michelle Pfeiffer) que encamine a su hijo en el milenario oficio de las artes amatorias, con el fin de esposarle más adelante con una rica heredera. Este punto de partida tan pragmático se torna en una relación de pasión y atracción con la que nadie contaba, y que nos sirve de escenografía para adentrarnos en el mundo que la escritora Colette dota a sus narraciones, donde la búsqueda de uno mismo es su principal elemento, y en donde la mujer tiene un papel preponderante como guía y dueña de su propio destino, lo que nos lleva al retrato de grandes personajes femeninos, como en este caso es el que interpreta la Pfeiffer, con una semblante pleno de madurez y serena belleza, y que representa a la perfección la pasión contenida, en contraposición con el desenfreno y la pasión explosiva de su amante, Rupert Friend, que aunque acaba cediendo a los planes de su madre, se ve abocado a su entrega hacia su verdadero amor.

Fears nos retrata una época de grandes jardines, invernaderos y hoteles de lujo con la pretensión de acercarnos al hedonismo más aúreo posible, en una época (la de los locos años veinte) que se caracterizó por el lujo y el desenfreno, pero en esta ocasión, a pesar de situarnos perfectamente en ese entorno en el que destaca la fotografía de Darius Khondji, se rebela contra la magnitud del excelso exterior para mirar fijamente al mundo de los sentidos, del amor y de la pasión, en una batalla entre dos antagonistas que no resisten la terquedad de la sociedad en la que viven.

Chéri, en definitiva, es un retazo de tintes literarios donde se nos muestra el irresistible juego del amor, más allá de la edad y del tiempo.

domingo, 5 de diciembre de 2010

CHLOE: SOBREVIVIR A LA TRANSPARENTE INVISIBILIDAD DEL AMOR


Por encima de la pretendida carga sexual de la película, Julianne Moore se encuentra perdida en la transparecia de su existencia para aquellos a los que ella verdaderamente quiere, véase su marido (Liam Nesson) y su hijo (Max Thierot). Dentro de la gélida cápsula de una Toronto nívea y nevada, su vida transcurre monótona y ordenada sin que nada aparentemente le haga sospechar de los peligros que su propia mente encierra. De ahí, que la ausencia de su marido en la fiesta sorpresa de cumpleaños que ella con tanto esfuerzo le había preparado, se convierta en el punto inicial de su inflexión existencial y en el del guión de esta película, sin duda, fallida.

Eran Cressida Wilson, a la sazón su guionista, adapta el guión de la película francesa Natalie X para ponérselo al servicio de Atom Egoyan. Una colaboración, que al inicio del film cuenta con las típicas claves que todo relato literario debe contener, y donde las pistas que el escritor (o en este caso el director) nos va mostrando, juegan un papel importante. Hasta ahí Chloe funciona a la perfección, pero se pierde en el instante que llega al punto donde la historia tiene que tomar fuerza por sí misma, y además, desplazarnos sin darnos cuenta hacia un final que nos demuestre que ha merecido la pena estar una hora y media sentados viendo la trama que se nos propone, y es ahí, donde Chloe cae, porque la historia en sí no parece ser tan importante y necesaria, a lo que se une un final que te deja frío, preguntándote el por qué del resto del metraje.

Chloe podría ser considerada sin ambages una película de mujeres, porque ya en su título se refleja esa preponderancia, donde una jovencísima Amanda Seyfried es el sustento de la película junto a la polivalente Julianne Moore, dejando un tanto de lado al tercero en discordia, un Liam Nesson que ejerce de excusa para la tensión sexual que finalmente se establece entre las dos mujeres. En este sentido, Seyfried sale indemne ante la abundancia de primeros planos a los que Egoyan la somete y en los que sobresalen la profundidad de sus ojos, en contraposición con la opacidad de los de Julianne Moore que igualmente sobresale en esos planos cercanos, y que la convierten en la espina dorsal de la película.

Atom Egoyan se ha ido en esta ocasión a una fría Toronto para rodar la contraposición de los efluvios amatorios de sus protagonsitas, y ha elegido para ello, un envoltorio profundamente estético, no sólo en los decorados interiores de las casas donde ha filmado, sino en los exteriores siempre nevados y en las plásticas imágenes iluminadas de colores blancos y rojizos de la noche. En esta ocasión, Egoyan nos intenta llevar a ese punto de intriga y misterio de su exitosa Exótica, con la que Chloe comparte algunos puntos en común, pero no logra trascender a ese enigmático influjo de la atracción entre dos mujeres que él muy brillantemente sitúa no sólo en el cuerpo de la protagonista, sino también como Chloe nos anuncia al principio, en el poder de las palabras, algo que se disuelve con el transcurso de las imágenes increíblemente plásticas del film, pero que por sí mismas, no logran traspasar la barrera de la epidermis de los sentimientos.

