Descarados y directos como solo
se puede ser en la plenitud de una juventud que, el grupo gallego, por no
disimular, no disimula ni en el título de su nuevo álbum, pues Novedades
Carminha nos arrolla con sonidos, tan frescos como contundentes, en
este Juventud
infinita, donde asistimos sin apenas tiempo para recomponernos, a diez
más uno pildorazos de ritmo y diversión, que a buen seguro harán disfrutar a
todos aquellos que los escuchen. Una mezcla abrasiva de punk, rock’n’roll, pop
y música de garaje se dan la mano sin espacio para otra cosa que no sea el
resuello incandescente de sus canciones. Melodías intensas de letras
provocativas y duración limitada, como solo admite una irreverencia juvenil todavía
exenta de complejos. Esa libertad, compositiva y gestual, existente en las
canciones de Novedades Carminha nos hace disfrutar de lejanos recuerdos de
la ría de Vigo, cuando asistíamos a las demoledoras narraciones acústicas de
grupos como Siniestro Total cuando Germán Coppini era el cantante de la
formación.
Si todavía no nos había quedado
claro su irreverencia postural, el disco se abre con un estribillo que ya causa
furor en las redes sociales a modo de grito de guerra para el próximo verano:
"o follamos todos o me tiro al río. Dónde están mis amigas si las
necesito", en algo así como lo más parecido a un desgarrador grito de
incontinencia verbal que no admite dobles interpretaciones, pues es lo que es,
demoledor y suicida a partes iguales. Así comienza Juventud infinita primer tema del disco que también sirve para
darle nombre a este disco, y que desde sus notas iniciales ya nos incita a
saltar y brincar en una secuencia de canciones pensadas para una fiesta
perpetua, como ese grito de juventud infinita que remata el tema. Ironías que
continúan en Quiero verte bailar, con
un pegadizo: Oh mami... Quiero verte bailar" con claros matices de pop de
garaje al que podríamos tildar de playero. Una fórmula magistral que nos
proporcionan Novedades Carminha con acento de morriña en Antigua pero moderna, donde las
guitarras se auxilian de tonos más melancólicos años sesenta. Una pócima que se
vuelve más rebelde en Devórame otra vez;
un tema muy de los grupos más oscuros de la famosa movida patria de los
ochenta, en el que casi podemos ver a un jovencísimo Eduardo Benavente pegado
al micrófono.
Irreverencia intercultural que se
despliega en Et moi, et moi, et moi,
con letra en francés y ritmos guitarreros en inglés, en una exquisita combinación
de texturas musicales de otra época perfectamente reinterpretadas. Una alternativa
musical que se corrobora con Vaquilla
donde los ecos de bandas españolas de los sesenta y setenta se abrazan sin
miedo a Novedades Carminha en un cóctel nada agresivo y sí muy agradable,
como si tras finalizar una fiesta comenzara otra de nuevo. Lo que de nuevo
ocurre en Tú antes molabas, una canción
en la que vemos resucitar a Los Pistones en su versión más
cercana a The Clash, portentosa, enérgica a la vez que mágica y redentora,
y que en Capricho de Santiago
asistimos a una nueva vuelta de tuerca en su postura ante el descaro más vital:
"mami, mami. Me duele el pecho. Yo qué te he hecho. Déjame es un mal
trago". Zarpazo musical que nos devuelve a los ritmos más Novedades
Carminha en Non quito o chándal,
tema cantado en gallego y que le da un toque más étnico a su forma de
reinterpretar ritmos de garaje que en sus manos nos suenan muy frescos, como
frescas y playeras son las notas de Fiesta
tropical, una nueva ola musical y gigantesca a la que subirse: "nadie
te morrea como te morreo yo". Y si todavía alguien no ha tenido bastante
que no desespere, pues aún le queda Apriétame
más. Eso, ¿alguien da más?
Ángel Silvelo Gabriel.
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