Second, una vez más, demostraron que ganan muchos enteros en los espacios grandes que normalmente no frecuentan en los circuitos de las salas de conciertos del territorio patrio. Energía, contundencia, presencia —mucha presencia— y una brillantez arrolladora, son sólo algunos de los calificativos con los que cabe definir el proyecto cada vez más maduro de este grupo. Ayer, Second, en esa desnudez de guitarras, bajo, teclados, batería y voz, capitaneados por ese gran cantante que es Sean Frutos, volvieron a salir victoriosos ante un nuevo reto que, como siempre, afrontaron con total naturalidad y dotes de cercanía con su público a la hora de ejecutar sus temas. Un álbum de fotos sonoro que compartieron con los asistentes, como si los allí congregados fuésemos una parte más de la familia. Y disfrutamos de canciones hechas para soñar y recordar, porque ese es el poso de los grandes grupos y las grandes canciones que Second atesora. Al final del concierto, el buen ánimo general fue tan entusiasta, que todo el mundo estaba esperando con gran expectación su próximo concierto el 16 de diciembre en Murcia —donde grabarán su primer disco en directo para celebrar sus quince años de carrera— y, como no, el concierto del FNAC Festival que se celebrará en Madrid el próximo 27 de diciembre en Palacio de Deportes de Madrid, donde compartirán cartel con Amaral, Love of Lesbian o Iván Ferreiro, entre otros.
Second dividió su concierto en tres partes: dos eléctricas y una acústica. Todas ellas se convirtieron en un enorme regalo de cara a sus fans. En este sentido, todo comenzó con la fuerza arrolladora de Mañana es domingo, un tema al que siguió el ritmo potente de A las diez, que se detuvo cuando Sean se dirigió al público por primera vez con un: «¡Hola Madrid! somos Second», en el inicio de Demasiado soñadores, y que a él, le sirvió para romper el hielo que Fran Guirao ya había fundido desde el inicio del concierto cuando se puso en pie sobre su batería a modo de estandarte. El ritmo del setlist cambió cuando tocaron Muérdeme con un inicio mucho más atmosférico e inquietante, al que siguió un espléndido punteo de guitarras —de Javi y Jorge—), convirtiendo a esta historia de rendición en la primera canción ampliamente coreada por el público que cantó la letra a pies juntillas, y que es el complemento perfecto de un tema épico y recurrente del mejor sonido de Second, que finalizaron con unos magníficos coros, preludio de un rotundo final que les permite atacar el primer tema de su tercer álbum Invisible, Horas de humo, donde ya se aprecian las señas de identidad más que evidentes del grupo, aunque con un sonido menos contundente, pero que acaba con un entregado Jorge de rodillas sobre el escenario tocando la guitarra a modo de veneración hacia su entusiasta público.
Al inicio de En pequeñas cosas Sean nos recuerda que, aunque no es una de las canciones habituales en sus conciertos, sí es una de las elegidas por los fans a través de Facebook para que la toquen, y que para no defraudarlos, ellos la inician con una contundente demostración de batería por parte de Fran, a la que siguen los ecos de la guitarras, que esta vez sí, nos retrotraen hasta Depeche Mode —grupo del que ya fueron teloneros—. Este tema se convierte en un magnífico ejemplo del buen dominio que Los Cinco de Murcia tienen sobre los medios tiempos épicos y rompedores que nos traen los ecos de las mejores canciones de los años ochenta, y que les sirven para enlazarla tras un largo inicio con Psicopático, donde una vez más, el ritmo del concierto sube y sube sin parar con toda la platea del teatro puesta en pie y dando palmas. Un tema, en el que Sean hace las delicias de sus fans con un baile psicopático dando vueltas sobre sí mismo, como exponente de una canción nuevamente eléctrica, potente y muy aplaudida. De ahí nos fuimos al Mar del Plata con De Buenos Aires, que supuso el regreso a un sonido más eléctrico de guitarras que consigue trasladarnos de nuevo a ritmos que juegan una y otra vez a hipnotizar nuestros oídos y nuestros sentimientos en un bucle sinfín, donde de nuevo sobresale la magnífica voz de Sean, tan contundente con sus cuerdas vocales como el resto de los componentes de la banda con el suyo propio.
