miércoles, 26 de octubre de 2016

CUATRO IDEAS PARA DESMITIFICAR EL BLOQUEO DEL ESCRITOR. Por Natalia Martínez, profesora de Escritura Creativa en Sinjania


Si escribes, seguro que en algún momento habrás sufrido ese síndrome de todos conocido: el bloqueo del escritor. Hasta ayer todo marchaba, estabas trabajando en tu novela y la historia fluía sin esfuerzo. Pero hoy ni una palabra brota de ti y todas las ideas parecen haberse esfumado de tu cabeza, como si te las hubieran borrado.

Sabes lo que sucede: estás bloqueado. Y lo sabes porque te han hablado del bloqueo desde que comenzaste a escribir. De alguna manera, lo del bloqueo del escritor es una especie de profecía autocumplida, sabías que un día llegaría y, al final, acaba por llegar. Pues tenemos buenas noticias para ti. El bloqueo del escritor no existe.

Es un mito, como el de la inspiración o el del talento innato. Algo que se supone que les pasa a los escritores, algo en lo que nos gusta creer porque, cuando nos sucede, nos sentimos escritores de verdad. Si estamos bloqueados, estamos desempeñando bien nuestro papel de creadores, encajamos en el rol. Así que aunque el bloqueo sea una contrariedad, todo va bien. Es como si un tenista solo se reconociera tenista cuando desarrolla epicondilitis (codo de tenista). O el oficinista solo se supiera oficinista cuando sufre el síndrome del túnel carpiano.

Pero mientras que esas enfermedades son reales, el bloqueo del escritor no lo es. Ahora mismo estarás echándote las manos a la cabeza y diciendo «¿Cómo que el bloqueo del escritor no es real? ¿Y los miles de escritores que lo sufren, qué?» Tranquilo, en realidad lo que sucede es que llamamos bloqueo del escritor a algo que no es tal. Usamos un nombre genérico para camuflar ciertos problemas de escritura y no tener que enfrentarnos a ellos. Vamos a verlo.

El bloqueo forma parte del proceso de escritura
En el fondo, el bloqueo del escritor no es más que una parte más del proceso creativo. Una parte del proceso de escritura a la que todo escritor debería acostumbrarse y saber cómo gestionar. Simplemente, tu cerebro se está tomando el tiempo que necesita para crear, para resolver problemas con la trama, para profundizar en la motivación de los personajes, etc.

Una novela no surge de la nada. Detrás de ella hay un enorme esfuerzo intelectual y creativo, y ese esfuerzo requiere su tiempo. Tienes que dártelo. No percibas el bloqueo como un problema, sino como una oportunidad. De él van a salir cosas buenas, solo es que tu cerebro se toma su tiempo en materializarlas. Lo que sucede es que el escritor, cuando se percibe bloqueado, entra en pánico. Precisamente por todo lo que ha oído contar sobre el bloqueo, por todas esas novelas y películas donde aparece un escritor que se dio a la bebida porque ya no podía escribir y al que su mujer acaba abandonando; por todo eso, el escritor se deja llevar por la ansiedad.

En el fondo, lo que pasa es que tienes miedo de que ese bloqueo sea algo permanente que te impida volver a escribir. Pero eso no suele suceder. Para gestionar esa ansiedad, puedes hacer varias cosas:
1.- Hacer otra cosa: no te empecines y cambia de actividad. Puedes dejar de escribir durante dos o tres días y aprovechar ese tiempo para hacer deporte, pasear o salir con tus amigos.
2.- Leer: al sumergirte en otras historias encontrarás formas de resolver los escollos de la que tú estás escribiendo. Leer es el mejor curso de escritura que puedes hacer.
3.- Practicar la escritura libre: la escritura libre consiste en escribir de forma ininterrumpida durante un periodo de tiempo prefijado, sin un tema preestablecido y sin prestar atención a la ortografía y la gramática. Pruébala y te sorprenderán sus resultados.
En secreto, mientras haces alguna de estas cosas, tu cerebro seguirá trabajando en tu historia y, voilà, enseguida tu historia te llamará con fuerza de nuevo.

No te has preparado bien
Ya hemos dicho que el bloqueo del escritor forma parte del propio proceso de escritura, pero también es verdad que con un buen trabajo previo de planificación es muy difícil que llegue a darse. Muchas veces lo que esconde el bloqueo es la falta de una adecuada preparación. Muchos escritores se ponen a escribir sin trazar un plan previo. Confían en que la historia se desarrolle sola, en que ella les irá guiando. La realidad es que eso no suele suceder, sobre todo en el caso de los escritores noveles.

