Sumergirse en una nube para seguir flotando en un mar
incorpóreo e infinito por el que poder transitar a través de los límites que
difuminan la realidad y la ficción. Mares de nubes y atmósferas tan irreales
como el agua que no moja, pero que sí nos deleita los sentidos. Y guitarras
cortantes, luminosas y oscuras a un tiempo, que nos marcan la senda de unos
juegos que un día soñamos. Soñar, sumergirse, caer…, para luego subir, saltar y
alzarse a la cumbre más inaccesible donde sólo llegan los soñadores, porque La
fuerza mayor es caminar hasta la punta del desfiladero
desde la que poder observar el infinito, como infinitas son las múltiples
secuencias musicales de este disco debut donde se nota que el cuarteto murciano,
Viva Suecia, han volcado la esencia de su alma. Raras veces ocurre, pero
en ciertas ocasiones las virtudes artísticas asoman a la primera, y aquí
estamos ante una de esas demostraciones.
Las buenas maneras musicales del grupo ya nos quedaron muy
claras cuando telonearon a McEnroe en el último concierto que los
vasco dieron en Madrid (Sala But). Y este larga duración no es sino la
confirmación de aquellos sonidos, injustamente entrecortados, por los cortes
eléctricos que padecieron ese día. Sin embargo, las sensaciones permanecen en
el recuerdo, y en La fuerza mayor quedan plasmadas, pues Viva Suecia http://www.vivasuecia.com/ se
muestran vigorosos, eléctricos, potentes y portentosos, para decirnos que su
propuesta musical es válida, y que han llegado para sumarse a la ya consolidad nómina
de grupos murcianos en el panorama indie español. Los ecos y las reverencias
de la música pop de los noventa son el sustento de estas canciones que
consiguen iluminar la oscuridad en una sinergia de fronteras que, en su letras,
van desde el realismo sucio a lo Bukowsky hasta la vertiente más
existencial de la vida.
Efe efe es una buena muestra de todo ello, pues tras
la calma inicial: «así que te has rendido quién lo iba a decir», los
reflejos de las guitarras van ganando en una sonoridad compacta y genuina como
pocas veces hemos escuchado en un disco de debut, pues complementan las
coordenadas de los medios tiempos de una forma magistral: «un recuerdo
para presumir lo ingrato que es invertir… y nada es inmortal, nada». Inmejorable
muestra de la acústica de un tema apabullante como pocos, que se sustenta en un
perfecto juego de acordes entre guitarras que traslucen la inmediatez y la
fuerza del grupo murciano. Magnífica tarjeta de presentación que nos lleva a Bien por ti, single y vídeo del presente
disco, que comienza con un guiño muy Second, y luego deviene en una
irreflexiva, por lo irreverente y majestuosa, carga de adrenalina que promete y
mucho en los futuros directos, donde los galopes de las guitarras levantan polvaredas
a sus melodías. Acabaremos muriendo
es la primera de las secuencias, digamos tranquilas, del disco, pero donde las
resonancias musicales siguen siendo las mismas, sólo atemperadas por el ritmo:
«quedamos del lado que hace temblar la balanza». Equilibrios en la senda de las
armonías trabajadas en el shoegaze más irreverente. Hazañas de un mundo que se
describen como mapas sonoros únicos e inexplorados: «nada es perfecto
ni más ni menos igual».
Bucles que acaban en secuencias sonoras distorsionadas
que les sirve a los murcianos para llegar a Permiso
o perdón, otro de los temas estrella de este disco, si esa afirmación puede
darse en este caso, pues la línea principal que lo define es su equilibrio.
Medios tiempos que de nuevo nos susurran las melodías del caos existencial que
rodea a nuestras vidas, porque en ocasiones, nuestras vidas fluctúan entre esos
dos límites que nos marcan el permiso y el perdón; una dicotomía a la que Viva
Suecia hacen acompañar de sus aguerridas guitarras, que pueden clasificarse
de todo menos de tímidas, por lo compactas que aparecen en este tema. Pero este
viaje a lo más profundo de la oscuridad no acaba aquí, pues la sonoridad que el
grupo nos regala en Hasta ahora, es una de las mejores muestras que hay en este disco debut
de los límites por los que la música puede transitar en una especie de cortinas
o velos que nos rozan la piel y los sentidos para despertarnos de la monotonía
más atroz. Única y ensimismada, la canción va subiendo enteros entre rasguños
de guitarras que tienden al caos que deviene en gloria pura. Sin duda, Hasta ahora es una propuesta de viaje
hacia el más allá donde los límites los ponen nuestros sentidos; gran canción. Algo
más tranquilo comienza El día después de
la trampa, como si Viva Suecia quisiera que nos recuperáramos
del éxtasis anterior, pero enseguida nos damos cuenta de que todo se trata de
un falso espejismo, pues los ritmos de este tema enseguida nos ponen de nuevo en
alerta: «yo soy el mismo que no han conocido ni bien ni mal». Estallidos
irreverentes que penetran en nuestros sentidos en una secuencia ascendente de
parámetros que definen el último deseo de la noche; otra gran canción teñida de
vientos que rodean a lo irreal.
Las siguientes canciones ya pertenecían a su Ep 2014,
y comienzan con Nadie te devolverá el
favor, donde ya somos conscientes de que los inicios de Viva
Suecia despuntaban la esencia de su alma: «morir en el intento es un
opción que nunca nos sirvió». Aquí, la cadencia sonora es más pausada, aunque
el eco sigue siendo el mismo, pues la fuerza intrínseca al grupo está muy presente
y nos lleva hasta ese tic tac inicial de Palos
y piedras. Arrebatos difuminados en secuelas amargas: «me has jodido tantas
veces porque tantas veces fui infeliz», lo que nos proporciona una secuencia de
ondulantes subes y bajas que modulan el perfil de una canción arrebatadora.
Sonidos que de alguna forma se repiten en Los
años, como señas de identidad de un grupo que no quiere refugiarse en las
tranquilas aguas de la indefinición, pues su fuerza y su ímpetu no se lo
permiten: «confía en mí seremos carne de rutina», una afirmación que remarcan
la animadversión de los murcianos hacia el paroxismo existencial de la nada más
absoluta.
Pero sin necesidad de presentar nuestra renuncia, nos
volvemos a caer desde el cielo en La
novena vez: «puedes empezar por admitir que es mejor negar que dimitir». La
carga sonora de Viva Suecia, en esta ocasión, despunta de una forma clara hacia
lo que serán sus futuras composiciones, pues esta canción tiene la clarividencia
de representar a un rayo de luz que les ha iluminado los nuevos caminos
musicales en los que han ido profundizado a posteriori: «nunca se te ha dado
bien tomar consejos», lo que no es óbice para que este corte del
disco acabe como un auténtico relámpago luminoso y rabiosamente feliz,
alcanzando cuotas muy apreciables en cuanto a su calidad sonora y musical.
Límites que también explora Mamá, te va a
encantar, donde sobresalen los punteos de las guitarras al inicio de la
canción, y que representan un perfecto broche de oro al conjunto al que Viva
Suecia ha llamado La fuerza mayor, como si mayor fuese
esa última necesidad de seguir iluminando la oscuridad.
Ángel Silvelo Gabriel.
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