Rincón exquisito es el primer gran hit de la noche que sale a escena, y que todo el mundo canta de la primera a la última estrofa. Una canción pop que es capaz de poner de acuerdo a todos los asistentes, pues se levantan de sus asientos y de pie corean la canción con un unánime manos arriba —de aplausos— al que Second responde con apabullante directo que acaba en a capela con Sean sentado en el borde del escenario junto al resto del grupo. Y de un hit al siguiente, porque casi sin solución de continuidad suenan las notas de N.A.D.A., uno de los temas más emblemáticos de la banda murciana, que se inicia con un tenue sonido de teclados que enseguida sube hasta el infinito en una nueva demostración de fuerza y de garra. Una canción que admite múltiples interpretaciones, y por ello se hace grande, aparte de denotar la madurez compositiva de José Ángel Frutos (Sean), que en este último álbum demuestra sus grandes dotes como letrista. Autodestructivos y sus notas que rinden pleitesía a los sonidos electrónicos de los grupos españoles de los años ochenta, es el final de la primera parta eléctrica del concierto, donde sobresale un inmenso —en lo musical y en lo humano— Nando Flores; una contundencia que lleva al público a convertir al teatro en una gigantesca pista de baile, que termina con Fran apoyando con sus baquetas los aplausos del público, que culmina con un final muy psicodélico que nos recuerda a los Stone Roses.
La parte acústica, uno de los regalos que ayer nos ofrecieron Second, se inició con el tema Conocerte y con Sean a la voz y la armónica, en una pose que resucita en nuestros corazones la leyenda de los cantantes malditos, y al que acompañan el brillo de la guitarras acústicas de Javi y Fran que nos rasgan una vez más los sentidos de los allí presentes, que estamos más que expectantes ante este nuevo formato del grupo murciano. Sometimes es una canción de su segundo disco Pose, y que por ende, consiguió hacer las delicias de sus seguidores más veteranos. Una canción que cantan en inglés y que nos recuerda al Morrissey sin los Smiths, lo que no deja de sorprendernos, pues Second posee esa versatilidad de recuperar sonidos y sensaciones de otra época, lo que les hace sencillamente magníficos, lo que lleva al público a despedir esta interpretación tan genuina con el grito de: «Esos murcianos». Her Diary es la siguiente canción en sonar en el gran escenario de los Teatros del Canal, y se muestra como la cómplice perfecta entre estos magos de las cuerdas —vocales y de las otras—, y un público que se entrega a la pureza de una voz que gana muchos enteros en este formato acústico. En el viaje es otro de los temas votados en Facebook por sus fans, y que a pesar de ser una de las canciones que no suelen tocar en directo, se adapta perfectamente al formato acústico, pues sus combinación de sonidos jazzies y de bossa nova la hacen propicia para dejarla bien guardadita en el cajón de los buenos recuerdos, donde también podemos guardar Tu alrededor, una canción que posee un gran carga de melancolía y ensoñaciones de ánimos de cambio, y que tiene ese tono de final de algo, como el final de los veranos o de las historias de amor, y en la que Sean salta del escenario y recorre todo el patio de butacas ofreciendo su micro al público para que cante el estribillo. Un público entre el que se encuentra su hermana Maryan Frutos —Kuve— y que hace las delicias de los asistentes con su gran chorro de voz.
El regreso al formato eléctrico es también el comienzo del fin. Un final que se inicia con el tema Más suerte; una canción repleta de atmosferas envolventes que da paso a Invisible para poner el cuentakilómetros a cien, y que sirve de presentación al gran descubrimiento de la noche, que no es otro que Watching the moon; una canción de su primer álbum que nos devuelven al territorio de los sonidos oscuros con el que Morrissey vuelve a colarse por el patio de butacas de los Teatros del Canal a través de unas espléndidas guitarras que suenan a otro tiempo. Sin duda, un tema con una gran dimensión y una profundidad dignas de alabanza. ¡Qué gran viaje en el tiempo! que como una manta sonora de gran intensidad lo cubre todo: sensaciones y recuerdos; y que da paso a Rodamos, otro gran hit con el que acostumbran a despedir sus conciertos, y donde todo el mundo abandona sus butacas para ponerse a bailar delante del escenario.
Ángel Silvelo Gabriel.
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