jueves, 17 de diciembre de 2009

ELLA

Lágrimas de acero recorren sus agrietadas mejillas. Lo que otrora fuera una cara llena de luz, hoy es una tez marchita y apagada. Cuando la miro me pregunto por qué, y no puedo dejar de pensar en la crisis de la que todo el mundo habla, pero que a nadie parece afectar. Que se lo digan a ella, que cuando era joven ya la hablaron del futuro, y de un mundo mejor que ella, entre muchos, iban a crear. Un mundo más justo y más libre. Pero esa hermosa entelequia nunca existió en su vida. Y hoy me toca a mí levantarla, convencerla que tras la crisis habrá un nuevo futuro. Un futuro, del que para su dicha, no tendrá que volver a sufrir sus consecuencias.


Microrrelato de Ángel Silvelo

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