Lo mejor de la película es sin duda su magnífica banda sonora, compuesta por Mychael Danna, cuyo enigmático poder nos transporta al intrincado mundo de los sentimientos ocultos, porque Chloe, en el fondo, es la necesidad de sobrevivir a la transparente invisibilidad del amor.

jueves, 2 de diciembre de 2010

COLDPLAY Y HURTS ADORNAN LA NAVIDAD CON VILLANCICOS POP

Ya se sabe, una vez llegan estas fechas, todo comienza a rodar alrededor de la Navidad. Toca olvidarse de la crisis y de todo aquello que no llegamos a conseguir durante el resto del año, para caer rendidos ante el mágico poder de la Navidad. Y para que en este mundo de fantasía no falte de nada, este año Coldplay y Hurts han decidido formar parte de la banda sonora de estas blancas Navidades con sendos villancicos pop.
En Christmas Ligths, Chris Martin y sus muchachos, nos ofrecen una canción que podría formar parte de cualquiera de sus anteriores álbumes, porque si algo caracteriza a este villancico, es ese toque Coldplay marca de la casa. Tema al que acompaña un vídeo acorde a estas fechas, donde los deseos se cumplen en un entrañable y romántico teatro, con un piano de madera que a veces toca solo por arte de magia, como por arte de magia también vuelan sobre el escenario tres violinistas vestidos de Elvis Presley, lo que da al villancico un toque más rockero, entre tanto buenismo de sonidos y colores. El toque mágico final, viene adornado, por las magníficas vistas del Támesis y la Catedral de St. Paul mientras una lluvia de fuegos artificiales simbolizan los deseos que en las próximas noches todos más o menos pediremos.


Hurts se apunta a la fiesta con, All I Want for Christams in New Years Day, una canción con un toque más sobrio y tradicional en el catálogo de las buenas intenciones de los villancicos navideños, y al que Hurts ha acompañado de un tecno pop muy comedido, muy en la línea de los hits de su primer larga duración. Bajo una blanca nieve, nos adornan los oídos con sonidos llenos de campanas de fondo, que no nos anuncian otra cosa que la llegada de la dichosa Navidad, a la que ellos se suman en forma de entierro con sorpresa, pues del nicho de la vida, al que inexorablemente se conducen todas las parejas que allí se han reunido, sale un espléndido árbol navideño que vuelve a alegrar los corazones de los presentes, y lo hace de tal forma, que hasta se atreven a pedir su manido deseo, pero ¿que es la Navidad sino la época de los deseos? porque aunque todos sepamos que nunca se cumplirán, siempre caemos vencidos ante su influjo y pedimos con el mayor de los anhelos aquello que deseamos, aunque para hacerlo, lo hagamos camuflados bajo el disfraz de niño que cada uno guarda dentro de sí mismo para exhibirlo en estas fechas.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

GLASSER, RING: PURA EVANESCENCIA SONORA


Cameron Mesirow (Glasser) disfraza su música de sonidos étnicos a los que adorna con una voz limpia. Una voz que busca tanto un timbre vocal que sea capaz de llenarnos de ecos musicales nuestro recordatorio discográfico particular, como la pura evanescencia sonora a la que tiñe de un pop difuminado en una música new age en el sentido más instrumental. Su música se apoya en todo tipo de instrumentos para mostranos a donde quiere llegar, y se expande en cada final de canción con un eco sonoro con el que sembrar nuestro subconsciente, que de una forma automática vuelve a él con la esperanza de volver a encontrarlo. Su tema Home es un buen ejemplo de ello, y de sus ganas de llevarnos a visitar su particular casa de música.

Apply se postula también como un ejemplo de la capacidad vocal de Glasser, y una vez más, es su particular timbre de voz es el que predomina con facilidad a la hora de crear sonidos, como si de una caja de efectos especiales se tratase, y que determina un camino cuyo final no es otro que el de los sueños más especiales y excéntricos. Esta neoyorquina afincada en Londres, no se resigna a pasar desapercibida en la farándula de la cultural musical actual, pero en vez de hacerlo de una forma exagerada en sus formas, ha elegido el difícil camino de los contenidos. Para ello, ha confeccionado los nueve temas que conforman este Ring, su primer larga duración, y que funciona como una campana acústica que nos avisa de sus dotes nada corrientes para crear bellas imágenes sonoras cargadas de anhelos místicos y esperituales. Unos anhelos que no se conforman con alimentar nuestros oídos, sino que quieren llegar a lo más profundo de nuestras entrañas.

Glasser y su Ring son pura evanescencia sonora. Un rara avis que no se quiere parar a la puerta de nuestra piel, sino que necesita pasar más adentro. La libertad de elección, es la que cada uno tiene decidiendo hasta dónde la va a dejar pasar.

lunes, 29 de noviembre de 2010

ÁNGEL SILVELO EN WWW.ESCRITORES.ORG


Desde que hace unos meses la magnífica web http://www.escritores.org/ abriera en su página un espacio para las colaboraciones de ámbito literario, he ido enviando algunas de las que ya he editado en mi blog, y para mi sorpresa, éstas siempre han tenido acogida en la misma, lo que debo decir que siempre me congratula y me anima a seguir enviándoles más. Pero con lo que no contaba, era que una de ellas fuera destacada en la portada de dicha sección, y eso ha ocurrido con la reseña que hice acerca de Ana María Matue y su reciente Premio Cervantes. Para acceder a ella sólo hay que cliquear en Leer Más y sale la reseña completa.


