Fueron muchos los que el pasado mes de Febrero se quedaron en las puertas de la sala Russafa cuando el grupo liderado por Carlos Luna colgó el cartel de “No hay entradas” 6h antes de que comenzara el concierto, una mala costumbre esa de esperar hasta el último momento para comprar las entradas a un concierto. Pues bien, ahora hay una doble oportunidad de ver a esta banda en directo, es su concierto-espectáculo Dentro del Loco y en una sala tan coqueta como es el Café Mercedes. Será los próximos viernes y sábado 09 y 10 de Mayo respectivamente, te dejo los datos para que los compartas y si te apetece venir, ya sabes, no esperes hasta última hora o te quedas en la puerta
Viernes 09/05 y Sábado 10/05 del 2014-04-14
Café Mercedes (C/Sueca 27 - Valencia).
22:30 LUNA Y PANORAMA DE LOS INSECTOS
Entrada única 5€
LUNA Y PANORAMA DE LOS INSECTOS: LA
VERSIÓN MÁS SALVAJEMENTE ONÍRICA, POÉTICA Y EXPERIMENTAL DE LA MÚSICA ESPAÑOLA. Por Ángel Silvelo
Si tuviéramos que definir el
primer álbum de Luna y panorama de los insectos sería algo así como la
naturalidad interpretativa del teatro hecha música. Enternecedores, tribales y
mágicos..., poéticos, contundentes y distintos..., y sobre todo, salvajemente
experimentales. Luna y panorama de los insectos son, sin duda, una formación a
tener en cuenta en el muchas veces monótono y machacón panorama indie musical
español. Carlos Luna lidera un grupo multidisciplinar tanto en la
ejecución material como conceptual de su música, pues se mueve con total
libertad por el cabaret, la música circense, el folk, el jazz y el pop, en algo
así como un perfecto mestizaje de estilos al servicio de la capacidad creativa
de un Carlos Luna músico, poeta y artista, que cuida hasta el último
detalle en el universo que nos presenta de la mano de su primer EP compuesto
por seis canciones con historia, alguna de ellas con mucha historia, pues no se
nos puede pasar por alto el impecable texto que acompaña a la hoja de promoción
de este primer disco de la formación valenciana, donde se dicen cosas tan
sublimes como éstas: "Luna y
Panorama de los Insectos se nutre de la música de los sueños. Guitarras
acústicas, a veces dulces, otras urgentes. Bajos, baterías y percusiones
musculosas. Cuerdas de piano y violonchelo que añaden a la belleza el teatro.
Todo cataliza en las voces.
Carlos Luna a través de los personajes de una mitología moderna y
distinta, de un lenguaje propio lleno de referencias a lo íntimamente onírico,
al mundo secreto de las palabras, nos propone este viaje inconsciente.
Fuerza visual escénica, textos especialmente cuidados, instrumentos
nobles y arreglos musicales muy trabajados. Imagen sobria. Elegancia, belleza,
fuerza. Todo delante de tus ojos. Esto es Luna y Panorama de los
Insectos".
¿Alguien da más? Pues pasen y
vean, porque como ya he leído en una de las reseñas que les han hecho: "los sonidos hablan y las palabras son
la música de los deseos".
Este mágico recital a modo de la
conjura de las danzas se abre con el tema Toda
la tristeza, un cúmulo de expectativas clásicas sobre un fondo de ritmos
alegres de cuerda y órgano con tintes de cabaret que ya nos proporcionan una
idea de las necesidades interpretativas del grupo, ávidas de ritmos trepidantes
que se encaraman al tejado de los sueños. Una percepción que se traslada a las
teclas del omnipresente órgano de Agua
bailada en el agua; una perfecta metáfora sobre la pureza del alma, y que
poco a poco deviene en un profundo e intenso diálogo de instrumentos de cuerda
que nos sitúan en un espacio diferente por el que transitamos sin miedo: "bailando infinito, entre tus
abrazos". Una psicofonía de sentimientos tan universales como el amor
y el dolor que se tiñen del romanticismo más puro en el inicio de Lobo poema perro, pero que casi al
instante se diluye en una melodía de ecos tribales, como de otras culturas: "es el tiempo de los relojes que ya
está dormido. Con un bastón de cristal que sólo sirve para dar un paso...",
lo que convierten a este tema en una perfecta fusión de sonidos al servicio de
un surrealismo poético que se fagocita a sí mismo; genial.
Notas de nana acuden al inicio de
La vida es más pequeña, que de nuevo
se refugian en los magníficos instrumentos de cuerda del grupo y que nos traen
el lejano recuerdo de Madredeus en esa percepción tan
sublime de la sensibilidad más extrema: "todas
las sábanas, toda la voluntad, todos los barcos hundidos, y besar nada...",
que se funde con un profundo lamento de cadalso, estremecedor en su sencillez.
Un redoble de tambores que más tarde desaparecen en un ritmo endiablado plagado
de insectos. Melodías que van hacia un profundo ragtime con violonchelo incluido,
que atraviesa una y otra vez por las notas sincopadas que emiten los
instrumentos y que van en la búsqueda de un vals entrecortado, pues no en vano
la canción se titula Pequeño vals vienés,
y que le sirve al grupo para homenajear a Federico García Lorca en un corte
tipo final de ceremonia, y que nos lleva hasta el tema extra del disco
titulado, No volver, donde regresamos
a ese tono más oscuro de Luna y panorama de los insectos, en
el que la gravedad de todos los instrumentos de cuerda se torna triste o
apocalíptico: "no volveré al bazar
de tus piernas, no volveré..., y no volver atrás." y que nos deja
sumidos en el profundo sentimiento lírico de la pérdida: "y han vuelto a caer las flores muertas."
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