viernes, 29 de junio de 2018

MALDITO ESCALÓN.- MICRORRELATO DE ÁNGEL SILVELO



Ese maldito escalón fue el culpable de su cojera, por eso no le extrañó que, cuando por fin llegó adonde habían quedado, ella no estuviera esperándole. Él intentó convencerla de que su tardanza estaba más que justificada, pero ella hizo oídos sordos a sus alegaciones. «Falso cojo y mal abogado eres tú, que argumentas tu infinita ausencia por un maldito escalón», le espetó ella en la cara. A lo que añadió: «como mujer versada en leyes que soy no me creo los planteamientos de tu autoproclamado derecho de réplica y rectificación, porque tú eres tan vulgar como todos aquellos letrados que hacen desaparecer fortunas en los paraísos fiscales. Enclaves en los que tú te has creído el Ulises de las leyes, a pesar de que ni fuiste Rey ni propietario de isla alguna. Eso sí, en algo te pareces a él, porque a pesar de que yo no sea Penélope te di un hijo al que llamé Telémaco».

Microrrelato de Ángel Silvelo

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