Es vital que crees una estructura previa para tus historias, donde tengas claro sus tres fases básicas (planteamiento, desarrollo y desenlace), así como cuál es el conflicto al que se enfrenta el protagonista. Con esas ideas claras, te resultará más fácil avanzar sin detenerte. Sobre todo es muy importante saber cómo va a finalizar tu historia. El final es la estrella polar que te guiará. Si lo tienes claro, sabrás en todo momento hacia dónde tienes que conducir la historia si pierdes el camino.

Otras veces el bloqueo del escritor lo que trasluce es una falta de preparación más profunda. No es que no te hayas tomado el tiempo de crear un esbozo de su historia, es que desconoces los recursos y las técnicas que debes emplear para llevarla a cabo. Es como si quisieras construir una casa sin saber cómo hacer los cimientos o levantar un muro. Puedes dibujar los planos de la casa en un papel, pero cuando tengas que empezar a edificar te quedarás parado. Por suerte hoy en día tienes a tu alcance cientos de webs, libros y cursos de escritura que pueden suplir esa carencia.

Pero, ojo, porque a menudo el bloqueo esconde otros problemas. Puede ser que, simplemente, lo pongas como excusa para no ponerte a escribir y dedicarte a otras cosas menos exigentes. Lo mejor es que te crees una rutina de trabajo y trates de ceñirte a ella. Escribe incluso aunque no tengas ganas y no dejes que la idea de bloqueo te paralice.

Has perdido la conexión con la historia
También puede ocurrir que pierdas la conexión con la historia. No es que estés bloqueado, es que simplemente la historia que estabas escribiendo ha dejado de interesarte. A veces este problema se relaciona con el del punto anterior y simplemente se trata de que no lo estás desarrollando bien. Has perdido el hilo por falta de trabajo previo o por falta de los conocimientos precisos para escribir bien una buena historia. Si eso es lo que te sucede, ya sabes cómo solucionarlo.

Pero si lo que pasa es que la historia ha dejado de parecerte interesante tienes que asumirlo. En ocasiones esa idea que nos parecía tan fascinante acaba por demostrarnos que no lo es. No hay forma de construir con ella una novela que pueda interesar a un lector. En ese caso lo mejor es que la dejes en barbecho y empieces con otra. Dejar pasar el tiempo ayuda, porque nos da una nueva perspectiva y nos permite continuar sin problemas.

Te faltan ideas
En ocasiones, el bloqueo viene no cuando estás escribiendo una novela, sino cuando has acabado y buscas tu siguiente historia. Pasan los días y no se te ocurre nada, así que empiezas a desesperarte. De inmediato una frase surge en tu cabeza: estoy bloqueado. No, lo que sucede es que no has sabido aprovechar las épocas de bonanza.

De la misma manera en que a menudo la escritura se ralentiza, otras, por el contrario, parece que no puedes dar abasto a escribir todas las ideas que se te ocurren. Pues bien, ese es el momento de trabajar para prevenir que sobrevenga un bloqueo. Cuando tengas una etapa de efervescencia creativa, invierte una fracción de tu tiempo de escritura en tomar notas y hacer esbozos con todas esas ideas que manan sin cesar. Ese también es trabajo de escritor, así que hazlo. De esta manera, cuando te quedes sin ideas tendrás un arsenal de las que echar mano. Y, mientras te pones a escribir y las desarrollas, seguro que se te ocurren más.

No te engañes
En resumen, el bloqueo del escritor lo que suele ocultar es lo que podíamos llamar la vagancia del escritor. Si no te molestas en formarte, si no te tomas el trabajo de planificar tu novela, si no inviertes tiempo en anotar y archivar las ideas que se te ocurren para nuevas historias… no te sorprendas de encontrarte bloqueado. Pero ahora ya sabes que lo del bloqueo es solo una forma de ocultarte la verdad sobre tus problemas de escritura. Y ocultar las cosas nunca es el camino para resolverlas. Por lo tanto, en lugar de quedarte parado, lamentándote porque sufres un bloqueo, ponte las pilas y empieza a trabajar.

Artículo de Natalia Martínez.

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