No puedo decir más que gracias a los responsables de esta página web, que por otra parte, es un necesario y magnífico punto de encuentro para todos aquellos que nos sentimos atraídos por el arte de la escritura. Escritores.org no nos proporciona sólo la información básica sobre concursos y cursos literarios, en ella también disponemos de información de primera mano sobre aquellas dudas que nos planteamos no sólo en cuanto a la escritura en sí, sino respecto a lo que viene después: agentes, editoriales, etc. Por eso, desde aquí os invito a entrar en ella.

viernes, 26 de noviembre de 2010

ÁNGEL SILVELO FINALISTA DEL III CONCURSO DE MICRORRELATOS ABOGADOS.ES DEL MES DE NOVIEMBRE


Lejos de traer aquí otra mini recompensa a los esfuerzos que uno lleva a cabo a la hora de afrontar una hoja en blanco. Esta vez quiero que este espacio me sirva de reflexión ante la dura realidad que supone no haber sido reconocido en ninguno de los múltiples concursos a los que me he presentado y que se han resuelto estos días. Uno confía en la templanza de su proyecto, pero a veces necesita de algún golpecito en la espalda. Algo falla y eso es lo que toca averiguar ahora. Aunque no se me ocurre otra cosa que seguir escribiendo. Todo es tan confuso, que cuando una vez más esta semana, he recibido los mayores elogios que un escritor puede tener por parte de sus lectores una vez leídas sus obras, de repente todo se difumina y se viene abajo por el ninguneo de todos aquellos que han leído estos días mis cuentos.

Sea como fuere, os dejo mi último micro, que creo tiene su miga, aunque una vez más no sea el que se lleve el gato al agua:

FALSO TESTIGO.
Después de veinte años de servicio como Juez, cinco de carrera y una vocación de por vida, mi profesión me sigue pareciendo un puente sobre aguas turbulentas. Hoy en el juzgado, el acusado se declara inocente, normal. El recurso del abogado defensor presenta un defecto de forma, normal. Mi presbicia apenas me deja ver las alegaciones de las partes y se comporta como un nublado delante de mis ojos, normal. Pero lo que no es normal, es que el testigo de cargo sea una calabaza, cuya única implicación en el caso, es su presencia en el lugar de los hechos por coincidir con la noche de halloween. Una imposición testifical que yo no apruebo y a lo que sorprendentemente se opone el fiscal, argumentando que tampoco es normal que yo aparezca en las vistas de mis compañeros disfrazado de Sherlock Holmes invocando justicia a sabiendas que soy un falso testigo.
Ángel Silvelo Gabriel

BRET EASTON ELLIS, SUITES IMPERIALES: SEGUNDAS PARTES NUNCA FUERON BUENAS


El titular de esta reseña puede resultar un tanto demoledor para abordar la última novela de Bret Easton Ellis, un gran escritor que mantiene intactas sus huellas de gran narrador también en Suites Imperiales. Esta segunda parte de Menos que cero, ya no nos taladra la cabeza al ritmo martilleante de New Order, porque ahora las letras de las canciones aparecen difuminadas, dejando paso a los títulos y sus referencias en forma de ecos sonoros, del mismo modo, que sus protagonistas veinticinco años después, aparecen perdidos entre la neblina de un ardiente sol que ya no provoca arcos iris de colores, sino un nihilismo vacuo y sin sentido que se encuentra teñido de un espeso color negro que ellos no ven.


Frases cortas que se fusionan mediante puntos y seguidos, dan una sensación de rapidez e inmediatez que en ocasiones producen hasta vértigo. Una sensación que lejos de ser dañina es extrañamente efectiva, y es en esta línea, donde el estilo narrativo de Ellis brilla con luz propia y lo hace a gran altura. Gran observador de su entorno y del eco del lenguaje de sus personajes, aborda sin ambages la destrucción del mundo que les rodea, y lo hace a través del monólogo interior y exterior de su protagonista, al que esta vez ha llamado Clay, y que es el perfecto retrato del carácter egoísta y desangelado de una persona que representa como nadie la dualidad existente entre realidad y ficción. En este caso, la profesión de guionista de Clay es el marco perfecto para dotar al personaje del don de la narración, y de paso, desarrollar una acción que entremezcla a la perfección el mundo real con el soñado, y es esa perenne e inquebrantable fuerza de voluntad por no renunciar a que lo que uno sueña se convierta en realidad, lo que mantiene en vilo a Clay durante toda la novela, pero lo hace de una forma cansina y a veces anodina.


Entonces ¿cuál es el error de esta historia de desencuentros y banalidades?, pues sin duda, ese punto en el que se resquebraja Suites Imperiales es en su trama, a pesar de contar con un inicio inmejorable a la vez intrigante y demoledor, pero que va perdiendo fuerza a medida que la historia avanza y se nos presenta como un rompecabezas que poco a poco se va componiendo, pero que no te atrapa, pues el fondo que mueve a sus personajes es demasiado quinceañero y poco creíble.


