Los miles de kilómetros recorridos en el año 2010 presentando su anterior disco, Fracciones de un Segundo, han dado mucho de sí. Tanto, que deslumbra el estado de madurez del grupo nada más acabar la primera audición de este gran trabajo titulado Demasiado Soñadores. Un elogio que tiene su por qué. Un porqué que esta vez se encuentra escondido en un trabajo sin límites. Un trabajo que es el resultado del trajín de sus viajes de ida y vuelta —entre concierto y concierto— a su Murcia natal. Viajes en los que se ha gestado este cedé plagado de grandes momentos. Momentos brillantes en los que no han faltado noches sin dormir y reinicios infinitos hasta dar con la nota y la letra adecuada. Un esfuerzo y un estado de gracia que ya se refleja en su título: Demasiado Soñadores, pues surge como un camino de sueños y anhelos trazados a lo largo del tiempo. Un camino cuyo resultado es el de unas canciones que nos invitan a soñar mientras seguimos la estela de una brillante luz que nos espera tras el horizonte.
El disco ya se nota grande desde fuera. Por su formato. Por su precio, que incluye un pack con un DVD con todos sus vídeos, más la actuación del año pasado en la sala Joy Eslava de Madrid y los cuatro bonus track donde se encuentra el enamoradizo tema Sin Aliento. Estamos ante un disco grande y para el recuerdo. Un disco grande de un grupo grande: Second. Pero por si todo esto fuera poco, el cedé trae un libreto con las letras de las canciones donde se deja entrever el cariño y el cuidado que han puesto en este trabajo. Letras muy bien trabajadas. Letras con magníficas estrofas y estribillos que se inician con la historia triste —pero real— que se encierra dentro del tema N.A.D.A.: «Once meses casi un año, desde que aquel fino hilo se partió». Un tema que ratifica la contundencia del sonido de todo el disco —algo en lo que tiene mucho que ver un maestro del sonido como es Raúl de Lara—. Demasiado Soñadores es un álbum en el que hay grandes canciones que siguen profundizando en la senda de su anterior trabajo. Una afirmación que tiene su mejor réplica en un auténtico bombazo. Una explosión musical titulada Muérdeme —que ya está pidiendo a voces que sea el nuevo single— y que se inicia con una magnífica fusión premonitoria de lo que se nos bien encima. Magnífica canción que ensambla con grandes temas de trabajos anteriores como Más Suerte, pero con una mayor fuerza que no intensidad en su composición, donde los teclados de Javi Vox nos atrapan en un mordisco que no nos dejan soltarlo hasta el final. Un cierre épico de una canción llamada a ser un hit primero y un himno del grupo más tarde.
Después de este delirio musical parece que nada nos puede llenar más, pero la siguiente canción del disco, Mañana es Domingo, se desenvuelve a la perfección entre sonidos brillantes en los que se fusionan la batería de Fran Guirao con las guitarras de su hermano Jorge, y con el acierto de las voces auxiliares fusionadas con los potentes teclados —que nos recuerdan que lo de Muérdeme no es casualidad—, y se comportan como un todo tanto en el tema como en el disco, a lo que la personalísima voz de Sean Frutos —la mejor voz masculina del panorama indie y no indie español— nos redime de todas nuestras miserias para alzarnos victoriosos entre la oscuridad más absoluta de nuestras vidas, sin duda un pleno acierto. Aquella Fotografía es una canción más pausada, donde el timbre siempre ajustado de Sean se acompaña del bajo de Nando Robles en una historia que nos dirige a terrenos cargados de una nostalgia en colores sepia que se funden con Autodestructivos. Sonidos quizá más ochenteros, que navegan desde la oscuridad de grupos pop como Alaska y los Pegamoides a industrializados como Aviador Dro, pero con una intensidad donde las guitarras van ganando camino a medida que avanza la ejecución de la canción que desemboca en ecos postindustriales. Psicopático es el regreso a la contundencia marca de la casa, con guitarras entrecortadas que se fusionan con la intensidad que se convierte en puro ritmo. Un ritmo que se vuelve a tornar pausado y atmosférico con En Pequeñas Cosas, un tema que se identifica con los medios tiempos que tan bien ejecutan el grupo murciano —sin duda este es el gran camino a seguir— pues las imágenes más envolventes nos dejan inmersos en un mundo distinto, ese mundo que está en las pequeñas cosas, y que de nuevo está magníficamente fundida con De Buenos Aires —¡qué bien cuidados están los pequeños detalles en este disco!—. Esta canción nos deja la puerta abierta a sus composiciones musicales más cercanas a su anterior Fracciones de un Segundo, con detalles sonoros repletos de una luminosidad propia de su tierra murciana que en esta ocasión se traslada hasta Buenos Aires en un infinito horizonte que se disuelve en las ganas de fiesta que están presentes en Prototipo: «Prefiero morir despierto a las pastillas del sueño» como leitmotiv del mundo de sueños y sentimientos que nos propone esta buena canción, ideal para terminar un concierto con un estribillo muy pegadizo: «No estamos preparados para ser exactos no estamos para sentir esto», que nos lleva hasta el último tema de Demasiado Soñadores, Tu alrededor, con una guitarra acústica que poco a poco nos va diciendo adiós en una sinfonía que se comporta como el aderezo musical perfecto para las tristes despedidas de las estaciones, pero que nos dejan envueltos en recuerdos que nos persiguen durante toda la vida.
Ángel Silvelo Gabriel
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