Blenda profundiza en las
grietas de la introspección con la batuta de las cadencias cortas, solo
atajadas por unas melodías ancladas en esa suave intimidad que no precisa de
otras armas que los medios tiempos teñidos de un pop cercano. Así, la
melancolía de Tu mirar azul nos hace
regresar a esas últimas tardes de verano donde la encrucijada de las miradas
perdidas rebotan en nuestros sentimientos sin saber qué decir. Esa cercanía tan
sentida es la que se realza en este nuevo EP de Blenda: Laura Casas (voz)
y Marc
Mateo (guitarra), un dúo que se complementa a la perfección en la
sombra de las melodías que proyectan ese último suspiro de vida que significan
las pérdidas y la irrenunciable
necesidad de reivindicarse a uno mismo: "noches
para olvidarme del día.. días para que llegue la noche para ser yo.",
que impregnan las notas y la letra de Cuentos
de día, una perfecta fusión de esa necesaria batalla que le presentamos a los
contratiempos.
Si escucho tu voz se torna en una especie de grito de dolor, solo
matizado por el eco de las olas de los recuerdos que regresan una y otra vez
sobre nuestros pensamientos: "si
escucho tu voz, si escucho tu voz..", y que devienen en notas más
oscuras, sin duda, cercanas a algunas canciones de Amaral en Materia común. Aquí Laura Casas se impregna
de los matices vocales de Eva Amaral, y no solo eso, porque de
paso nos demuestra las dotes de su voz sin fisuras en este enérgico medio
tiempo que se alza sobre las sombras de las dudas para resurgir como un
perfecto amanecer pleno de matices que nos hacen sentir bien: "los sueños rotos, dónde, dónde
irán."; perfecta sincronía de música y voz con una letra que no nos deja
indiferentes. Un perfecto compañero de viaje hasta No-vida, una nueva demostración de esa querencia a un matiz más maduro
de sus composiciones que en este caso nos recuerdan a Miranda Warning, donde la
magnífica voz de Lucía Martínez se desplaza y se proyecta con luz, mucha luz,
sobre las notas de este tema que de nuevo nos muestra los mejores acordes de Blenda:
"entre siempre y jamás vaga un largo
etcétera... soledad que busca tu lugar". Perfecto ensimismamiento
musical sobre las corrientes de un río que se transforma en océano, pues acaba
desembocando en un sinfín de matices que se comportan como los mejores reflejos
de la intimidad, la de Blenda y Mi otro tú.
Ángel Silvelo Gabriel.
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