lunes, 10 de febrero de 2025

SAKIKO NOMURA, EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA “TIERNA ES LA NOCHE” EN LA FUNDACIÓN MAPFRE: EL MUNDO A TRAVÉS DE LAS SOMBRAS

 



Caminar con paso decidido entre sombras. Por universos que nacen de un instinto felino capaz por sí solo de dar vida a lo inimaginable por incierto. Un casi negro sobre negro. O, quizá, la exploración del sueño sobre la realidad. Ahí, donde las formas pierden sus límites y adentramos en la vulnerabilidad del mundo sensible. Un territorio donde las percepciones no precisan de lo empírico, y sí de lo onírico. De esa fuerza brutal de lo indeciso e inesperado surgen las naturalezas apenas adivinadas, los cuerpos desnudos difuminados en la oscuridad, o las flores sobre un intenso fondo negro que la fotógrafa japonesa Sakiko Nomura expone en la Fundación Mapfre de Madrid. Una primera y gran retrospectiva de la artista nipona que nos muestra su gran habilidad a la hora de mostrarnos los universos ocultos que se nos hacen presentes sin que nosotros, en una primera instancia, seamos capaces de adivinar. De esa ambivalencia entre la luz y la oscuridad surgen mundos que nos abren puertas hacia nuevos territorios donde se dan la mano el hiperrealismo fotográfico de sus grandes flores e intensos colores que se nos aparecen como retratos no humanos de vida y solemnidad, pues solemne es la apuesta que se nos muestra delante de nuestros ojos; hasta sus cuerpos desnudos cargados de un erotismo y una sensualidad explícita. De esa primigenia forma de mirar el mundo tan presente en su obra, Sakiko Nomura se revuelve sobre sí misma para deleitarnos con espacios inertes y cotidianos de unas naturalezas muertas compuestas de árboles que nacen de la noche más oscura, como si fueran unos mágicos fuegos artificiales que se nos aparecen sin pedirlo en modo de mágica sorpresa, pues deambulan por un alambre difuso entre lo visto y lo sorprendente. Aquí es donde podríamos decir que sus fotografías nos relatan escenarios propios de las películas de David Lynch, con personajes agazapados en la noche, como es por ejemplo la instantánea del elefante manteniendo el equilibrio, y que nos sugieren la percepción de lo onírico de una forma directa. Oscuridades y sombras que nos narran un mundo subversivo como es el que transcurre en las horas en las que el mundo duerme, salvo nuestro inconsciente. 

Tierna es la noche también es un viaje literario a lo largo de los cuerpos desnudos de hombres (sobre todo) que se enfrentan a camas de sábanas blancas, en contrapunto con la tez más oscura de sus modelos. Hombres-modelo en los que se percibe la búsqueda de la empatía del espectador en un juego de atracción y escapismo cuando el retrato se pierde en la densa oscuridad de una noche que se desdeña como fruto del deseo. Imágenes que también nos muestran la amplitud del deseo en los cuerpos entrelazados en los que, en este caso, se nos priva de la visualización de los rostros, para dejarlo todo en mano de la imaginación del espectador. Aquí es donde la artista japonesa rinde homenaje al escritor norteamericano Francis Scott Fitzgerald, y donde nos revela, de alguna forma, la fascinación por esa primera opulencia que más tarde se apaga hasta caer en un pleno declive. Esa búsqueda inicial del deseo a través de cuerpos jóvenes y atractivos es en algún sentido tierna, a la vez que provocadora, por lo que tiene de invasiva en nuestros sentidos, por tratarse de imágenes que tienen tanta fuerza que nos invitan a imaginar y a completar lo que se nos muestra: el mundo a través de las sombras.  

Ángel Silvelo Gabriel.

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