viernes, 29 de abril de 2011

CONCIERTO PRESENTACIÓN DE CYAN EN LA SALA BOITE DE MADRID: HISTORIAS QUE YA NUNCA SE ROMPERÁN



La soltura en escena de Javi Fernández, y el acierto en la interpretación de sus canciones del resto de los componentes de Cyan (Gorka Dresbaj y Jordi Navarro -guitarras-, Sebastián Limongi -batería- y Antonio Lara -bajo), ayer consiguieron establecer un cordón umbilical imposible de romper entre su música y sus seguidores (que llenaron la Sala Boite), convirtiendo su actuación, en una bella e intensa manifestación de lo que puede ser una historia de esas que ya nunca se romperán. Para ello, se emplearon a fondo en sus artes musicales, donde sobresalen sobremanera las letras (entre nostálgicas y melancólicas) de Javier Fernández, que se difuminan con las brumas matinales de su Mediterráneo (lee a Benedetti y Schopenhauer), y que hacen que todo el que asista a sus conciertos, se sienta como en una nube que se deposita sobre sus canciones. El poderío escénico de Javier Fernández ya quedó demostrado nada más subirse al escenario, donde unos pequeños problemas técnicos con el ordenador encargado de controlar (imaginamos que los sonidos pregrabados) no impideron a este gran compositor, calentar sus manos y su voz cual atleta en espera del disparo de salida. Una vez solventado ese pequeño contratiempo, el sonido del piano electrónico y la manera de interpretar la canción Esos Niños, con la que abrieron su actuación, nos llevaron sin apenas darnos cuenta hasta Coldplay y Chris Martin (algo que Javier al final del concierto nos reconocía como lógico por estar el grupo anglosajón siempre presente en nuestro imaginario colectivo), pero que a su favor, el Sr. Fernández tiñó con un toque muy personal, con su característica a la vez que desgarrada voz, que sube y baja en intensidad junto a su piano electrónico.

Cyan no pudo comenzar mejor su concierto en la Sala Boite, pues eligió para iniciarlo, los que a nuestro modo de ver, son las tres mejores de su último disco Historias para no Romperse, y tras Esos Niños, atacaron Las Cenizas del Verano, una clara epopeya del paso del tiempo, que ayer destacó en directo por la complejidad técnica a la que Cyan se enfrentó en la melodía de la canción. Sencillamente una gran canción pop por los cuatro costados, que si hubiese sido compuesta por un grupo anglosajón la estaríamos escuchando a cada momento en las radio fórmulas españolas. Una magnífica canción que dio paso a otra no menos voluptuosa en sus curvas musicales, y que Javier Fernández inició con gestos intimistas en su forma de bailar, intentando recogerse dentro de sí mismo en el pequeño escenario de la Sala Boite, y que tocaron con un ritmo algo distinto al disco, en donde una vez más, destaca la potencia vocal de Javi, que tiene la capacidad de sumergirnos en las tinieblas de las sensaciones encontradas, y al que acompañaron un buen dúo de guitarras para ir hacia una clara progresión instrumental que nos hace ascender junto a la voz de Javi hasta la nave a la que nos invitaron a subir para acompañarles en su particular viaje musical, que en esa canción, acabó con una gran deriva instrumental por parte de todo el grupo.

Después de este primer bloque pleno de intensas emociones, tocaron Calma, la única canción de su primer disco, que la interpretaron bajo el signo de la intensidad, con un inicio contundente que cae para que Javi inicie su intepretación vocal, y que pudimos comprobar, que se trata de una canción muy en la línea de los temas de su último disco, que le sirve al grupo, para explotar su lado más cercano al jazz eléctrico, en el que Javier se encuentra tan a gusto, que salta fuera del escenario. Te Deslizas fue uno de los dos temas que adelantaron de este Historias para no Romperse y a lo que se vio ayer en la Sala Boite de Madrid, sus seguidres conocen perfectamente, pues al grito de Javier de ¿Qué tal, cómo va? todos empezaron a corearla, lo que permitió mostrarse más entisiasta a Javier, si cabe, pues fundía teclados y voz en frases como. "ya no me desangres más..." y que dio paso a Para Destriparme, donde un perfecto sonido de resonancias anglosajonas, (que a veces se aproximaban al ska entrecortado) y la voz suave de Javier, hicieron las delicias de sus fans, a los que Cyan hacía rato que se los había ganado con esa mezcla de pop suave y enérgico, que como en esta canción, sobresalió por el magnífico dúo de sus guitarras, que como ya dijimos en su momento nos recordaron a las de U2, cuya semejanza en directo no es tan evidente, y a la que añadieron unos sonidos pregrabados en forma de fuegos artificiales como gran rush final.

Turistas Heridos, a la postre su primer single, fue ampliamente vitoreada por el público nada más empezar, y cantada junto a Javier: "afuera el tiempo hace ruido",a la que añadieron unos nuevos efectos en las guitarras, y en donde la voz de Javier vuelve a subir en intensidad. Una fusión entre grupo y público que continuó sin solución de continuidad con Volando Eléctrico, donde Javier regresó al piano para hacer resurgir de nuevo ese ritmo interno y profundo, donde las notas musicales de Cyan se comportan como un iceberg de los sentimientos. La gran sorpresa de la noche llegó con la version del tema de Quique González, Salitre, interpretado a un ritmo mucho más rápido que la original, y tan distinto, que a veces se hizo irrreconocible con la canción original, pero a la que Cyan han conseguido dar un toque muy personal, dotándola de una sinfonía arrrebatadora de ritmos entrecortados que van ascendiendo a lo alrgo del tema hasta conseguir hacerlo suyo, y que acabó siendo un puro ejercicio estilístico por parte de cada componente del grupo.

El bis comenzó con el siguiente consejo de Javier: "aprovecharos, que ahora sí que nos vamos de verdad, nosotros lo haremos" y se iniciaron las notas de Mecanismos Nocivos, donde si no nos había quedado claro, el tema se comporta como una mezcla de ritmos pop, rock y jazzies, que entrecortados, nos llevan sin darnos cuenta de nuevo a Coldplay, y donde Cyan explota en un magnífico sonido (fue el tema mejor interpretado) que desemboca en un impulso final donde los genuinos teclados de Javier Fernández son muy bien acompañados por el resto del grupo. El final llegó con Congelados por la Estela, un tema que antes de ser tocado, fue ampliamente presntado por Javier, para explicarnos a los allí presentes, que es la canción que engloba el disco, a lo que añadió que se compuso en una tarde con la sala del estudio en silencio (algo que también pidió ayer) y que él inicia al modo unplugged sólo con la guitarra, demostrándonos que se trata de una cnación que busca encontrarse con la esencia de quien la compone e interpreta: "olvidarse de las sábanas que les protegían" para llegar a esa necesidad de búsqueda de protección interior que cada uno de nosotros necesita para cobijarse de nuestros miedos. Una canción que desciende y asciente com el perfil de un cardiograma, y que va de suave a fuerte y majestuosa. Un estupendo final para un magnífico concierto.

Crónica de Ángel Silvelo Gabriel

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