En el amplio período que abarca la novela (va de 1985 a 2010) han ocurrido muchas cosas, pero parece que los personajes cuarentones de Ellis no han aprendido la lección y se sumergen una y otra vez en las profundidades del miedo a los demás y a no estar a la altura de su ego. Una soledad que les permite ver y disfrutar de sus vidas desde una gigantesca campana de cristal, donde todos los sonidos buenos y malos de su existnecia se atenúan en medio de la bebida y las drogas. No en vano, Ellis a través de su protagonista Clay, los sentencia de una forma tan clara como demoledora en la siguiente frase: "nunca me ha gustado nadie y me da miedo la gente". Amén de las citas que abren el libro, ambas para enmarcar y no perderlas mucho de vista.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

MODELO DE RESPUESTA POLAR: POP OSCURO CARGADO DE REALISMO SUCIO.


El sonido del primer Ep de este grupo valenciano, es una perfecta simbiosis entre el pop oscuro de su música, y el realismo sucio de sus letras, lo que nos da como resultado, unas composiciones que salen desde lo más profundo de sus entrañas, y que además, tienen la extraña virtud de querer conmovernos y no dejarnos indiferentes.

Canción de culto es sin duda el mejor tema de los cuatro, donde la voz de Borja Mompó se funde en un perfecto cóctel musical, donde nada es gratuito, pues el desgarro musical y vocal se desplaza por nuestros sentidos de una forma directa y que sigue en la audición de una Afinidad Inventada cargada de intensas declaraciones vocales y de guitarras soterradas de gritos desesperados.

Ellos admiten las influencias de las bandas indies nacionales y sudamericanas en su música, lo que a veces nos lleva al sonido del desaliento callejero de Julio de la Rosa, o en otras ocasiones al más puro sonido shoegaze de algunas composiciones de Nadadora, lo que ya es decir mucho y apostar fuerte por Modelo de Respuesta Polar, un cuarteto compuesto por Jorge Moyá al bajo, Francisco Moyá a la guitarra, Matías Entraigues a la batería y Borja Mompó a la voz y guitarra.

Por si nos quedaban dudas sobre la apuesta de la banda, han vuelto a editar dos canciones más, Por Costumbre y el Principio de Otro, donde otra vez, dejan muy claro cuál es la apuesta por la que ellos se han decantado, que no es otra, que la de una música personal, que busca en la profundidad de los sentidos el lugar desde el que decirnos que ellos están aquí, abriéndose camino en el competitivo espacio del indie nacional, que cada nueva propuesta que nos llega, nos sirve para reafirmarnos en la buena salud con la que cuenta.

Además, este viernes 26 de noviembre, actuarán en la sala Contra Club de Madrid. Si queréis escuchar los seis temas del grupo, sólo tenéis que enlazaros a su MySpace: http//www.myspace.com/modeloderespuestapolar.

ANA MARÍA MATUTE, PREMIO CERVANTES 2011: EL RECONOCIMIENTO A TODA UNA VIDA DEDICADA A LA FABULACIÓN.


Hace dos días que estuve leyendo una entrevista con la escritora Ana María Matute (Barcelona, 1925) en un diario de tirada nacional, en la que confesaba que no esperaba que le dieran el Premio Cervantes, pero que sí le gustaría mucho recibirlo, no fuese a ser que se lo dieran cuando ya estuviese muerta (lo que como todos sabemos no es posible). Con ese humor entre sarcástico y melancólico, se podía entrever la mirada y el espíritu de una persona que a sus ochenta y cinco años, todavía quiere más tiempo para dedicarlo a escribir. Un arte que empezó a los diecisiete con Puro Teatro y que su última muestra, es la edición que Destino ha hecho de todos sus relatos cortos bajo el título La Puerta de la Luna. Lo que podría valer como resumen de toda una vida dedicada a la escritura, pero que sin duda se dejaría atrás muchos de sus logros en el tintero, pues no en balde su firmeza creativa le han llevado a ocupar el asiento K de la Real Academia de la Lengua, lo que la convierte en la tercera mujer aceptada en dicha institución en los últimos 300 años o ser candidata al Nobel en 1976, o recibir el Premio Nacional de las Letras Españolas en 2007 al conjunto de su obra, o más recientemente, ser finalista del Premio Príncipe de Asturias de la Letras en 2010, por dejar una pinceladas de sus más celebradas metas.


