Y para finalizar el año, os dejo por aquí un microrrelato, que hace mucho tiempo que no colgaba ninguno. Se titula Mi chupa de cuero y es un tributo a los recuerdos de juventud, esos que estaban teñidos de canciones de la movida, y de las otras, claro. Con él, quise rendir un pequeño homenaje al grupo madrileño Los Secretos.
MI
CHUPA DE CUERO
Te
dejé tirada en un banco, ese en el que le di el primer beso a Susana mientras
sonaba Déjame de Los Secretos en el radio-cassette
que siempre me acompañaba en aquella época. De camino a casa, mientras
intentaba olvidarte, pasé por el campo de fútbol, donde antes se celebraban
cada verano las fiestas del barrio, y al que acudían grupos como Leño,
Mermelada o Burning, los héroes de todos mis amigos. Y en ese instante,
casi me arrepentí de haberte abandonado, porque comprendí que eran muchos los
buenos momentos que habíamos vivido juntos. «La música es una infinita fábrica
de sueños que me ha perseguido desde pequeño», pensé, pero también, «una
inagotable fuente de recuerdos», asentí. Recuerdos de mi vida que, como un Cruce de caminos, se difuminan con las
notas de las canciones que han sido parte de ella, como hasta hoy lo fuiste tú,
La chica de ayer, por eso, igual que
el día que te acogí entre mis brazos, ahora intento cerrar este momento con una
canción; un tema que selle definitivamente los años que pasé junto a ti, porque
víctima de la nostalgia aún me digo: me cuesta tanto olvidarte. Sí, Me cuesta tanto olvidarte…
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