De las catacumbas de su Wisconsin natal, surge esta poetisa de los sonidos contundentes y atormentados. Nika Roza Danilova, rebautizada como Zola Jesus no tiene miedo a utilizar el apellido del gran escritor francés y a contraponerle el de la figura iconográfica del cristianismo, lo que nos da una medida aproximada de su pasión por las profundidades del alma humana.
Su música arrasa con unos sonidos que encierran pura magia gótica aderezados con una voz portentosa y operística que tiñe de destellos aúreos unos ritmos satánicos y rompedores que te hacen congratularte con las mejores versiones de dark pop de los ochenta (Depeche Mode, Joy Division o The Cure).
Stridulum II se abre con un magnífico corte titulado Night que nada tiene que envidiar a la puesta en escena de una tal Lady Gaga, y que tiene toda la impostura de una estrella de la música. Pero tampoco hay que perderse composiciones como I Can´t Stand o Sea Talk para darnos cuenta que esta joven de veinte años que se refugiaba los fines de semana en la lectura compulsiva para olvidar las cabezas de ciervos que su padre cazador colgaba en el bosque cercano, ha dado con su camino. Una ruta llena de sonidos transparentes y diferentes que nos quieren sacar de la abulia más popera de la música actual, lo que la están llevando a convertirse en la nueva musa de los grupos indies torturados como Xiu Xiu.
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