Para ella, como para cualquier autor, su novela preferida Olvidado Rey Gudú, no coincide con los gustos de los críticos, que resaltan las trilogías en las que suele agrupar su creación literaria, donde mezcla realismo y lirismo con dosis de fantasía. Sea como fuere, el mundo de las Letras Hispánicas, esta vez sí, zanja una de sus deudas pendientes con aquellos autores que todavía siguen vivos, y pueden ver con sus propios ojos y tocar con sus propias manos, el alcance de toda una vida dedicada a la literatura.

domingo, 21 de noviembre de 2010

CONCIERTO DE ARCADE FIRE EN MADRID: ICONOGRAFÍA URBANA ENVUELTA EN SONIDOS ART INDIE


Con quince minutos de retraso sobre el horario previsto, salieron los Arcade Fire al escenario de un abarrotado Palacio de los Deportes de Madrid dispuesto a lanzar más lejos que nunca al grupo que venían a ver. Como viene siendo casi habitual en la presente gira, Ready to start fue el tema elegido para iniciar un concierto de sonidos entrecortados, que ya comenzaron con esta canción que sonó lejana y distante, algo que intentaron arreglar con Month of May y que sólo consiguieron a medias, hasta que por fin su sonido llenó plenamente todos los huecos del Palacio con su cuarto tema y primer himno de la noche No Cars Go, donde el público estalló en la primera de las arrebatadoras respuestas de unos fans incondicionales ante el grupo bandera del nuevo siglo XXI.

La sencillez de su puesta en escena fue un tributo a la iconografía de carretera, que reflejaba como nunca el concepto del instante, recordándonos que sólo estamos aquí de paso, y para ello, tiraron de la capacidad visual de Wim Wenders y su París Texas, que se refrendó con imágenes de nubes a gran velocidad que en ocasiones escupió el inmenso cartel publicitario que hacia las veces de pantalla. Lo que no fue impedimento para que la gran Régine Chassange, que en Haití nos recordó a Björk en el tono de su voz, se metiera al público en el bolsillo con una magnífica interpretación que secundó con un baile de movimientos en los que parecía estar suspendida en el aire y que estéticamene feuron bellísimos, y que continuaron cuando comenzó a sonar Sprawl II (otra de las joyas de The Suburbs) y que alcanzó tal grado de excitación, que una vez terminada la canción, el público seguía coreándola, lo que les impidió continuar con el siguiente tema, y a lo que Régine secundó con un grito de júbilo (quizá no sabía que estaba en España). Ella fue sin duda la gran estrella de la noche, con una potencia y una presencia sobre el escenario arrebatadoras, y que devolvió con creces la energía que desde la platea sus seguidores les estaban enviando.

El setlist de anoche fue casi un calco del que ya mostraron en septiembre en Santiago de Compostela, y tras la gran Régine, iniciaron un bloque de medo tempo que comenzaron con Modern Man, una de las obras maestras musicales de los últimos años, a la que Win Butler una vez más, acompañó de un ¡Gracias Madrid!. Rococó inundó de tonos verdes el escenario y la valla publicitaria. The Suburbs y su Continued nos dejaron ver a jóvenes corriendo y jugando en los suburbios de lo que podría ser cualquier ciudad americana, y que son el reflejo de esta epopeya urbana que Arcade Fire ha compuesto para todos nosotros. Pero fue en este bloque de grandes canciones donde otra vez su sonido no llenó el Palacio de los Deportes.

Con Tunnels de nuevo regresaron al subidón de intensidad y el ritmo más poderosamente folkie del grupo, que levantó a todos de sus asientos. Delirio que continuó con Keep the Car Running, canción que consiguió que el Palacio sucumbiera ante el sonido más genuinamente arcadiano, lleno de ecos sonoros al estilo oh, oh, oh, y que en esta ocasión, ensamblaron a la perfección con las imágenes de un coche a toda velodidad por una carretera devorando líneas continuas y discontinuas. Excitación que siguió con We Used to Wait (otra de las joyas de The Suburbs) y donde Win Butler por fin se decidió a bajar a la pequeña platea anexa al escenario, para acercarse a sus fans más incondicionales, mientras un potente órgano le respaldaba desde el escenario. Con este nuevo bloque de canciones, Arcade Fire se metió definitivamtne al público en el bolsillo, y lo hizo, mediante proclamas y sonidos power pop que remataron con una de sus grandes canciones-himno como es Rebellion, donde la fusión del grupo con el público fue total, y donde las voces que nos regaló Régine una vez más, fueron ampliamente coreadas y bailadas por el público, hasta tal punto, que uno de los componentes del grupo se lanzó al público y regresó por el pasillo de seguridad al escenario. Un final apoteósico para un concierto que subió con los temas más potentes, pero que no llegó a llenar de su buena música, con las partes más melódicas.

Con un milimetrado estudio del tiempo y el espacio, Arcade Fire hicieron un bis con dos temas, que teminaron con Wake Up, donde toda la formación se dispuso en fila en el frente del escenario, a modo de homenaje a los asistentes, lo que hizo que el Palacio por enésima vez se viniera abajo con ese innato poder de atracción que poseen Win Butler y sus muchachos.




