martes, 10 de mayo de 2011

MARYLAND, GET COLD FEET: EQUILIBRIO, INTENSIDAD Y BRILLANTEZ DIFUMINADAS EN UN ESPLENDOROSO POWER POP.



Maryland es el nombre de un Estado del noreste de los EE.UU., y de ahí también proviene el sonido y el nombre de este grupo gallego, que mezcla con gran acierto el power pop más contundente con la oscuridad más eléctrica del shoegaze, transformando el miedo de ese echarse atrás que recoge el título de su último trabajo (Get Cold Feet) en una portentosa maniobra que vence sus miedos y se abalanza con seguridad sobre el territorio musical que ellos mismos se han creado, volatilizando el frío y la indecisión con grandes guitarras afiladas que cortan todo aquello que se le pone a su alcance a la hora de llegar al edén de la excelencia sonora, esa que tan bien prodiga Maryland en algunas canciones de su segundo trabajo Get Cold Feet.

Red Boots es el tema que abre el álbum, y lo hace a modo de precalentamiento (no global sino musical) con un sonido de órgano clerical que se transforma en puro dinamismo cuando entran en acción las dinámicas y resplandecientes guitarras de Maryland, que nos sirven de presentación para What to Do, donde al inicio del tema caen atrapados en el encanto del sonido de Snow Patrol (sobre todo en la voz de Gary Lightbody) y que acaba transformándose en un juego de guitarras al más puro estilo shoegaze. Un sonido que se mantiene en So Happy, So Young para convertirse en la primera gran canción del álbum, que expresa la línea general compacta y enérgica de este Get Cold Feet, donde se intercalan voz, guitarra, batería y teclados con gran acierto, dando como resultado final un sonido intenso, que en Atom Bomb se vuelve menos brillante.

Con It Works! podríamos decir que Maryland navega por aguas más tranquilas, donde el eco de los Snow Patrol, y esa perfecta capacidad para captar los elementos esenciales de los medios tiempos alcanzan cotas muy convincentes, y que los grupos no acostumbran a manejar con facilidad, pero que en esta canción, Maryland realizan una magnífica demostración de lo que son y cómo deben interpretarse este tipo de canciones (esas que pegan tan bien en las series americanas que de vez en cuando se ponen de moda por sus bandas musicales). 25 Springs es otra magnífica manifestación de lo dicho con anterioridad, y que nos sirve para refugiarnos en territorios más íntimos, que no solitarios.

Lux es quizá el tema más comercial del disco, y que además, nos vuelve a situar en la senda más aguerrida del sonido power pop que Maryland interpreta tan bien, cargado de una combinación de sensaciones placenteras y buena música, que se convierte en una armonía de luces y sombras en la desgarradora For Me Today. Una línea argumental que mantienen en Fury Road y en Every Moment como preludio del cierre en clave de balada, con el tema Little Miss Sushine. Una canción que se muestra desnuda en cuanto a la brillantez de las guitarras de los temas anteriores, pero con una fuerza pegada a su sencillez que te pone los pelos de punta, convirtiéndose en la gran sorpresa del disco.

Maryland y su último álbum Get Cold Feet no nos dejan fríos, porque las once canciones que componen este disco, son una gran manifestación de equilibrio, intensidad y brillantez, difuminadas en un esplendoroso power pop.


Reseña de Ángel Silvelo Gabriel

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