lunes, 25 de noviembre de 2013

KUVE EN LA SALA OCHOYMEDIO DE MADRID: CUANDO LOS SUEÑOS SE HACEN REALIDAD


A veces los sueños se hacen realidad, y por muy manida que esté la frase, esa fue la sensación que tuvimos el pasado sábado al escuchar a unos nuevos y reinventados Kuve. Desde que los vimos por primera vez en la Sala Soul Station de Madrid, siempre hablamos de lo que ganaría el grupo si le imprimiera a sus composiciones unas mayores dosis de fuerza; una intensidad que sólo aceptaría la libertad asociada al entusiasmo que ya llevaban consigo. Y como si en el curso de los días ellos también hubieran soñado lo mismo, el sábado pasado nos reencontramos con un grupo distinto, y más maduro, donde las dosis de genialidad se caen por su propio peso. Perplejos y con la boca abierta, así nos quedamos cuando vimos disfrutar sobre el escenario a una Maryan Frutos totalmente libre y ensimismada en su papel de frontwoman, con ese toque entre oscuro y profundo de su voz. La madurez como cantante y artista de Maryan, se complementa a la perfección con ese matiz más aguerrido de las melodías que Carlos Otero, con su guitarra, ha sabido proporcionar a las canciones que hasta el número de ocho escuchamos en la sala Ochoymedio. Igual que en el oficio de escritor todo se resume a un diez por ciento de escritura y un noventa por ciento de corregir y suprimir, Kuve ha sabido reescribir de una forma tan sencilla como apabullante y genial sus canciones, que sin menospreciar a las versiones presentes en su primer disco, ganan muchos enteros y nos hacen soñar con algo más que un prometedor segundo álbum que, a buen seguro, les situará en la órbita de lo más escuchado del indie español. 

Abrieron el mini concierto con Mi mente en congelador, una canción que ahora suena mucho más atmosférica e impactante, y que deambula sin miedo en una perfecta sintonía rock, mientras que nosotros desde la primera planta nos empezamos a restregar los ojos con una amplia sonrisa en los labios. Pero es que a Tu último domingo, que ya era una perfecta canción pop, ahora Kuve la han adicionado unas guitarras que emocionan por sí solas, convirtiendo a este potente medio tiempo en un portentoso abrazo sonoro, igual que el sólo se dan los amantes poseídos por el deseo, y que en nuestro caso, supone la conjunción de la melodía con la voz de una Maryan que canta alejada de todos sus miedos. Una intensa soledad que deviene en otro majestuoso inicio con Invisibles cuerpos, que suena fuerte como nunca…, intensa, envolvente… ¡Cuánto gana el grupo con Maryan a los teclados! (que buen regalo le hicieron mientras grababan el disco en Lorca junto a Mario Miranda) en un síntoma de madurez que ahora se traduce en fuerza, fuerza, fuerza… 

“Bueno, somos Kuve, y tenemos el placer de abrir el concierto de Second en la Ochoymedio, y queremos darles las gracias a ellos”, nos dijo Maryan antes de recaer en otro increíble inicio en Regresión, uno de los clásicos de su repertorio en el que Maryan derrochó magnetismo entre el público cuando se arrodilló en el suelo, y con su potente voz prolongó el inicio del tema al que se aliaron el brillo de unas guitarras comandadas por el inmenso Carlos Otero, pues juegan a hipnotizar como sólo lo hace un mago de las melodías (¡cuándo se darán cuenta de la profundidad que este músico le da a las canciones desde su guitarra). Con Dando vueltas Maryan ya se encuentra más relajada y se dirige al público con un: “a ver esas palmas arriba... vamos a dar vueltas” y a partir de ahí asistimos a otro prólogo donde los solos de guitarra junto a la voz de Maryan juegan en clave de un pop intenso. Siluetas de invierno supone el anuncio por parte de Maryan de que será el tercer single de su primer disco con un: “espero que os guste”, y que es el toque intimista de la noche, donde Kuve nos vuelven a emocionar con una perfecta canción pop intensa, con un nivel muy alto. Arranque que habla de una Maryan muy potente en la voz, que sostiene el sonido de unas guitarras que se prolonga hasta otro final magnífico y arrollador como pocos. Soñábamos con estos Kuve y el sábado los vimos hechos realidad. 

Singapur es la constatación de la evolución del proceso creativo del grupo, pues una vez más, somos testigos de la fuerza e intensidad que impriman a esta nueva versión del tema, y al que implementan un final apoteósico en forma de bucle que atrapa. Enlace perfecto para llegar al final del concierto con Nadie te dijo y un: “ya nos despedimos. Luego estaremos firmando nuestro disco Regresión” por parte de Maryan, hasta que de nuevo las guitarras nos muestran su plenitud de acordes entrecortados que al final se transforman en un genial solo de infinito por parte de Carlos, que nos muestra el nuevo camino que han tomado las composiciones de Kuve, ante el que sólo podemos decir que se trata de una senda mágica, como la de los sueños, pero no unos cualquiera, sino de aquellos sueños que se hacen realidad. 

Reseña de Ángel Silvelo Gabriel.  

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