Arcade Fire anoche arrebató, con la sencillez como bandera, los corazones de los multitudinarios fans que se congregaron para verles de cerca y escucharles. Un grupo que por mucho que ellos quieran negarlo, van más allá de la música, y ese matiz es algo que se deja entrever en cada uno de sus conciertos, pues van por el camino de crear un movimiento, tan necesitados como estamos de verdaderos líderes a nivel mundial, pues sus canciones a veces nos recuerdan a verdaderas proclamas que sus fans cantan con auténtica devoción, y no debemos olvidarnos que su última obra maestra The Suburbs, es una epopeya urbana a la incomunicación y al modo de vida en el que vivimos, porque no en vano estamos ante la primera gran banda del siglo XXI.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

EL MENOR ESPECTÁCULO DEL MUNDO, FÉLIX J. PALMA: UN PERFECTO Y MINUCIOSO TRABAJO DE RELOJERÍA


No es extraño que esta colección de relatos esté entre los libros más destacados del año en su género. Su último tanto se lo ha apuntado en el VII Premio Setenil, que reconoce y premia al mejor libro de relatos publicado en España, encontrándose éste entre los finalistas, y también en la terna final de los tres que optaron finalmente al galardón, que se llevó la obra Los Hábitos del Azar, de Francisco López Serrano.

Un ejemplo del buen hacer que contiene esta selección, es el primer cuento titulado El País de las Muñecas, donde el autor aprovecha la famosa anécdota de Kafka sobre la relación que mantuvo los últimos días de su vida con una niña en un parque de Berlín, para construir con la maestría de un relojero, todo el entramado que una pieza corta debe atesorar, proporcionándonos los datos necesarios con sumo orden y con una delicadeza que te llevan hasta un final, que en este caso tiene sorpresa. Este relato sirve de perfecto ejemplo para todos aquellos que quieren dedicarse al competitivo y desagradecido mundo de las letras, pues resulta una muestra perfecta de cómo arrancar una historia, cómo introducir los datos necesarios para completarla y cómo dejar las huellas o rastros, que a posteriori, te sirven para cerrar el círculo perfecto que se dibuja en su trama, con un magnífico punto de arranque a modo de final y un final que no te esperas y que es el perfecto colofón a la historia, donde por sí misma cobra un sentido que a buen seguro el lector no había supuesto.

Pero cuál es El Menor Espectáculo del Mundo, pues a modo de símil circense, ese espectáculo no es otro que el amor, que siempre se encuentra sumergido en el fondo de las historias que Félix J. Palma nos regala, y donde cada una de ellas, representa un tipo distinto de amor. Por destacar alguno de los relatos de este maravilloso libro, podríamos referirnos por ejemplo, al que cierra la selección y que lleva por título Bibelot, cuya historia tiene la magia de encerrar al mundo real dentro de un mundo imaginario, aunque éste sea de cuento de hadas y tan reducido que apenas cabemos. Del mismo modo, que El Ascenso a los Infiernos encierra la tragedia del último amor, en este caso no correspondido por la falta de arrojo y comunicación de uno de sus protagonistas. En ambos relatos, se destila un matiz existencial y humano, que trasciende más allá de las páginas de papel que albergan las historias, para instalarse en el interior del lector, pues estamos ante historias que conmueven.

También hay otro tipo de relatos, como ejercicios estilísticos, en los que Félix J. de Palma, deja muestras de su perfecto dominio del relato corto, como por ejemplo, el cuento titulado Las Siete Vidas o así de Sebastián Mingorance, donde su protagonista se desdobla en un sinfín de personajes y fantasmas de sí mismo; o Margabarismo donde su protagonista se encuentra encadenado al destino de los letreros que hay pintados en el retrete de un bar. Por no pasar por alto esa pieza tan sencilla como eficaz que es El Síndrome de Karenina, donde otra vez, la literatura juega un papel estelar.

El Menor Espectáculo del Mundo es, sin duda, uno de los libros de relatos del año, que esta vez sí, sabe a dónde va y por dónde quiere llevarnos.

lunes, 15 de noviembre de 2010

SURFER BLOOD: UN JUVENIL Y DESCARADO MANANTIAL DE SONIDOS


Cuando el Palacio de Vistalegre todavía no estaba lleno, Surfer Blood salió al escenario con ganas de demostrar a aquellos que todavía no estaban allí, que algún día se arrepentirían por su retraso. Un comentario que en un principio puede parecer pretencioso, pero que no se queda muy alejado de la realidad después de disfrutar treinta minutos de la música de estos jovencísimos californianos, y eso, que se les notaba algo temerosos encima de un gran escenario, ya que no en vano, dos días antes habían estado en Santiago de Compostela ante tan sólo 100 personas. Lo primero que nos llamó la atención del grupo, fue el particular movimiento sobre las tablas de John Paul Pitts, que junto a su jersey de pico, más bien parecía un muchacho al borde del inicio del baile de debut de cualquier colegio mayor americano. Un formalismo que contrarrestó con su bienintencionado castellano, un esfuerzo que el público asistente le agradeció por difícil que le resultase, y que mejoró cuando se puso hablar con su guitarra.

Con un sonido limpio y contundente, desmenuzaron sus actuación con Take it Easy, para seguir con Twin Peaks, Floating Vibes y Catholic Pagans, una selección de canciones que en algunos inicios nos recordaron a los solos de guitarra del mítico grupo británico de los sesenta The Shadows, y que en otras ocasiones, combinaron un sonido típicamente de epicismo sonoro con guiños a Morrissey o Psychedelic Furs, sin por ello, dejar de tener un sonido propio, que en ocasiones también nos recordó al de bandas escocesas de los ochenta como The March Violets o Blue Bells, en una mezcla de tendencias y sonidos perfectamente calibrados bajo las cuerdas de sus guitarras. Una pena que actuaran con la potencia del sonido a medio gas, porque de lo contrario, habrían dado un golpe más fuerte sobre la mesa para decirnos que ellos ya están aquí.

domingo, 14 de noviembre de 2010

CONCIERTO DE INTERPOL EN MADRID: ALARMAS SONORAS DE INDIE ROCK


Paul Banks intuía que el concierto de ayer en el Palacio de Vistalegre iba a ser muy diferente a los que le esperan en la larga gira de presentación de su último trabajo titulado Interpol, porque no en vano, eligieron Madrid para arrancar su gira europea en una mezcla de buenos recuerdos adolescentes por parte de Banks, y de fans entregados a un grupo que sabe levantar del letargo más profundo a cualquier amante de la música pop. Nada más aparecer los integrantes del grupo en el escenario, el público les recibió con una buena ráfaga de aplausos, que se desataron en gritos de júbilo cuando comenzaron a sonar los acordes de Success, canción que abre el disco y el concierto de ayer, como un estímulo ascendente de una actuación repleta de grandes momentos.

Con un lenguaje visual perfectamente fusionado con el sonoro, Interpol vistió sus nuevos temas de un color azul y morado, para decirnos que esa era la tonalidad de sus nuevas canciones. Unos temas más profundos y oscuros que intentar buscar el lado más melancólico de nuestros corazones, algo que sin duda consigue viendo la reacción del público ayer congregado en un repleto Palacio de Vistalegre. Un himno tras otro fueron desgranados por un Paul Banks que en la guitarra nos llegó a recordar a Vini Reilly de Duruti Column, pero que se mostró más comedido en sus movimientos, pero inmensamente agradecido por el recibimiento que les estaba dando el público madrileño en un perfecto español, a lo que añadió una envolvente y contundente voz grave que enaltecía aún más el sonido arrebatador y directo del resto de la banda, donde sobresalía Daniel Kessler a las guitarras, y al que acompañaban más que notablemente Sam Fogarino a la batería y el nuevo bajo David Pajo y Brendan Curtis a los teclados.

Interpol consiguió llenar el Palacio de Vistalegre de un sonido indie rock, convincente como pocos, con ritmos que en ocasiones se aproximaban a las alarmas sonoras que lanzaban sobre sus incondicionales fans para pedirles paso en el más recóndito de sus recuerdos sonoros. Un efecto que consiguieron con temas como Barricade o Lights que ya se han convertido en auténticos himnos del grupo neoyorquino, y a los que acompañaron temas de anteriores trabajos bañados con luces blancas y naranjas como Rest My Chemistry, donde el júbilo de los asistentes se dio rienda suelta en forma de botes colectivos.

Anoche, el acierto de Interpol estuvo en la estudiada alternancia de los cambios de ritmo en sus temas, que mezclaban con versiones más extendidas de sus canciones más conocidas, dotándolas de otra capa sonora, que en el directo de ayer, los asistentes agradecieron con creces; y en las que el medio tempo se deslizaba hacia la contundencia más poéticamente sonora cuando entraban en una armónico juego la batería, los teclados y las guitarras.


Interpol pasó ayer por Madrid repartiendo alarmas sonoras del mejor indie rock del momento, con canciones que buscaban rendirse a la supervivencia de los latidos de sus seguidores.

sábado, 13 de noviembre de 2010

HOLYWATER, THE PATH OF FOLLOW: POR LOS SENDEROS DEL ROCK ALTERNATIVO AMERICANO

Acompañado por el único punteo de su guitarra, Ricardo Rodríguez cantante de Holywater, inició ayer su concierto en la Sala Lemon de Madrid con los acordes de Ruined, una canción que ya dejó ver una de las caras de este grupo lucense, que no es otra que su cercanía a los grupos del rock altenativo americano de los noventa (como por ejemplo Counting Crows), y que con temas como Too Many Lies corroboraron. Una primera parte de su actuación, en la que asistimos a la interpretación de sus temas más tranquilos como Try, o un contundente Tranquility donde la banda fue dejando muestras de lo que sería el ciclón final de su actuación. Con In Your Head nos recordaron a las guitarras de los primeros discos de Second, lo que no es una coincidencia caprichosa, pues tras el concierto, Martín Alonso (guitarra del grupo) nos confesaba que uno de los grupos que más les gustaban eran The Who (precursores entre otros de los sonidos del punk y del brit pop) fuentes estilísticas en las que bebieron Second y por lo que escuchamos ayer también Holywater, amén de un sinfín del grupos españoles de la actual escena indie.

Siguieron con Shame on Us y Questions (una dulce golosina sonora), donde una vez más, Ricardo perfila a la perfección la voz de Adam Duriz (cantante de los Counting Crows). Holywater terminó su californiana versión del mundo del rock con Unknown Skin y My New Road, ambos temas alargados con la intención de prepararnos para lo que nos venía encima, un ciclón musical lleno de buenas vibraciones y desgarros sonoros.


Con un significativo cambio de guitarras, Holywater comenzó la segunda parte del concierto con Similar, un bombazo de canción donde la verticalidad de sus desgarradas guitarras nos avisaban de que la parte más genuinamente lírica del concierto acababa de empezar. Fuerza acompañada de una excelente versión en directo de temas como Last Ulcer, Six o The Tunnel, donde dejaron una muestra infinita del buen hacer musical de todos sus componentes, el mencionado Martín Alonso a las guitarras, Luis Casanova a la batería y el nuevo bajo de última hora Mito, un ejemplo cada uno de ellos, de buen hacer sobre el escenario. Un comentario aparte merece Ricardo Rodríguez (voz y guitarras), bandera de esta formación que con su magnífica tensión sobre el escenario llena aún más la actuación del grupo.

Ayer en la Sala Lemon, fuimos testigos del camino a seguir por Holywater, que no es otro que el sendero del mejor rock alternativo sin más adjetivos.

martes, 9 de noviembre de 2010

4.48 PSICOSIS DE SARAH KANE: UN VIAJE DE NO RETORNO

4.48 es la hora en la que los fármacos que se toman el día anterior para aliviar el infierno de la depresión dejan de hacer efecto, y por tanto, el momento de la noche en la que más suicidios se producen. De una forma tan directa como desgarradora, Sarah Kane dejó escrito su último testamento vital (en forma de obra de teatro), pocos días antes de que decidiera quitarse la vida. Lo que la convierte, en este sentido, en una seguidora del tormento creativo al que también estuvo sometida Sylvia Plath, que al igual que ella, acabó suicidándose cuando apenas contaba 31 años (Sarah no llegó a los 29), un proceso destructivo que Plath dejó plasmado en su famosa novela La Campana de Cristal y que también vio la luz después de su muerte.
Lo primero que hay que decir, es que por muchas circunstancias, 4.48 Psicosis es un texto difícil, al que la inteligencia de Sarah Kane dota de frases cortas y a veces entrecortadas, que muestran a la perfección la división entre la razón y la locura:
"No es una vida que yo estuviera dispuesta a aprobar.
Me amarán por aquello que me destruye
la espada en mis sueños
la ceniza de mis pensamientos
la dolencia que se engendra en los pliegues de mi mente.
Cada cumplido me arranca un trozo de mi alma."
De este abismo era del que Sarah Kane necesitaba salir, pero nadie supo sacarla. De esa inadaptación vital procede su intensa y desgarradora trayectoria como dramaturga. Una carrera compositiva, que Harold Pinter siempre defendió, tildando a 4.48 Psicosis como de obra maestra.
El montaje que ayer pudimos ver en la Sala Francisco de Rojas del Círculo de Bellas Artes es la versión que Teatro en Tránsito ha llevado a los escenarios bajo la dirección de Carlos Aladro y la interpretación de una sublime Beatriz Argüello. Este monólogo de apenas 70 minutos, ha sido estructurado en la impactante visión de seis vómitos a los que le siguen siempre la misma frase: una rendija de luz... y al que Beatriz Argüello proporciona el aliento y el talento de las grandes interpretaciones (ya resulta difícil pensar en un montaje de esta obra sin ella al frente). La desnudez de la escenografía, a la que en por momentos acompaña el efecto sonoro de la ópera lírica de Muse o la amable acústica de las canciones de baile de Cher, juega a la perfección con el texto, sobre todo, cuando en los diálogos que consigo misma mantiene Beatriz, el efecto de una doble sombra se posa en el gran rollo de tela que hace las veces de alfombra blanca donde Sara Kane vomita su testamento vital; y sobre el que se alza cual trono divino y terrenal una sencilla escalera de tres peldaños, un lugar elevado lo suficientemente del suelo, como para expresar todo un universo de sentimientos alejados de lo terrenal.
Beatriz Argüello, que da soporte a estos 70 minutos de tortura, sencillamente está perfecta y colosal, manteniendo en todo momento el pulso interpretativo del texto, al que proporciona una gran variedad de registros tanto en los diálogos que mantiene consigo misma como en las batallas internas que libra el personaje que interpreta, por no hablar de su capacidad expresiva con esos vómitos y esas manos que incansablemente buscan sus largas piernas para arañarlas constantemente. Un gran ejemplo de madurez actoral y de fuerza física que mantiene a la obra en pie hasta el final, por lo que no es de extrañar, que el buen número de actores y directores de la escena española que estuvieron ayer presentes en la sala, no dejaran de aplaudir y gritar ¡bravo! al final de una interpretación, sencillamente sublime.
La cita horaria con el dolor desesperado que es 4.48 Psicosis de Sarah Kane, es un viaje de no retorno, que en el montaje del Teatro en Tránsito que pudimos ver en el Círculo de Bellas Artes, se escenifica a modo de contrarreloj directa e inversa en forma de dos relojes digitales que caminan uno hacia delante y otro hacia atrás, aunque sólo será uno de los dos, el que sin apenas darnos cuenta, marcará la hora fatídica y el encuentro con nuestro propio destino.